Mertxe Aizpurua, de alabar a ETA y burlarse de Ortega Lara al apretón de mano con Pedro Sánchez
Para la diputada de EH Bildu, hagiógrafa de 'gudaris' y condenada por enaltecimiento del terrorismo, su encuentro con el presidente del Gobierno se trata de un "hito" político. "Fue la jefa de prensa de ETA", concluyen fuentes del PP vasco.
14 octubre, 2023 02:24Velódromo de Anoeta, San Sebastián, 29 de noviembre de 1998. Hace cuatro meses que el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón clausuró Egin, el diario de referencia de la izquierda abertzale, por estar subordinado a la actividad terrorista de ETA; y sólo hace una semana que el director del periódico, Xabier Salutregi, abandonó una prisión también decretada para otros ocho miembros del consejo de administración de la empresa editora. Pero en apenas dos meses, el 30 de enero, ETA volverá a tener una acequia en los quioscos.
Lo hará bajo otro nombre, Gara, aún vigente. El acto de ese domingo de noviembre ha sido convocado por extrabajadores de Egin y personas próximas a Herri Batasuna, y significa la presentación de la nueva cabecera. Unas 10.000 personas pueblan las gradas en una ceremonia que cuenta con la participación de más de setenta músicos. El colofón corre a cargo del cantautor catalán Lluís Llach, que canta Abril 74 junto a un coro de niños. Es la cohartada inocente de quienes jalean a los gudaris como ídolos de póster, los hombres perfectos para firmar las fotos encuadradas en los restaurantes como los toreros lo hacen en Sevilla.
Es un día especialmente satisfactorio para una mujer guipuzcoana de 38 años y pelo corto. Será la primera directora de Gara, y ostentará ese cargo hasta 2004. Hace pocas semanas se casó en el juzgado de Colmenar Viejo con el etarra Andoni Murga, preso en la cárcel próxima de Soto del Real, y su devoción por la lucha terrorista es conocida. Hasta la denominada como Operación Persiana ejecutada por Garzón ese julio, había ejercido como redactora jefe en ese periódico que el peneuvista Juan María Atutxa, entonces consejero de Interior del Gobierno vasco, había definido como una "bomba de amosal de unos 50 gramos".
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Es la misma mujer que en 1984, con 24 años, había sido condenada a un año de prisión e inhabilitación por apología del terrorismo al arengar a los "necesarios gudaris" [guerreros, a la sazón, etarras] a luchar como en la Guerra Civil. "Mirando a Euskal Herria de dentro hacia fuera, y no desde un exterior extraño hacia adentro, ¿hay muchos menos motivos ahora para arriesgar la vida que en el 36?", se preguntaba la entonces directora de Punto y Hora de Euskal Herria, una revista comprada en 1978 por ETA —según se demostró luego, encontrado el recibo de compra junto a una lista de civiles que matar— por 14'6 millones de pesetas.
También es la misma que ocho años después, en 1992, participó en la redacción de Euskadi y la Libertad, conocida como la enciclopedia de ETA, escribiendo hagiografías con ánimo divulgativo sobre los etarras y sus virtudes. Y también es la misma que en junio de 2001 entrevistó, junto al director de Egunkaria Martxelo Otamendi, a dos miembros de la cúpula de ETA y aseguró a Garzón, cuando le requirió las cintas de la grabación, haberlas "quemado".
Además, resulta ser la misma que, la semana pasada y como el resto de su partido (EH Bildu), no condenó la profanación de la tumba del socialista Fernando Buesa, asesinado por ETA y cuya lápida fue mancilla con heces y pintura. Y la misma que este viernes, en el Congreso de los Diputados y en el marco de la ronda de contactos de Pedro Sánchez para su investidura, culminó su blanqueamiento político con un apretón de manos con el presidente del Gobierno del "Estado español", empleada por el mundo independentista la misma denominación que usaba Franco.
Se trata de Mertxe Aizpurua (Usúrbil, Guipúzcoa, 1960), la mujer cuya trayectoria adivina el pasado, presente y futuro de la relación entre la izquierda abertzale y el PSOE.
"La jefa de prensa de ETA"
"No es disparatado decir que esta mujer fue la jefa de prensa de ETA", estima un alto cargo del PP vasco en conversación con EL ESPAÑOL. "Los peores terroristas son los listos: los que hacían que otros, los más tontos, apretaran el gatillo", apunta Carlos García, concejal popular en Durango. "Dentro de esos listos están individuos como [Arnaldo] Otegi y Aizpurua, que no apretaban el gatillo, pero que sin ellos nadie jamás lo habría hecho", añade.
Aizpurua, por ejemplo, era una pieza más de Maite Soroa, el pseudónimo tras un conjunto de delatores especializado en el señalamiento de periodistas y otros miembros de la sociedad civil. "Es un personaje insólito por su radicalidad histórica y su trayectoria reciente", sigue el dirigente del PP vasco consultado. "Es un blanqueamiento incomprensible", se indigna.
"Esta mujer tuvo responsabilidades en periódicos que fueron tentáculos de ETA, judicialmente declarados como tales", recuerda Rubén Múgica, hijo del histórico dirigente del PSE Fernando Múgica y portavoz del Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) en conversación con EL ESPAÑOL. "Que el secretario general del PSOE y aspirante a la investidura como presidente del Gobierno se reúna con esta mujer, conociendo sus antecedentes, muestra a dónde se conduce este partido", estima.
"Tentáculos de ETA", dice Múgica, y es que el procedimiento fue durante muchos años el mismo, siendo Aizpurua durante lustros parte fundamental de ese engranaje del agitprop de ETA. "A los comandos se les indicaba que leyesen el Egin/Gara y revistas como Kale Gorria ['Calle roja'] o Ardi Beltza ['Oveja negra'] porque publicaban informaciones en clave", sigue García, señalado por ambas revistas "con reportajes con fotográficos, para poder ser identificado".
"En los ayuntamientos gobernado por Batasuna guardaban los números en el archivo municipal para que pudieran ser consultados con los peores fines", asegura el exparlamentario vasco. "La cúpula de ETA daba sus directrices a los comandos a través de Egin/Gara; y Aizpurua, durante algún tiempo, era la señora que se ocupaba de este sistema de comunicación", subraya.
¿Un ejemplo ilustrativo? El que aflora cada vez que Aizpurua es noticia: la portada de Egin del 2 de julio de 1997. "Ortega vuelve a la cárcel", tituló aquel día el diario vasco, con Aizpurua como editora. Los secuestradores del funcionario de prisiones, símbolo de la lucha antiterrorista tras sobrevivir 532 encerrado en un zulo, se conectaban con la dirección de ETA a través de mensajes en clave publicados en Egin.
"No es creíble"
Mertxe Aizpurua participó en las elecciones municipales de 2011 como candidata de EH Bildu en Usúrbil, las ganó y gobernó en su localidad natal durante una legislatura. Además, también fue presidenta de la Asamblea de Municipios y Electos Municipales del País Vasco, conocida como Udalbiltza.
Fue cuatro años después de entregar la vara de mando de Usúrbil cuando llegó su salto a la política nacional. Primero en abril, luego en noviembre de 2019, tras la repetición electoral que atornilló a Sánchez en el poder. Un año antes de llegar al Foro había publicado Argala. Pensamiento en acción. Vida y escritos (2018) una biografía del líder de ETA José Miguel Beñarán Ordeñana 'Argala'.
¿Es menos gudari Aizpurua desde que trabaja en Madrid? "Se percibe un esfuerzo por ver si pueden tomarse un café con nosotros, e incluso pararse en un pasillo para hablar del tiempo", cuenta un diputado popular. "Es un esfuerzo en lo personal, pero no en lo político, como la desfachatez que hemos visto esta semana con Buesa", sigue. "En el caso de Aizpurua: intenta transmitir una imagen que se contradice con su trayectoria personal y política no es creíble".
¿Es la culminación de ese blanqueamiento? "No, qué va, es un peldaño más, habrá más actos de blanqueamiento", sigue Múgica, que subraya que, pese a 'la foto del viernes 13', el "eructo irreflexivo del 'que te vote Txapote' no conduce a ninguna parte".