Los movimientos de Álvaro Prieto contados por los trabajadores de Renfe: "No entres en las vías"

Tras revelar el análisis forense que el joven cordobés falleció electrocutado al subirse al techo del tren y recibir una descarga de hasta 3.500 voltios, EL ESPAÑOL ha reconstruido sus últimos pasos y movimientos a través de las declaraciones de trabajadores de Renfe que, por un motivo u otro, se cruzaron con Álvaro aquella fatídica mañana.

Antes había pasado la madrugada del jueves 12 de octubre en una fiesta en la discoteca Theatre de Sevilla Este y se disponía a volver a su casa, pero nunca llegó y las alarmas de dispararon esa misma tarde. 

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La última trabajadora que probablemente lo vio con vida fue una empleada del servicio de catering de los trenes. No fue en la misma estación, sino en las oficinas de Renfe, ubicadas en una de las calles paralelas a Kansas City, detrás del edificio Realia.

A estas oficinas únicamente accede personal de la compañía y desde las mismas existe un paso directo a las vías. Es, de hecho, por donde acceden los vehículos del catering.

Según ha podido saber este periódico, esta empleada le pregunta qué hace en ese lugar y le lanza la advertencia: "No puedes entrar en las vías". A continuación le acompañó hasta la salida y ya no lo volvió a ver.

Estas mismas fuentes precisan que antes de llegar a Santa Justa, Álvaro primero acudió al apeadero de San Bernardo, ubicado a 2 kilómetros de la estación de Santa Justa porque pensó que su tren salía de allí. Fue en esta misma parada donde le informan de que su Avant partía de la otra estación. 

Cuando bajó a realizar el checkin, le comunicaron que ya lo había perdido, pero que se trasladara a la oficina de Atención al Cliente para que le ayudaran, porque incluso podían autorizarle para viajar gratis en otro. A veces Renfe lo hace. Una de las azafatas que lo vio asegura que "no iba bajo los efectos del alcohol, pero tampoco completamente normal".

La versión oficial del Centro de Servicios de la compañía es que el joven acudió a estas oficinas de Atención al Cliente porque no encontraba el billete. Las trabajadoras que en ese momento le atendieron le solicitaron datos necesarios para poder localizárselo. No obstante, aseguran que "en todo momento, la conversación transcurre con normalidad", según se recoge en el citado informe consultado por Europa Press.

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En primer lugar, facilitó un correo electrónico en el que se localizó un billete, pero no el que él buscaba. A continuación, se le pidió la tarjeta de crédito con la que realizó la compra pero Álvaro entonces aclaró que disponía de una tarjeta virtual, "señalando su teléfono móvil, el cual parece estar apagado".

Fue entonces cuando se le ofrece un cargador e incluso se le indica dónde lo puede cargar, "todo para encontrarlo y poder ayudarle a coger su tren". Sin embargo, el joven manifiesta que cree que no funciona y, por tanto, el personal busca otra fórmula de poder solventar su situación.

Finalmente, el joven facilitó el correo de su padre y con ello se localizó el billete de ida y vuelta Sevilla-Córdoba-Sevilla, un Avant con salida ese 12 de octubre a las 7,35 horas. "Se le hace saber que ese tren había salido ya y se le informa de la política de dichos trenes en cuanto a la pérdida de tren", apostilla el Centro de Servicios.

Al ser informado de los siguientes horarios, Álvaro cogió su cartera y se dirigió a las taquillas, cruzándose con una tercera compañera quien se asegura de que efectivamente estaba en las taquillas como para comprar un nuevo ticket. Según las fuentes cercanas a la investigación, en la taquilla número 3, Álvaro intenta ir a Córdoba con una TSC de Cercanía, lo cual no es posible.

Para poder llegar a su destino de manera normalizada, el próximo en salir era un AVE a un precio de 40 euros. Sin embargo, fue a pagar con el móvil y se dio cuenta de que no tenía batería. En ese momento, se le dijo que si tenía cargador lo podía enchufar en cualquier enchufe de la estación pero se marchó de la zona.

Salió de la estación

Es ahí cuando empieza a pensar en cómo podría llegar a Córdoba. Intentó coger el AVE Sevilla-Barcelona de las 8,55 horas, pero los vigilantes abortan su objetivo en la misma estación. Una cámara de seguridad lo graba saliendo por la puerta de Santa Justa que da a la avenida Kansas City.

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Por esa barriada, conocida como Las Huertas, sí fue visto e identificado posteriormente, al menos, por un par de vecinos. Una mujer lo ve sobre las 10,30 horas en ese punto y otro hombre lo ve desde una terraza de un bar de la zona sobre las 11,15. 

En conversación con EL ESPAÑOL este hombre asegura que lo recuerda a la perfección cuando lo vio en la tele ya por la tarde. Le llamó la atención su complexión fuerte y su poblada cabellera rubia. También recuerda la vestimenta, la camisa verde y el pantalón beige.

Según publica ABC, a raíz de fuentes de empresas auxiliares que trabajan en el nodo ferroviario hispalense, que hasta por dos veces intentó saltarse a las vías desde el exterior tras su salida del recinto ferroviario. Incluso por unos túneles de acceso cercanos al citado edificio de Realia, en las inmediaciones del paso elevado conocido como del indio por una estatua que existe en la zona.

Las sospechas del personal

Es en ese momento cuando accede a las oficinas de personal de Renfe y la citada trabajadora le hace la advertencia y lo acompaña hasta la puerta. A partir de ahí, todos son sospechas, por el momento.

Algunos trabajadores creen que siguió andando en paralelo a la vía, buscando por donde acceder, o incluso que pudiera haber saltado al citado tren desde un puente ubicado en las inmediaciones con el objetivo de llegar posteriormente al andén. 

El acceso a las vías, en cualquier caso, no se prevé complicado a simple vista por algunos puntos al existir resquicios, muchos de ellos por actos vandálicos, sin ser interceptado ni percatado por cámaras de videovigilancia.

Precisamente fueron las imágenes tomadas de una gasolinera cercana las que permitieron a la Policía ubicar a Álvaro en el techo del tren, donde se electrocutó. Al menos, esa ha sido la versión oficial del delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández.

También que si ese tren no se hubiera movido, para practicarle las pruebas pertinentes tras permanecer casi dos meses averiado, hubiese sido absolutamente imposible ver el cadáver de Álvaro desde el suelo.