El misterio del pueblo más pobre de España con un alcalde de IU: una 'gran' empresa y mucho silencio
Poco menos de 1.900 personas viven en Higuera de Vargas. La renta per cápita, según la Agencia Tributaria, es de 12.737 euros, 2.000 euros por debajo del salario mínimo.
21 octubre, 2023 02:58Higuera de Vargas es un pequeño pueblo de Badajoz, a una hora en coche por carreteras secundarias. Se sitúa cercano a Jerez de los Caballeros y Olivenza, siendo este último punto la localidad de referencia. Higuera acaba de ser señalados como el pueblo con la renta per cápita más baja de España, lo que más o menos en cristiano querría decir: los más pobres del país. Sin embargo, el primer vecino que es cuestionado sobre ello lo niega. Al loro: "Que no estamos tan mal".
La agencia tributaria dice que aquí sobreviven con 12.737 euros por persona al año. Si lo situamos en términos económicos, es fácil comprobar que la estadística deja mal a los habitantes del pueblo. El salario mínimo interprofesional, por ejemplo, para 2023 es de 15.120 euros brutos. Dicho de otra forma, en tono exclamativo, por parte de un trabajador que acaba de conocer esos datos en Madrid: "¿Pero si eso no lo cobran ni los becarios, no?".
No obstante, el poder adquisitivo podría ser mayor que en otras zonas, como por ejemplo Madrid, con una renta similar. "Aquí la vivienda está a unos 200 euros si la alquilas, aunque la mayoría la tiene en propiedad, que costaría unos 60.000 euros", apunta un vecino a EL ESPAÑOL. Olvídense siquiera de tener una habitación por ese precio en la capital del reino.
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En Higuera de Vargas las casas son bajas, en general de dos plantas. Suelen ser bastante luminosas por tanto y, en algunos casos, tienen incluso patio. La mayoría son construcciones antiguas, eso sí, pero el ruido no es un problema. Hay algunas en venta porque aquí la sangría poblacional acompaña desde los años 60, cuando llegaron a ser 4.000 vecinos. "Somos menos de 1.900", destaca Ángel Cabalgante, alcalde de Izquierda Unida en la localidad.
El regidor no gobernaba cuando se produjeron los datos de esta estadísticas, radicada en las declaraciones de 2021. Por entonces, gobernaba el PSOE en la localidad. Desde el pasado junio, el regidor de izquierdas es apoyado por los dos concejales del PP y el restante de Juntos Por Extremadura, que se turnarán la primera tenencia de alcaldía cada dos años. "La relación entre nosotros es excelente. Lo coordinamos muy bien y no hay problemas. Políticamente se mira todo con lupa ahora. Todo es cuestión de diálogo, de consenso y de acuerdos. A nosotros nos preocupa nuestro pueblo y trabajamos para nuestro pueblo".
El misterio
La explicación a las rentas bajas del pueblo no está clara. Los vecinos no quieren hablar ante la cámara, pero por detrás se lanzan conjeturas. "Yo te podría contar hasta las 8 de la tarde, pero no puedo", apunta uno de ellos a este periódico. El enigma queda en el aire. A otro, sin embargo, le molesta que haya quien apunte a la economía sumergida: "Si el problema es que el trabajo es agrícola, muchos no presentan la declaración y los que lo hacen son para que les devuelva Hacienda, las rentas más bajas".
Al contrario de lo que se pudiera pensar, Higuera de Vargas es un lugar con negocios abiertos. Varios bares: el de la zona alta, el del cruce, el de la gasolinera o los que hay junto a la plaza del Ayuntamiento. Además, Caja Rural tiene hasta dos sedes aquí. Un Dia, otro supermercado privado, una papelería y tienda de todo a cien, mucho trabajo en el campo y hasta una empresa cafetera.
"Estos datos estadísticos salen anualmente y estos años anteriores era Zahínos. Este año nos ha tocado a nosotros. Una cosa es el pueblo más pobre de España y otro es el pueblo con menor renta per cápita", apunta el alcalde de la localidad pacentes. "Tenemos que saber que el tema de renta per cápita son datos estadísticos de la agencia tributaria".
Desde su punto de vista, "eso no quiere decir que Higuera de Vargas sea el pueblo más pobre de España. De hecho, aquí hay dos entidades bancarias. Eso es porque algo de dinero tiene que fluir. La gente está en paro como en todos los sitios. Son gente de pueblos eminentemente agrícolas o ganaderos, más bien lo segundo ya. Y hay paro agrícola".
Esto, explica, supone que cada "35 peonadas anuales, tienes un paro de seis meses de 400 y pico euros. Una población que pide de esa ayuda y tiene trabajos esporádicos tiene una renta per cápita menor". Pero, insiste: "Hay un supermercado de Dia, hay otro privado, hay varios ultramarinos con carnicería, frutería".
Aduce que Café Vargas "es la única empresa que tenemos, por llamarla de alguna manera —pyme y no pequeño autónomo, se refiere—. Hay un taller de recambios de ruedas, pero la 'empresa' es esa. Tiene cinco o seis trabajadores directos más algunos comerciales que tiene fuera... Abarca toda Extremadura y parte de Andalucía".
El resto de trabajadores de la localidad, según apunta el alcalde, son "ganaderos autónomos que viven de sus ganados. Hay bares, también...". El regidor asegura que los servicios de todo el municipio están asegurados. "Tenemos una residencia de ancianos, un centro de salud...".
Sí reconoce Cabalgante que hay un problema de fuga de cerebros. "La población ha disminuido, somos menos de 1.900 habitantes. Pero lógicamente la gente joven cuando se va a estudiar a la universidad ya no vuelve. Tenemos una población envejecida".
Eso, no obstante, no significa que el pueblo sea pobre. "No lo es", insiste Cabalgante. "Y a nivel de ciudadanía no se ha creado una alarma. La gente dice: que digan lo que quieran; que vengan los madrileños y vean cómo vivimos".
El misterio trata de resolverlo Cabalgante con la lógica. "Son datos estadísticos en función de lo que se declare. Aquí no hay grandes rentas, ni hay empresas grandes. Son pequeños ganaderos que hacen su declaración. Después, hay gente que no está obligada y no la hace".
Aquí se vive perfectamente con lo que se tiene. "La gente en los pueblos hay una parte de los productos que los tiene en casa. Aquí todo el mundo tiene su huerto. Tomate, lechugas, cebollas... Hay aceitunas para el aceite, siembran garbanzos... En la bolsa de la compra eso repercute. No tienen que ir por ellos ni comprarlos".
A pesar de todo, el regidor de Izquierda Unida no se muestra ajeno a lo ocurrido. "Indiferente no puedo estar. A mí me preocupa; me preocupa. En la medida de lo posible, si en nuestra mano está la posibilidad de mejorar algo, lo vamos a intentar. No es competencia del Ayuntmaineto como tal, pero no vamos a permanecer impasibles".
La idea es "fomentar el tema de emprendedores de alguna manera. Otro medio no hay. A ver si igual que está Café Vargas, apoyarlos. Se trata de eso, de fomentar los emprendedores. Aquí no habrá fábricas de cementos ni bicicletas".
Una empresa de todos
Si uno pregunta a los vecinos del pueblo por el ránking, la mayoría se ríe. Nadie quiere hablar a cara descubierta, aunque alguno señala la economía sumergida. El alcalde declina entrar en ese tipo de comentarios.
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Dos vecinas que pasean por la localidad apuntan que es imposible que sean los más pobres. Dejan entrever que en el pueblo con alguna ayuda y otros trabajos que se hagan por detrás se puede vivir bien. Sin embargo, no aportan ejemplos concretos.
Asimismo, explican que la situación en el pueblo no es mala. Como ejemplo, La Benéfica. "Hace unos años repartieron 400 euros por vecinos por la recogida del corcho", explican.
La idea de La Benéfica comenzó años atrás. "Nuestros abuelos tenían unas tierras y decidieron crear una especie de sociedad compartida para el pueblo. Hay unas 11 fincas de varias hectáreas de terreno que pertenecen a los nacidos en Higuera de Vargas".
"La Benéfica es el pueblo en definitiva", resume el alcalde. "Todos los mayores de 18 años, hijos de padres nacidos en Higuera de Vargas y empadronados en el pueblo, formamos parte de esa sociedad sobre la cual tenemos una serie de derechos adquiridos".
"Tenemos derecho a la explotación de terrenos, a bellotas, porque aquí se coge la bellota a mano... Yo tengo derecho a equis parcelas al año y eso lo vendo. Tengo derecho a meter ciertas cabezas de ganado de vacas o cabras, porque cerdos no hay en las dehesas por un problema que hubo hace muchos años. Tenemos derecho a siembra, a pastos... Tenemos una papeleta y la explotas o la vendes a otro vecino", comenta Cabalgante.
La cooperativa del pueblo es explotada por los ganaderos en su mayoría. Son unos pocos los que explotan las tierras y pagan la papeleta al resto de los vecinos. "El precio varía por año", explica una de las vecinas. Luego, cuando se recogen los resultados de las siembras agrícolas se reparte o se decide en qué invertir ese dinero.
Con todo ello, vivir en este pueblo no es ningún suplicio. No es un lugar inhóspito ni mucho menos. La gente vive y lo hace bien. La estadística dirá lo que quiera decir. Habrá un problema de renta per cápita, pero no de calidad de vida. "Antes había más clases en el colegio y ya no hay apenas. Los jóvenes se van fuera y no regresan, pero es normal, está pasando en toda España excepto en la costa de Andalucía. Los niños ahora quieren grandes ciudades donde trabajar de lo que estudian y no heredar los negocios de sus padres", dice un vecino junto a su mujer antes de finalizar. "Pero eso no quiere decir que se viva mal aquí. No estamos tan mal como se dice en ese ránking".