Rodrigo Alonso junto a Santiago Abascal el pasado 1 de mayo en Madrid

Rodrigo Alonso junto a Santiago Abascal el pasado 1 de mayo en Madrid

Reportajes

Rodrigo Alonso, el líder del sindicato de Vox que llama a la huelga: el 'empresario' que arruinó a su pueblo

Solidaridad, una organización que representa a menos del 0,1% de los trabajadores, llama a una huelga general el 24 de noviembre.

15 noviembre, 2023 02:33

En la sede del sindicato Solidaridad se venden camisetas a 14 euros, colgantes patrióticos a 5 y pulseras con la banderita de España a sólo un euro. En el número 1 de la exclusiva calle de Trafalgar, en pleno centro de Madrid, se ubica la única sede social que tiene en toda España el sindicato asociado a Vox. Es la hora de comer y en las oficinas, donde trabaja una decena de empleados, apenas hay tres personas. Su secretario general, Rodrigo Alonso, no tiene siquiera despacho propio porque apenas pasa por aquí. 

A esa hora, en realidad, Alonso acaba de salir de un acto contra la amnistía en la Universidad Complutense convocado por la organización juvenil Revuelta, también cercana a Vox. La noche anterior el líder sindical acudió a la protesta diaria convocada en la calle Ferraz, junto a la sede del PSOE, donde se fotografió con el periodista Tucker Carlson, quien fue despedido de la muy conservadora Fox News por alentar el bulo de un presunto fraude electoral en las últimas elecciones estadounidenses en las que perdió Donald Trump.

Rodrigo Alonso viene mucho por Madrid, pero su verdadero puesto lo tiene en Sevilla, en el Parlamento andaluz, donde es diputado autonómico y portavoz adjunto de Vox. Ocupa el cargo desde 2018 y aunque en las elecciones del 23-J se presentó como número dos por la provincia de Almería para dar el salto al Congreso de los Diputados, finalmente no fue elegido. Compatibiliza, por tanto, su responsabilidad en el Parlamento andaluz con el liderazgo de Solidaridad, de la que no cobra un euro, según aseguran desde el propio sindicato. 

[Solidaridad, el sindicato de Vox, convoca una huelga general para el 24 de noviembre]

La organización, que según fuentes internas cuenta con unos 15.000 afiliados, acaba de lanzar un llamamiento a una huelga general, prevista para el próximo 24 de noviembre. Aseguran que los pactos del PSOE con los independentistas supondrán una “desigualdad entre los trabajadores que se producirá al amparo de las cesiones al separatismo y a quienes quieren romper la unidad de España”. Se trata, sencillamente, de una herramienta política más para condenar la amnistía y el acuerdo de investidura con Junts, el partido de Carles Puigdemont. Con 250 delegados sindicales repartidos por toda España, Solidaridad no representa ni a un 0,1% de los trabajadores, por lo que se espera que la llamada a la huelga tenga una incidencia mínima o inexistente. 

Las tradicionales plataformas sindicales consideran que Solidaridad no se puede catalogar siquiera como un sindicato, sino que se trataría de una sociedad vinculada a Vox para afianzar ese discurso de clase con el que busca atraer el voto de las periferias y los profesionales menos cualificados. Su creación se remonta a 2020, un año después del gran éxito electoral del partido de Santiago Abascal, cuando logró obtener 52 escaños en el Congreso de los Diputados. Según fuentes de Solidaridad, la organización se financia únicamente con las cuotas -de 5 a 50 euros mensuales- de sus afiliados, aunque en las últimas semanas la exdirigente de Vox Macarena Olona denunció que el sindicato habría recibido unos 4 millones de euros de dinero público obtenidos por el partido. Por el momento, eso sí, no ha habido ninguna prueba de irregularidades.

Rodrigo Alonso este martes en un acto en la Complutense organizado por Revuelta

Rodrigo Alonso este martes en un acto en la Complutense organizado por Revuelta Redes sociales

Vox se presentó a esas elecciones de 2019 tras haber estrechado sus vínculos con otros grupos ultraderechistas europeos de distinta naturaleza, como Hermanos de Italia de la ahora primera ministra italiana Giorgia Meloni o la Agrupación Nacional de la francesa Marine Le Pen, de quienes copió el mensaje contra las élites globalistas. Vox necesitaba una organización con la que atraer al trabajador desencantado y para ello se encomendó a Rodrigo Alonso, que había sido muy activo en el campo andaluz, representaba a una comunidad descreída con los socialistas y se había movido bien para convertirse en una persona cercana a Santiago Abascal. 

Consejero de Hacienda y 'empresario'

Su bagaje, sin embargo, tiene poco que ver con lo que se puede esperar de un sindicalista. Comenzó su carrera política en 2007 como concejal de Hacienda en Antas, un municipio de la provincia de Almería, en el que había nacido 27 años antes de asumir el cargo. “Si preguntas por allí dudo mucho que alguien te vaya a hablar bien de él”, cuenta al teléfono un antiguo militante de Vox en Almería.

Rodrigo Alonso ocupó dicho puesto durante dos legislaturas bajo las siglas del PP. Y según contó hace tres años EL ESPAÑOL, al término de esos dos mandatos, en 2015, la deuda pública aumentó un 161%, de 769.000 euros a más de 2 millones. Otros cálculos elevan incluso ese agujero a unos 3,4 millones de euros. Lo acusaron de haber recibido una subvención para la construcción de una piscina municipal que nunca se hizo y de no haber pagado durante dos años las cuotas de la Seguridad Social de los empleados del Ayuntamiento. En 2015 el PP lo relegó a suplente en las listas y por un tiempo se mantuvo al margen de la política. 

Rodrigo Alonso junto a dirigentes de Vox en una concentración en Colon el pasado octubre

Rodrigo Alonso junto a dirigentes de Vox en una concentración en Colon el pasado octubre

Se había licenciado en Administración de Empresas por la Universidad de Granada y gracias a ese título comenzó a presentarse como emprendedor. “Qué emprendedor, ni qué empresario, ni qué nada. Lo que tenía Rodrigo era una tienda de teléfonos móviles en su pueblo”, asegura el antiguo militante de Vox. Una información que también fue publicada por EL ESPAÑOL. Alonso, sin embargo, se presentaba como empresario de telecomunicaciones y en 2017, cuando Vox preparaba su despegue en una tierra con una alta tasa de inmigración y fuerte presencia agrícola, también consiguió convencer a los dirigentes del partido. 

[Rodrigo, líder del sindicato de Vox, arruinó a su pueblo con medio millón: la tía de Abascal le apoya]

Amigo de tita Begoña 

“Es un tío muy espabilado, con mucho palique, mucho don de gentes y se arrimó a quien tuvo que hacerlo. Hubo un momento en el que el partido necesitaba crecer y aquí empezó a entrar gente nombrada a dedo desde otros sitios. Trajeron como coordinadora en Sevilla a la 'tita Begoña', la tía de Abascal, que ya me dirás tú lo que puede coordinar una vasca en Andalucía. Pero el chico de Antas se pegó a ella y ésta quedó encantada”, asegura el antiguo miembro de la formación ultraderechista. Un año después de aquello, Rodrigo Alonso ya era diputado autonómico en el Parlamento andaluz y poco después, portavoz adjunto del partido en esta Comunidad Autónoma. 

Rodrigo Alonso en un acto de Solidaridad el pasado julio en Madrid

Rodrigo Alonso en un acto de Solidaridad el pasado julio en Madrid

Tres antiguos militantes de Vox denunciaron de forma anónima que en aquellos años ellos habían ideado la formación de un sindicato que defendiera la unidad de España y rompiera con el tradicional eje sindical vinculado a la izquierda. Sin embargo, nunca llegaron a dar la cara ni a acudir a los juzgados. Lo cierto es que gracias a las conexiones con el círculo mágico de Abascal y Kiko Méndez Monasterio, el consejero áulico del líder de Vox, Rodrigo Alonso se presentó en Madrid con un dossier que terminaría cristalizando en la creación de Solidaridad en 2020. En ese esfuerzo por presentar la batalla cultural, el sindicato homenajea con su nombre a la organización polaca de raíces cristianas que luchó contra el comunismo mientras Varsovia todavía pertenecía a la órbita soviética. 

Alonso es padre de dos hijos, aficionado al boxeo, presenta una imagen de hombre fuerte y luce barba recortada al estilo Abascal. Es un soldado más en la causa del partido ultraderechista. La última de sus maniobras es agitar la conflictividad social presente en las calles contra la amnistía en los puestos de trabajo.