La venganza de Kiko 'El Cabra', el piloto de la narcolancha de Barbate: "Fue un ajuste de cuentas"
Francisco Javier M. P., de 46 años, llevaba 15 a bordo de este tipo de embarcaciones. Días atrás un amigo suyo murió en un operativo policial.
11 febrero, 2024 18:43Su nombre es Francisco Javier M. P. y su alias Kiko 'El Cabra'. Tiene 46 años y lleva al menos 15 a bordo de narcolanchas. Es el perfil del vecino de La Línea de La Concepción que ha sido detenido como principal sospechoso de pilotar la embarcación que, el pasado viernes, impactó contra una zódiac de la Guardia Civil en Barbate, matando a los agentes Miguel Ángel González y David Pérez e hiriendo a otros dos.
Tras el suceso, cinco de los narcos que iban a bordo de la narcolancha la dejaron al pairo cerca de la playa y trataron de huir, aunque fueron detenidos hacia la una de la madrugada. El Cabra, no obstante, escapó junto a otros dos sospechosos, J.I.A.B., de 39 años, y M.C., de 25, este último sin antecedentes.
En respuesta al doble asesinato, numerosos agentes de Algeciras y Cádiz desplegaron un dispositivo policial sin precedentes para dar caza a los presuntos criminales. A última hora de la tarde del sábado, él y los otros dos sospechosos fueron detenidos en la urbanización de lujo La Alcaidesa, situada entre San Roque y La Línea.
Fuentes de la Guardia Civil aseguran a EL ESPAÑOL que Kiko 'El Cabra' ya está en el calabozo de la Comandancia de Algeciras. Asimismo, aseguran que el asesinato de los agentes fue una venganza, concretamente, "un ajuste de cuentas" por la muerte de otro narcotraficante llamado Marcos unas semanas atrás, y quien presuntamente era amigo del conductor del vehículo que acabó con la vida de los policías.
Vecinos de La Línea de La Concepción aseguran que tanto El Cabra como Marcos llevaban desde hace años metidos en redes de tráfico de hachís. "Siempre andaban juntos", explicaron a EFE vecinos de la zona. Marcos, de hecho, tenía antecedentes por contrabando, tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal.
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Sin embargo, el pasado 31 de enero, Marcos murió durante un operativo policial en la desembocadura del río Guadalquivir, a la altura de Sanlúcar de Barrameda, después de que su narcolancha chocase con la patrullera del Servicio Marítimo de la Guardia Civil Río Águeda. Esta se había acercado a la embarcación, que llevaba 90 garrafas y 25 litros de gasolina. La vieron detenida, al pairo y aparentemente sin nadie a bordo.
Pero los sospechosos se encontraban dentro, descansando, tumbados. Al darse cuenta de la presencia de los agentes, arrancaron a toda prisa para tratar de huir, pero colisionaron con la patrullera. El compañero de Kiko 'El Cabra' quedó gravemente herido, fue trasladado al hospital y, finalmente, perdió la vida.
Nueve días después, durante el trágico encontronazo con la Guardia Civil del viernes, Kiko 'El Cabra' aprovechó, siempre presuntamente, que su narcolancha era mucho más grande que la zódiac de los agentes para tomarse la justicia por su mano. En los vídeos de la colisión se ve cómo la lancha comienza a dar vueltas alrededor de la patrullera, la zarandea y finalmente la embiste, con la clara intención de herir o matar a los dos agentes.
Tal y como adelantó el sábado este diario, los narcotraficantes del Campo de Gibraltar justificaron el asesinato de los guardias civiles a través de un grupo de Telegram. "Por lo del colega. Descansa en paz. Una por otra", se leyó entre los mensajes del chat. "Con esto descansará la familia", respondió otro. "Ole, ole, está bien hecho". "Se lo merecen". "Está bien hecho, ahora van a saber qué se siente cuando ellos matan". "Que se jodan. Ellos tienen su justicia, pues nosotros ponemos las nuestras". Estos fueron sólo algunos de los comentarios interceptados en el grupo.
Dos casas, un 4X4 y antecedentes
Según señala EFE, Kiko 'El Cabra' comenzó "desde muy joven" en las redes de tráfico de hachís. Arrancó su periplo criminal desembarcando fardos en la playa hasta que subió en el escalafón como copiloto y piloto de gomas, una de las labores mejor remuneradas, ya que para un trabajo de estas características se puede llegar a cobrar entre 30.000 € y 40.000 € por viaje, según la cantidad de droga que se transporte.
Eso podría explicar que Kiko 'El Cabra' tenga una casa en La Línea de la Concepción y otra en El Zabal, en una zona conocida como 'villa narco', además de un 4x4. También es un perfil bien conocido por las autoridades, ya que tiene antecedentes por resistencia a las autoridades, desobediencia y blanqueo de capitales.
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La última vez que pasó por el calabozo fue en febrero del 2023, cuando transportaba 40 kilos de hachís en el Estrecho. Anteriormente ya había sido detenido por la Policía Nacional en marzo de 2020 por participar en los disturbios en los que varios vecinos de La Línea trataron de impedir que un autobús con 28 ancianos fuera conducido a una residencia de la localidad. Los hombres y mujeres de la tercera edad estaban siendo trasladados de su residencia en Alcalá del Valle a otra en La Línea para evitar el contagio de la Covid-19.
El Cabra –conocido así por su conducción temeraria a bordo de las lanchas– fue uno de los que alentó a una docena de jóvenes a boicotear el transporte, que fue recibido con insultos y piedras. Precisamente son fuentes de la Policía Nacional, que intervinieron en aquel suceso, las que confirman a este diario que la fotografía que abre este reportaje se corresponde con la de Francisco Javier M. P.
"A él no lo encuadran dentro de ningún clan específico", señala a EL ESPAÑOL un ex-OCON, la unidad de élite creada para luchar contra el narcotráfico en el Campo de Gibraltar. "Cada clan tiene los suyos propios, que son los habituales, pero los pilotos van cambiando. Y luego hay pilotos que van trabajando para varios clanes".
"Esto que ha pasado no les interesa a los propietarios, a los narcos", continúa la fuente, que sugiere que 'El Cabra' se podría haber dejado llevar por motivos personales y no profesionales. "Lo habrá hecho porque conocería al otro [Marcos, el narco muerto el 31 de enero] o porque sería íntimo amigo suyo. Pero los narcos prefieren mantener siempre un perfil bajo. No quieren jaleos. Es malo para el negocio. Cuando 'El Castaña' hizo aquel vídeo con un rapero, el resto de narcos le obligaron a que se entregara para evitar lo que después ha acabado pasando. Yo sé que esto no les ha gustado", asegura.