Las hamburguesas 'de oro' de los Gelabert en The Fitzgerald: de la ruina a facturar 23 millones
Los hermanos Carlos y Mario abrieron en 2013 su primer restaurante en Torrent (Valencia). Ahora tienen 26 y proyectan superar los 30 en 2024.
5 marzo, 2024 02:31Las hamburgueserías gourmet están absolutamente de moda. Pero no muchos vieron hace una década su potencial “cuando sólo existían las grandes cadenas como McDonald's o Burger King, que son más de comida rápida, u otras como Foster's Hollywood, que eran algo más gourmet”. Los hermanos Carlos y Mario Gelabert sí supieron vaticinar que ese modelo de negocio iba a funcionar. Le tomaron el pulso a la sociedad española y se arriesgaron, apostándolo todo por las hamburguesas de autor. Así fue como en 2013 abrieron el primer restaurante The Fitzgerald en Torrent (Valencia).
Poco más de 10 años después, los hermanos valencianos cuentan con una cadena compuesta por 26 restaurantes –“además de que en 2024 se abrirán otros cinco o seis”– y cerraron 2023 con una facturación de 23 millones de euros, con la pretensión de superar los 28 millones este año. El crecimiento ha sido vertiginoso, pese a que el mayor de ellos, Carlos Gelabert (Valencia, 1986), venía de otra empresa familiar que se fue a pique a causa de la crisis económica de 2007. Pero resurgió de las cenizas junto a Mario (Valencia, 1993).
Ambos hermanos, en este sentido, siempre estuvieron vinculados al mundo de la hostelería. “Mi hermano y yo venimos de una familia de hosteleros, así que se puede decir que crecimos detrás de la barra del bar de nuestro padre, Juan Carlos Gelabert, que se llama L'Hostalet. Aún existe aunque ya no es nuestro. Pero ahí crecimos y yo empecé a echar una mano cuando tenía unos 15 ó 16 años”, cuenta Carlos en conversación con EL ESPAÑOL.
Años más tarde, con la mayoría de edad, Carlos decidió ayudar en la empresa hostelera de su padre. “Me gustaba la hostelería, además de que vi que, sin ser ricos ni nada del otro mundo, teníamos nuestra casa, coches y una vida buena”, explica. Por ello, por un lado, el cofundador de The Fitzgerald iniciaría unos estudios en Administración y Dirección de Empresas (ADE) que no concluiría, pero, por otro, empezó una carrera laboral y empresarial que fue lo que le curtió para bien y para mal en el mundo de los negocios hosteleros.
[El imperio de los Chacón tras El Pulpo, la marca de ropa que viste a la RFEF: facturan 5 millones]
De la crisis a las 'burgers'
Con 18 años, Carlos Gelabert comenzó a ayudar a su padre en el Grupo Cobeca, un grupo hostelero y de restauración con varios restaurantes, cafeterías y bares de copas de Valencia que llegó a tener hasta 200 trabajadores y 10 locales. “Pero es cierto que mi padre no era empresario, sino que más bien era un gran camarero. Por ello, cuando vino la época de vacas flacas por la crisis no teníamos unos cimientos empresariales sólidos por lo que nos afectó muchísimo”, recuerda el dueño de The Fitzgerald.
Fue a finales de 2012 cuando este grupo empresarial liderado por los Gelabert dejó de facturar. “Mi padre tomó la decisión de continuar con ello para por lo menos liquidar las deudas y me dijo: 'Tú márchate, toma tu camino'”, dice Carlos. Su padre se quedó en la empresa como el capitán que se queda junto a su barco mientras se hunde, pero no quería que ello le salpicara a su hijo, así que le dijo que volase.
Carlos cuenta a este diario que de la noche a la mañana pasaba de estar en una gran empresa a no tener ni nómina, ni coche, ni nada… “Y llámalo espíritu emprendedor o locura, pero me decidí a montar algo por mí mismo”, dice. En este caso, sin embargo, contaría con su hermano Mario, que ya entonces era mayor de edad, mientras que Carlos tenía 27 años.
Habían crecido juntos, y pese a los siete años de diferencia que los separan y a los distintos caracteres que tienen, siempre hubo mucha cercanía entre ellos. “Desde niño siempre fui muy deportista, jugaba al baloncesto y era más creativo. Mi hermano, en cambio, siempre ha tenido más los pies en el suelo. Es más metódico, jugaba al golf, y siempre fue muy maduro para su edad. Por eso siempre hemos sido cercanos”, continúa Carlos.
Ya los dos, siendo mayores de edad, se embarcaron juntos en el proyecto de The Fitzgerald. Y Carlos lo tenía claro: “Sacamos algunas conclusiones de lo que nos había pasado para mejorar. Por ejemplo, en el nuevo proyecto no queríamos perfiles antiguos en hostelería. Queríamos que fuese algo moderno que ofreciera una buena experiencia al cliente. Los otros dos pilares tenían que ver con vender un buen producto, como habíamos aprendido de mi padre y la hostelería tradicional, y con cuidar los detalles: flores, limpieza, música”, explica Carlos.
[El imperio de Gonzalo Calvo con los restaurantes Saona: de pelar patatas a facturar 64 millones]
Pregunta.– ¿Por qué llamaron al nuevo restaurante y a la cadena The Fitzgerald?
Respuesta.– El nombre viene de que, cuando estaba en el mal momento, vi la película de El curioso caso de Benjamin Button y al final de la película Brad Pitt le deja una carta muy bonita a su hija con un mensaje muy esperanzador. La carta me llegó y busqué de quién era. Era de un relato escrito por Francis Scott Fitzgerald y bueno, como habíamos pensado ponerle un nombre inspirador de alguna persona, decidimos ése por lo que había significado.
De 1 restaurante a 26
Llegado 2013, los hermanos Carlos y Mario Gelabert se lanzaron a la piscina. Abrieron su primer local en Torrent (Valencia). “En realidad, abrimos ahí porque el local era un antiguo Burger King que estaba cerrado hacía tiempo. Entonces pensamos que preparar ahí un buen producto en una cocina operativa de un restaurante de comida rápida podría ayudarnos”. Así, con poca red para amortiguar una posible caída, iniciaron los hermanos su proyecto, haciendo de todo: cocinar, limpiar, montar la terraza…
Los inicios no fueron fáciles y hasta pasado el primer “no se corrió la voz” de la existencia de una nueva hamburguesería gourmet. Fue entonces cuando el engranaje que habían diseñado los Gelabert empezó a funcionar y a generar dinero hasta el punto de que, en la actualidad, tienen abiertos 26 restaurantes con la prospección de superar la treintena en 2024.
[El imperio de los Grimalt con Ale-Hop: de vender sombreros mexicanos a facturar 158 millones]
Cocinan más de dos millones de hamburguesas al año, pero Carlos Gelabert revela que la reina sigue siendo la Fitzgerald Burger, su versión de la Cheeseburger de siempre, cuyo valor es de 9,90 euros. Los dos hermanos, además, emplean en la actualidad a 620 trabajadores por toda España. Concretamente, en la Comunidad Valenciana, la Comunidad de Madrid, Aragón, Castilla-La Mancha y Murcia. Y, si todo va bien, quieren alcanzar los 100 restaurantes en 2028.
“Es un proyecto ilusionante, pero Mario y yo queremos hacerlo con tranquilidad y cariño. Esperamos que todo siga yendo bien”, concluye Carlos, el mayor de los hermanos Gelabert, los cofundadores de The Fitzgerald.