Álvaro Rivas, de Alcalá Norte.

Álvaro Rivas, de Alcalá Norte. Laura Mateo.

Reportajes

Rivas, de Alcalá Norte: "De Escohotado aprendí que ser de izquierdas es odiar, y yo, ahora, odio"

"Es inevitable que se repartan viviendas en España: no sé si lo decidirá Sánchez o si va a venir de que la sangre corra por las calles" / "Hay un Real Madrid antifascista y yo soy de él: le prohibieron la entrada a Millán Astray a su estadio". 

18 agosto, 2024 02:39

Dice Fran Lebowitz, esa genia sin obra que hace reír a Scorsese como nadie más en la tierra, que "lo mejor del talento es que se distribuye de manera aleatoria entre toda la población del mundo", y que no depende de nada: no se puede comprar, no se puede aprender, no se puede heredar. O sea: que es posible que el talento sea de las pocas cosas democráticas que existan. O quizás suceda algo más hermoso y aterrador y antagónico, y es que lo único que tenga sentido en la vida (en la cultura) sea una aristocracia natural del talento.

Pienso en esto al ver en el escenario a Álvaro Rivas, vocalista y compositor de Alcalá Norte, el que según los mentideros es el grupo de moda. Yo creo que es más que eso. Bastante más que una recomendación caliente de Rosalía, o de Jota de Los Planetas (que va a verles a la Wurlitzer, encandilaíto, incluso aunque los programen a la vez en el Primavera), o de Kase O., o del vitriólico Calamaro, que no escatima en mandarles cariños. Les falta Vinicius Jr.: ese sería su sueño casi erótico, dice Rivas (y lo dice de verdad). En general, hay cuórum. Muchos les quieren y otros sólo les lamen la bota. Qué listos todos, son como los niños: buscan coger lo que brilla y a veces no recuerdan que quema.

Rivas es un tipo muy genuino y afable. Saluda con un abracillo, bebe cerveza y usa palabras poco comunes con alta frescura. Quedamos en una taberna tranquila cerca de la plaza de toros a la que le cantan en ese hit que tantas alegrías les ha dado, La vida cañón. A rezar: "Peineta pa’ mi chica / y un mantón. / Butaca en teatro, la vida cañón. / Sombra en Las Ventas, nalgas sobre blando… / hace tiempo que no pienso en el horror".

Lo han contado mil veces, y yo me uno por si falta la mil y una: el concepto "la vida cañón" lo sacaron de una vieja revista de prensa de mi querida España, esta España mía, esta España nuestra. Año 1935 y un vecino de Lavapiés siendo preguntado qué haría si le tocara el Gordo. El caballero contestó que se pillaría un tendido sombra y un mantón para su amor. También un gramófono para escuchar las coplillas favoritas y unos viajes a Burgos y a Soria para echarse a dormir bajo el árbol genealógico…

Pero Rivas, además de por un paisano que soñaba milagros domésticos un año antes de la guerra civil, también canta por Jünger y por León Bloy y por Goethe y por Cohen y por Lacan, los chicos listos y problemáticos de su bodegón sentimental. Los iremos desmenuzando en esta charla. Tira frases como dagas al ojo: "Es la casa del pobre la más cara de limpiar", "cansado de tanto prior, le jodan a Vallés y al dato", "Goebbels se mira en el espejo y ve a muchos chicos con su corte de pelo". 

A veces entona que parece que rapea, como desafiando entre la elegancia y el sarcasmo. Tiene algo de médium. En su gesto da la sensación de que supiese algo que nosotros aún no. No sé si es un maldito o un bendito: es confuso, quizá dependa de la hora del día. Luego habla y sorprende porque está lleno de ternura y eso lubrica su inteligencia áspera y extraña. 

Cuenta Álvaro que el disco está atravesado por Dionisio, "el tonto útil de Apolo", comenta de cachondeo. A mitad de concierto se calza el laurel porque esto es una celebración, un canto a la vida al estilo Whitman cuando decía que no creía que una brizna de hierba fuese inferior a la jornada de los astros. Este álbum es un poema largo, hondo y perfecto. En fin: épico. Lúdico con su punto de tragedia. Con su vértigo, como las cosas espigadas.

P.- ¿Cuánto miedo da volverse un gilipollas por el éxito sobrevenido?

R.- A mí ya me daba miedo volverme gilipollas sin éxito. Al final, la letra de ‘La vida cañón’ es bastante autoflagelante. "Seis horas seguidas metido en mi cuarto escuchando mi nueva canción, y hablando de mí…". Ese ego ya era una puta realidad. Estábamos hablando de nuestra mierda constantemente, pero sin ninguna repercusión fuera de nuestras relaciones íntimas, donde nuestra peña nos decía "callaos ya, por favor, jodéis todas las conversaciones porque no paráis de hablar de vuestra banda". Y es verdad que hay un autoplacer en tener una banda… pero se ha rebajado el riesgo de volverme gilipollas, porque ya recibo un poco de eso que mi ego maltrecho necesitaba: aprobación.

P.- Disminuyó la ansiedad.

R.- Sí, también porque he dejado de fumar porros o fumo de otra manera, y eso seguramente ayuda. Cuando salió el álbum, y mira que no teníamos la repercusión que tenemos ahora, peté a todos los niveles: broncas con mi señora, broncas con mis colegas… y refugio en los porros a muerte. Me di cuenta de lo que estaba haciendo, que era buscar calmarme con una droga que además me activa el cerebro. O sea: hacía todo lo contrario a calmarme. Y dejé que mi cuerpo se regulase solo, y dejé de hacerme trampas… dejé los porros para que no fueran una muleta, sino sólo un trampolín cuando me apeteciera.

Rivas.

Rivas. Laura Mateo.

P.- ¿Cómo era un día normal en tu vida hace dos años y cómo es un día normal ahora?

R.- Hace dos años trabajaba en Glovo. Ahora vendo seguros. Lo que pasa es que por las tardes fumaba porros y ahora hago malabares para ir a escalar (me mola esto, me tonifica, me viene debuti para ese ego maltrecho, duermo mejor) y hacer algunas entrevistas… lo que más ha cambiado es que hace dos años yo trataba seguramente peor a mi señora y ahora la mimo más y voy a buscarla en coche al curro. Ese es el principal cambio.

P.- Como en la película Princesas, ¿no? De León de Aranoa. La que protagoniza Candela Peña.

R.- No la he visto, y no sé quién es Candela Peña.

P.- Pues ahí dicen que el amor es que alguien venga a buscarte a la salida del trabajo… pero las protagonistas son prostitutas, por eso nadie puede hacerlo, y por eso esa frase da mucho más sentimiento: el amor parece un imposible.

R.- Hostias, qué monada. Es emocionante, ¿no? Pues sí, eso es lo que hago ahora: voy a ver a mi señora al curro y organizo mi tarde de manera que el mayor número de días posible pueda ir a por ella.

"Curré en Glovo y lo dejé: me sentía abrumado por estar destrozando 200 años de Derecho del Trabajo"

P.- ¿Odias a la gente que pide Glovo?

R.- No, no. No les odio, joder. Odio a Sasha Misho, que es como uno de los CEOS. A ese lo odio: es un reptil. A su socio, Oscar Pierre, no tanto. Entiendo que es el sueño de un pijito catalán. Yo cuando tenía 18 años y me juntaba con burgueses, todos querían hacer su app. "La app para hacer partidos de pádel, la app para salir de fiesta…". Y éste fue con un concepto más amplio: la app para lo que quieras, para disponer del tiempo de los demás. 

P.- El deseo más perverso para el genio de la lámpara: mil deseos.

R.- Era justo ese palo. Hay un tipo de pedido que me daba muchos quebraderos de cabeza que era el "quiero", y su símbolo era una varita mágica. Ese es el origen de Glovo: pide lo que quieras. No odio a la peña que se pide un Glovo, pero yo me sentía demasiado abrumado por estar destrozando doscientos años de derecho del Trabajo sin contemplaciones, ¿sabes? Esto arrampla un poco con todo. Yo en concreto era fontanero en Glovo y veía lo peor, veía los patrones que apestaban a mafia, y lo cuento en la canción tal cual, y me salí, porque no estaba cómodo. Y me fui con un exjefe de Glovo, que es una leyenda.

Rivas.

Rivas. Laura Mateo.

P.- Boicot, ¿eh?

R.- No, no, él se fue porque ya había triunfado allí y necesitaba otros jefes y otros retos, necesitaba gente que dudase de él, no gente que supiera que es el puto amo. Y se fue para otro lado y como yo no sabía lo que hacía allí, me fui con él.

P.- ¿Cómo se espera el Gordo ahora en los barrios trabajadores de Madrid? ¿Qué harías tú si te tocara, como soñaba el protagonista original de ‘La vida cañón’? Cuéntame alguna obscenidad.

R.- Yo dejé a medias estudios de Mates y de machine learning y tal que me molan, y lo aparqué todo cuando me metí a currar. Entonces estudiaría algo de Mates aplicadas a ese mundo, me gusta mucho. Me genera curiosidad un máster de Filosofía de la Historia que hay en la Autónoma. Me lo haría también. El Gordo son 300.000 pavos…

P.- Se queda corto... Con lo que vale ya un piso. Nada es para tanto, ni siquiera el Gordo.

R.- Justo, ¿no? Me pasaría dos años estudiando, de verdad, ¿eh?, y dejaría el resto en la cuenta a no ser que lo viera muy claro por mis colegas financieros. Mi padre es un pésimo inversor y creo que voy a salir a él. Lo tengo ahí en el banco y que no me rayen, que no estoy para historias.

"Si me tocara el Gordo, estudiaría Matemáticas aplicadas al ‘machine learning’ o un máster de Filosofía"

P.- A mi hermana pequeña le pregunté una vez por qué molaba la vida y me dijo que lo tenía clarísimo. Pensé que iba a decir "por el placer", pero dijo "por el conocimiento". Un poco como tú piensas, ¿no?

R.- Jajá. Qué puta ama. Lo de estudiar… es que sería un poco volver a quien yo era antes de llevarme un enorme desengaño formativo e ideológico. Yo era un empollón de niño.

P.- Se nota por el vocabulario que usas. Empleas palabras que no están en el acervo de la mayoría de la gente.

R.- Oye, qué bonito. Pues no sé cuándo, pero dejé de ser un empollón y empecé a beber y tal. Dejé de estudiar y seguí la inercia: como tenía buenas notas en el bachiller, me metí a estudiar Derecho y Economía, que es lo típico que te obligan hacer cuando has escogido Letras (gran error). Ya estudiaba sin pasión. Y quien me sacó del pozo del alcohol fue Antonio Escohotado diciendo lo que te decía tu hermana pequeña: que la gracia está en el conocimiento.

Conocí a Antonio. Fui a su kelly. Empezamos hablando de Alfredo Fiorito y acabamos hablando de Jünger. La mitad del disco es de Jünger. La calle Elfo es del hermano de Jünger, de Federico Jorge; Langemarck es por una frase de El trabajador de Jünger, que me flipó… y luego hay metáforas concretas que busqué en sus diarios de la Primera Guerra Mundial. ¿Qué más hay de Jünger? ‘La sangre del pobre’ es un libro de Leon Bloy, y si le conozco a él es porque Jünger me lo ha machacado.

Rivas.

Rivas. Laura Mateo.

P.- Hay una frase de La Haine que me gusta mucho y que dice "odio este dinero y por eso me lo gasto"…

R.- ¡Me gusta!

R.- … y tú cantas "la sangre del rico es pus, la vena del pobre derrama dinero". ¿Qué relación política tienes con el dinero y con el trabajo?

R.- Uf…

P.- Has parecido derrotado.

R.- (Ríe) Claro que me mata que me preguntes por el dinero y por el trabajo. A ver, es que después de Escohotado me desencanté. Me dijo un amigo que me iba a pasar, que me iba a cansar y me iba a volver antiliberal, y le dije "qué va, bro", y me pasó. Quizá porque no me puedo despegar del todo, y por Escohotado he tenido mi acercamiento a Hegel… y, en cierto modo, me cae bien Marx… así que me mola el trabajo. Me mola trabajar.

"Más que hacia Dionisos voy hacia Apolo y sus líneas rectas, estándares y horarios; creo que los necesitamos, lamentablemente" 

P.- ¿El trabajo dignifica, como decían en La Biblia? ¿"Ganarás el pan con el sudor de tu frente"?

R.- Es un poco ese rollo. El otro día estuve hablando con el Jota de Los Planetas y me dijo que le molaba mucho La calle Elfo, el rollo dionisíaco, revolucionario… esto también es muy del hermano de Jünger, de Federico Jorge. Esto de que "negocio" significa la negación del ocio… y Jota decía "sí, a tope, hay que disfrutar, no hay que trabajar", tal. Y le dije: "Oye, ojo, a mi juicio Dioniso es el tonto útil de Apolo, porque legitima las reglas de Apolo y los estrictos horarios que marcan los cánones sencillamente desbordándolos una vez al mes, en la bacanal".

P.- Qué hermoso, qué interesante.

R.- Esa era la broma con Jota. En ese sentido: me preguntas por el trabajo y el dinero y me voy más hacia Apolo y sus líneas rectas, y sus estándares y sus horarios… y creo que los necesitamos, lamentablemente. Pero hoy en día todos trabajamos gratis. El caso más claro es el etiquetado de datos y, en general, la recolección de datos para el entrenamiento de grandes sistemas de aprendizaje automático.

Rivas.

Rivas. Laura Mateo.

Curramos a diario para cuatro gigantes deslizando la yema de los dedos por la pantalla. A lo sumo unos indios cobran dos perras por etiquetar fotos para Amazon. Y esto también es trabajo, y de primer orden, dadas las prioridades de los gobiernos y sus ejércitos. Por no salir nunca de Jünger, a estas alturas del siglo el Trabajador moviliza el mundo mediante el deslizar de sus dedos. Si esta tarea ya la efectuamos masivamente gratis, no aporto nada interesante valorando si el albañil o el sombrerero están infrarremunerados.

Con respecto al dinero: me mola mazo la noción de "fetichismo de la mercancía". Cada vez me jode más aquello de disfrazar relaciones sociales de relaciones entre cosas. Y cada vez veo más fácil deshacer ese hechizo, que es la raíz etimológica de fetichismo, y me da la sensación de que mi vida va a ser luchar entre trabajar para comprarle cosas a mi señora y a mis hijos o luchar por deshacer el hechizo. El dinero está manchado, tío, pero esto me ha costado verlo, porque venía de mucho Escohotado.

P.- Y Escohotado tiene cosas muy valiosas.

R.- Sí. Yo lo que más me llevo de él, lo que más aprendí, es que ser de izquierdas es odiar, y yo ahora odio. Así de sencillo. Tengo envidia.

Rivas.

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P.- Decía Fernando Fernán Gómez que él hubiera podido no trabajar perfectamente, porque tenía una gran capacidad para no hacer nada. Decía que si hubiese sido un heredero, le hubiese encantado vivir mano sobre mano. Resulta que era anarquista. Había ahí cierto odio de clase. Yo tengo una complejidad con esto: ¿el dinero del Gordo es dinero sucio, porque no ha sido trabajado, porque no ha sido sudado ni merecido… y entra a tu vida manchado? Pero, a la vez, pienso: ¿qué habría mejor que poder dedicarse a estudiar, a leer, a cuidar a los tuyos, a ser feliz…? Hay una envidia de no tener ese dinero porque no se viene de esa casta, pero si se viniese, ¡cómo nos gustaría…!

R.- A ver, de verdad que el dinero del Gordo no me parece sucio. Me creo tan poco los esquemas que son conocidos como meritocráticos… que… (resopla). Mis colegas pijos se metieron a financieros porque me dijeron que se iban a hacer ricos: "Si haces esto, te haces rico". Y efectivamente, se hicieron ricos, independientemente de que ya lo medio fuesen. Obedecieron a unas reglas de mérito. "Si curras x en esto y mandas 20 currículums a estos 20 sitios dos veces al año, acabarás entrando, y si una vez allí cobras 14 horas, acabarás teniendo bonus de 60.000 euros al año con 28…", y tenían razón.

"No creo que el dinero sea sucio por no haberlo sudado"

P.- ¿Te arrepientes de no haberlo hecho?

R.- No. No me interesa ese mérito. Por eso no creo que el dinero sea sucio por no haberlo sudado, siguiendo los estándares que te marca la sociedad, la profesión, el mercado y su autorregulación…

P.- Pero, ¿sí es sucio cuando alguien lo hereda? Cuando hablamos de casta, hablamos de eso. "No hizo nada, le tocó en suerte…".

R.- Ese es un buen debate. El tema de la herencia es lo que separaba a Escohotado del San Simón. A Escohotado le flipaba el San Simón hasta el punto en el que San Simón dice "heredar no mola". Y Escohotado dice: "Heredar no mola… pero si no mola, ya tienes que crear un gigantesco Estado que distribuya herencias… y ahí se te pudre el árbol. En cuanto montas aquel aparato gigantesco para redistribuir, vía libre para la corrupción". Bueno. ¿Qué te puedo decir de las herencias? Que es difícil de pensar que un padre no pueda hacer regalos a sus hijos, ¿sabes? Abolir las herencias va de la mano de cargarte la relación que al menos impera en la sociedad en la que vivo entre padres e hijos. No sé si esto es bueno o malo. Si nos cargamos las herencias, nos cargamos las donaciones entre vivos dos años antes de que te mueras…

P.- Albert Pla, por ejemplo, decía que él no pensaba dejarle nada a sus hijos. "Que se jodan".

R.- Claro. Es que también se puede defender desde ahí, pero hay que ir a las claras. Si te cargas las herencias, como decía Escohotado, estás asumiendo que tienes que crear un ente diferente que regule las relaciones paternofiliales, directamente. Yo creo que va por ahí. Es interesante. No lo he pensado desde 2017, cuando leí el segundo volumen de Los enemigos del comercio, que es donde Escohotado hablaba de esto.

Rivas.

Rivas. Laura Mateo.

P.- ¿Cómo vive Alcalá Norte en una comunidad gobernada por la derecha, por Ayuso y por Almeida? ¿Qué tal se respira aquí teniendo orgullo de clase obrera? ¿Se puede ser de izquierdas a nivel práctico en una ciudad tan veloz?

R.- Es complicado esto, porque Alcalá Norte somos mazo. Yo hablo por mí: esto de la conciencia de la clase obrera… yo entiendo que mi álbum empieza diciendo "la sangre del rico es pus", yo soy consciente. Pero estas cosas son de León Bloy, que es un extraño anarca-facha-católico. Lo que pasa es que es un poco la negación de Escohotado: es como decir "sí, me mola el catolicismo pobrista en el que tú defecas".

La frase original es algo así como "la sangre del rico es un pus fétido que nace de las úlceras de Caín". Yo puedo decirte que lo he votado todo. Y vengo a contar mis desengaños ideológicos y tal, pero la "realpolitik", o como se diga, no es mi movida. Como mucho yo me leo al Esteban Hernández, que es un fiera, y ya.

"Es inevitable que se repartan viviendas en España: no sé si lo decidirá Sánchez o si va a venir de que la sangre corra por las calles"

P.- Vosotros cantáis sobre la pulsión de revolución: "¿Viste a los chavales / con gafas de rock / molidos a palos / prender la ciudad?".

R.- Es que la hemos cagado. Es normal que cantando La Marsellesa en una canción y hablando de revueltas, me digan "tío, claro que estás significado políticamente". Pero en realidad esa canción fue un berrinche que me pillé con mis compis de banda, y cogí una canción de Los Libertines que habla de las revueltas del Día del Trabajador, la retorcí un poco y La Marsellesa cayó allí de milagro. A posteriori me di cuenta de que encajaba, pero en el momento estaba en el ensayo y me tiré un puente que era la versión de la Marsellesa de Serge Gainsbourg que venía escuchando. Me cuesta hablar de esta atalaya de la clase obrera, principalmente porque mi viejo, aunque es de tu gremio, tiene un sueldo de puta madre, y segundo porque sé que esto le va a afectar al Barbosa…

Rivas.

Rivas. Laura Mateo.

Honestamente: creo que es inevitable que se repartan casas en España. Viviendas, de alguna manera. Creo que tiene que pasar. Si esto lo va a decidir Pedro Sánchez con Úrsula von der Leyen en un decreto o con la articulación que sea necesaria para hacer efectiva una regulación de la UE… o si va a venir de que la sangre corra por las calles… pues no lo sé. Pero creo que hay bienes muy básicos que son inalcanzables con los salarios que se pagan. Y esa contradicción se va a tener que resolver. La gente sigue queriendo formar familias, sean como sean, igual son familias de amigos que quieren envejecer juntos sin hijos, y todos necesitamos un kelly a gusto.

P.- Hablaba el otro día con un amigo sobre algo interesante: la dialéctica revolucionaria sólo sirve para tener prestigio moral mientras no tienes pasta, pero en cuanto tienes pasta, prefieres la pasta. Pensábamos en Los Javis, por ejemplo, o en Montero e Iglesias, que al final acaban yéndose a vivir apartados de todo el mundo y en su casa tienen gimnasio, piscina, hasta discoteca… para no tener que ver ya a nadie más, para crear un micromundo de autoservicios. Mi fiesta será aquí. Mi vida será aquí. Eso lleva al aislamiento. A no "mancharte" de mundo.

R.- Ni que Lenin y Stalin no vivieran bien después de triunfar la revolución, ¿no? (sonríe). A ver, de entrada, a mí la revolución francesa me mola. Y a Hegel también, porque dice que es el momento en el que el esclavo pierde el miedo a la muerte y se atreve a luchar por su vida y matar al otro, pero que en concreto al que mata no es al rey (que sí, también lo pasan por cuchillo), pero donde realmente el esclavo se ceba es matando a otros esclavos. Es decir, de ahí todo el terror que sigue a degollar a los reyes. Ya pasó en la Revolución Francesa (el ganador de la revolución se viene arriba), pero desde luego en la Rusa… los ganadores pasaron a ser los putos reyes. Entonces, meterte con Pablo Iglesias por irse a Galapagar sin pensar que Stalin y Lenin eran los putos amos después de ganar… es un poco ventajista.

Rivas.

Rivas. Laura Mateo.

P.- Pero que algo se haya hecho siempre no significa que esté bien hecho.

R.- No, pero no es nuevo: si se busca un baño de sangre para cambiar las tornas, eso implica que alguien tiene que mandar. Y por lo que sea, el que manda necesita peña que vigilen que otros no lo maten, y ya sólo por eso necesitas darle cuartos de dormir a los vigilantes y ya sólo para tenerlos viviendo cerca, necesitas una casa grande…

P.- "Dios te pesa en su balanza y piensa que te falta chicha", o "soy el rey de los judíos", o "camino con el cráneo ensangrentado / bajo la cruz me llevan al calvario"… ¿cuál es tu relación con dios? ¿De dónde sale este palique?

R.- Ya. Yo fui a coles de monjas y tal hasta los 18. Y he hecho la catequesis en dos parroquias distintas, porque la hacía porque sí por un lado y porque mi abuela me insistía por el otro, al lado de Bernabéu, en Sagrado Corazón, creo que se llamaba. A ver, el dios más importante del disco es Dioniso, del que ya hemos hablado como del tonto útil de Apolo, pero sí es verdad que hay varias canciones del dios abrahámico. A mí también me mola ahora el candomblé, como a mi señora. Me molan los dioses, las cosmogonías, por ejemplo, me mola mazo la de Tolkien, que dice que es una especie de improvisación entre cantantes.

Eso me inspira. Y aparte, sí, no puedo evitar tener cierta espiritualidad. Va de la mano de mi sensibilidad. Me pongo a llorar… Vinicius definía mal, dudaba mucho. Yo los primeros tres penaltis que ha metido Vinicius los he llorado. Todas las semanas lloro varias veces. Si empatizo con Vinicius, con todo lo que ha sufrido el chaval… si se me acerca antes un gorrión a esta mesa y ya me he puesto ñoño… pues tú imagínate dios, ¿no? Aunque sea por la vía panteísta, pues llegas a dios y a lo divino.

"Si empatizo con Vinicius tirando un penalti, ¿cómo no voy a llegar a dios y a lo divino, aunque sea por la vía panteísta?"

P.- "No te vayas, Ronaldo, pasa de ellos, tú eres de aquí", cantas. También te he visto en alguna foto con la camiseta del Real Madrid echándote una cañita en un bar. ¿Hay un Real Madrid antifascista?

R.- Mira, mira, mira… (ríe). Hay un libro donde Escohotado se limita sencillamente a repasar los orígenes antifascistas del Real Madrid, que llegan hasta negarle la entrada a Millán Astray al estadio.

P.- Eso es la leche. No creo que lo sepa mucha gente, ni siquiera mucha gente del Real Madrid.

R.- Por lo visto, Millán Astray se pasó con una chavala en el Chamartín. La molestó sexualmente. Y Bernabeu lo vio y le prohibió volver a entrar. O sea, que el puto héroe de guerra del ganador no pudo volver a ver al Real Madrid en directo nunca por guarro. Aparte de que el Real Madrid fuese en origen el club de los alumnos de la Institución Libre de Enseñanza, que son, por definición, krausistas de izquierdas. Ahí están los orígenes. Claro que hubo un Real Madrid antifascista y que lo sigue habiendo.