El acusado de drogar y vender a su mujer por internet, Dominique P., y su hija, 'Caroline Darian'.

El acusado de drogar y vender a su mujer por internet, Dominique P., y su hija, 'Caroline Darian'.

Reportajes

El origen de Dominique, acusado de matar antes de que 72 hombres violaran drogada a su mujer

En Francia le implican en un caso ocurrido en 1991, donde una joven fue violada y asesinada. Su ADN está en un intento de violación en 1999. 

3 septiembre, 2024 02:40

Dominique P. parecía ser un ciudadano francés como otro cualquiera. "Un gran tipo", según declaró su esposa en comisaría antes de conocer su otra cara. La vida de este jubilado francés (y la de su familia) cambió para siempre en 2020: mientras su esposa estaba cuidando tranquilamente a sus nietos, él fue descubierto grabando bajo las faldas de mujeres en un centro comercial francés.

Los investigadores requisaron entonces el ordenador de Dominique, que guardaba multitud de horrores cometidos durante años. Lo peor estaba en una carpeta denominada "Abusos": ostentaba 20.000 fotografías y vídeos, entre ellos los de la esposa siendo violada por multitud de hombres mientras ella estaba, sin saberlo, bajo los efectos de la sumisión química. 

A través de la web de citas coco.fr, desactivada el pasado mes de junio, el jubilado contactaba con hombres para que violaran a su mujer de manera gratuita en su casa. 

Una vez descubierto y condenado por el caso del supermercado, el ADN de Dominique fue descubierto en un caso antiguo de intento de violación. Concretamente, en uno de 1999 sin esclarecer y que Dominique P. ha asumido como "un impulso", no como un intento de agresión sexual.

El modus operandi, a su vez, apuntaba a otro caso: ocurrió en 1991 y se saldó con la violación y el asesinato de una joven agente inmobiliaria. El problema es que no hay pruebas de ADN y el acusado no reconoce su culpabilidad en ningún caso.

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Los dos episodios por los que se acusa a Dominique P. ocurrieron hace más de 20 años. El primero en el que se le implica es la muerte de Sophie Narme, el 4 de diciembre de 1991 en París.

Narme era una agente inmobiliaria y aquella tarde le tocó enseñar un piso a un hombre que se presentó con un nombre falso. Mientras hacía la visita, el varón la sorprendió con un arma blanca, la estranguló, la colocó boca abajo y le hizo oler éter para dormirla. Luego, la violó y la mató con el cuchillo que llevaba.

El problema de aquel caso es que no existe un ADN que pueda vincularle. Tampoco ninguna grabación ni nada por el estilo. Según Le Monde, su abogada aseguró que el ADN se perdió por el servicio de sellado, por lo que "no hay ningún elemento" para vincularlo. No obstante, eso no impide que pueda ser juzgado si así lo deciden los jueces.

Más claro está el caso de Stella B. El 11 de mayo de 1999 en Villeparisis, la joven enseñaba un piso a un hombre que se había presentado ese mismo día en el local.

Durante la visita, el hombre la estranguló, le puso un cúter bajo el cuello, la obligó a tumbarse boca abajo, le ató las manos a la espalda y le hizo oler éter para dormirla.

Finalmente, le quitó los zapatos y le bajó los pantalones mientras estaba inconsciente. 

Antes de que llegara a violarla, Stella recuperó el conocimiento y logró primero liberarse y después ahuyentar al agresor.

Dominique P. acabó por reconocer los hechos al tercer interrogatorio. Cuando todo ocurrió, él tenía 46 años y aseguró haber tenido "un impulso". No sabe qué hubiera pasado si ella no hubiera logrado liberarse; tampoco si su intención era violarla o no. "Solo (tenía) la intención de inmovilizarla... Tal vez para mirarla", aseguró ante el juez instructor según Le Monde. Se le podría imputar un delito de tentativa de violación con uso de arma.

Según la fiscalía de Nanterre, pronto se conocerá si se abre juicio oral contra Dominique P. por estos dos casos o solo por el ocurrido en 1999.

La primera vez que se conoció un delito de Dominique P. fue en 2010. El hombre fue sorprendido (igual que lo sería 20 años después) grabando en un supermercado bajo las faldas de las mujeres. Evitó el juicio declarándose culpable y pagando una multa de 100 euros. Su ADN, sin embargo, quedó registrado y se le vinculó con lo ocurrido en 1999. Algo aún desconocido evitó que por entonces se utilizara en su contra.

Primera jornada de juicio

El nombre de Dominique P. ha vuelto a salir a la palestra porque este lunes, 2 de septiembre, ha comenzado en Francia el juicio contra él y otros 51 hombres por haber violado a su mujer entre julio de 2011 y octubre de 2020.

El francés la drogaba sin que ella lo supiera e invitaba a su casa a los hombres que conocía por una web de citas para que la violaran de manera gratuita. Estos hechos se produjeron en más de 90 ocasiones y en total fueron 72 hombres los que pasaron por allí. La mayoría en una sola ocasión, pero alguno acudió hasta seis veces a la cita. 51 han sido acusados (entre 30 y 74 años), dos han muerto y el resto no han sido identificados. 

Todo quedó registrado en su disco duro, que la policía investigó tras el suceso del supermercado en 2020. Saber que estaba en el punto de mira no impidió a Dominique continuar con las violaciones, que habían aumentado durante la pandemia de la Covid-19

El juicio se alargará durante los próximos cuatro meses ante el tribunal penal de Vaucluse. Los hombres investigados junto al jubilado de 71 años tienen perfiles dispares: hay un bombero, un artesano, un jubilado, un vigilante de seguridad, un periodista... En total, fueron necesarios siete intentos de detención para arrestarlos a todos. Aunque algunos han tenido problemas con la justicia, la mayoría son padres de familia que alegan no ser conscientes de lo que estaba ocurriendo; simplemente querían pensar que participaban en la perversión de una pareja liberal. 

A través de un chat llamado 'Sin su conocimiento' en la web coco.fr, Dominique contactaba con los varones, a los que ponía normas para violar a su mujer: no oler a tabaco, no llevar perfume, aparcar en un instituto cercano a la zona de la casa, desnudarse en la cocina para no olvidar prendas y calentarse las manos en el radiador. Además, el jubilado aseguró que todos sabían que su mujer estaba drogada sin su conocimiento, por lo que se podrían haber negado a violarla. 

Ocurrió en dos ocasiones, pero los varones no dieron tanta importancia al asunto como para denunciarlo.

Los cuatro meses de juicio serán ante el público y la prensa. Así lo han querido tanto la víctima conmo sus tres hijos. La Fiscalía pidió que se celebrara a puerta cerrada, algo que este lunes fue desestimado por el juez.