Nacho Cano, con los becarios mexicanos, en su comparecencia pública en julio tras su detención.

Nacho Cano, con los becarios mexicanos, en su comparecencia pública en julio tras su detención. EP

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La becaria de Nacho Cano, tras el 'chantaje': "Se lucra. No podemos permitir que nos conquisten"

La joven explicó en julio una versión de lo sucedido en sus redes sociales en la que omitió que había exigido 6.000 euros en 3 horas para no denunciarle. 

20 septiembre, 2024 03:01

La joven mexicana L.G.O.F. acusó en julio al productor Nacho Cano de que "se está lucrando con nuestra cultura y nuestra gente", refiriéndose a la producción de Malinche, en la que ella fue una de los 18 becarios mexicanos, siendo expulsada por no cumplir los requisitos.

Lo hizo en un video de 25 minutos de duración que subió a su canal de YouTube y al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, ya que es de libre acceso.  

Fueron sus primeras explicaciones públicas sobre lo sucedido tras la detención del productor a raíz de la denuncia que interpuso en la Policía Nacional tras ser expulsada del programa de becarios de Malinche.

El video, fragmentado, también lo publicó en su cuenta de Instagram. Titulado L. denuncia a Nacho Cano: no romanticemos la esclavitud, la joven también aseveró que "los mexicanos no podemos permitir que nos vuelvan a conquistar", y "tenemos que estar unidos", haciendo referencia después a que confiaba en que el resto de becarios mexicanos la respaldara, algo que no ocurrió.

L.G.O.F. desgranó lo ocurrido el domingo 17 de diciembre, días antes de que le fuera comunicada la expulsión. Narró que al día siguiente, lunes, no había ensayos, por lo que tras una actuación en la Embajada de México los llevaron en autobús a una discoteca.

Tras dejar sus cosas en un asiento, abandonó el vehículo momentáneamente para ir al baño y al regresar una de las asistentes de Cano, a la que acusó de estar "borracha", no le permitió entrar, le dijo que su asiento ya estaba ocupado y le indicó que se fuera en una furgoneta junto con los miembros del catering que habían trabajado aquella tarde en la embajada.

Pese a explicarle, siempre según la versión de la joven, que tenía sus cosas dentro y que había guardado un asiento, se le impidió la entrada al autocar "y al entrar para coger mis cosas me lo encontré todo puesto en el piso" cerca del que era su asiento.

La joven, asegura, tuvo que esperar 20 minutos la llegada de la furgoneta. Cuando llegó a la discoteca no había nadie en la puerta, y su móvil no tenía batería. Fue el guardaespaldas de Nacho Cano quien salió, le dijo que no se preocupara, y le puso la pulsera para acceder al local.

Una vez dentro no localizó a los becarios, pero sí "a las bailarinas españolas" de Malinche "con las que me llevaba bien". Entonces, según L.G.O.F., volvió a encontrarse con la asistente de Nacho Cano, quien le preguntó "que qué hacía yo ahí" y "me mandó para el hostal", pues le dijo que los compañeros mexicanos se habían marchado. 

L.G.O.F. desobedeció la orden y subió a la planta de arriba del local, donde encontró a dos de sus compañeras mexicanas. Un rato después, asevera, "vi lo que no tenía que ver, y ellos me vieron que lo vi", siendo este, aseveró, el detonante de su expulsión.

Fue al día siguiente, el 18 de diciembre, cuando recibió la comunicación de que prescindían de ella como becaria y que tenía que regresar a México. La becaria acudió a dormir al hostal aquella noche, después de que una trabajadora de Cano le pidiese "por favor" que lo hiciera, indicándole que "no puedes estar por la calle, hace mucho frío".

Esto último forma parte de la cadena de mensajes de WhatsApp entre la mexicana y la asistente, aportados en la denuncia por amenazas condicionales (chantaje) y revelación de secretos que interpuesto Nacho Cano. La joven tenía el vuelo de vuelta para el miércoles 20 a las 6 de la mañana, por lo que cortó toda comunicación con el entorno del programa de becarios de Malinche. No volvió a responder hasta el mismo día del vuelo, pero ya por la tarde.

"Dispuesta a reparar"

Pese a que en el video aludió que el detonante de su expulsión fue testigo en la discoteca de algo que, según ella, no debió ver, en sus mensajes del día 20 escribió que estaba "dispuesta a reparar lo que les hizo sacarme del proyecto". También, que "ustedes de lo que menos carecen es de dinero y quizá no entiendan mi frustración de ver dejado a mi familia sin los ingresos".

En el video explicativo de L.G.O.F. omite también cualquier alusión a que el 22 de diciembre amenazó al productor musical con demandarlo. Para no hacerlo, puso como condiciones que le ingresaran 6.000 euros en la cuenta de México de su madre; una carta de recomendación firmada por Nacho Cano y que le abonaran el alojamiento y la comida hasta el 15 de enero. 

L.G.O.F. lo escribió por WhatsApp: "Hable (sic) con mi abogado y me dijo que sí podía demandarlos por negligencia, discriminación, maltrato psicológico, privación de libertad en el hostal, entre otras cosas!". La joven mexicana exigió "una gratificación por daños y perjuicios" que comenzó inicialmente requiriendo el pago de 5.350 euros y que redondeó posteriormente a los 6.000. Puso un plazo de tres horas para que aceptase. "Necesito una respuesta antes de las 6 p. m., ya que hoy tampoco tendré dónde quedarme y de ser así, comenzaré a solicitar ayuda por medio de mis redes sociales…". Afinó más, pues precisó que de aceptar "este acuerdo" ella no procedería "legalmente". 

Por último, en el video asevera que posteriormente quiso regresar a México, pero que no tenía dinero para el billete. "No fui a la Embajada de México porque pensé que no me iban a ayudar porque el señor Nacho Cano tiene mucho poder". Pero sí acudió a la Comisaría "a preguntar como podía irme", y que allí, "la policía se compadeció de mí".

Posteriormente, el 11 de enero denunció al productor y a tres personas más por presunta vulneración del derecho de los trabajadores al traerlos a España como turistas, y supuestamente, explotarlos laboralmente, lo que dio lugar a una investigación policial y a la detención de Nacho Cano en julio. Un mes antes, en junio, se dirigió en tres ocasiones a la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Madrid, que archivó las actuaciones.