La manifestación, bautizada como 'La Conjura de Plaza Castilla', acogió a 25.000 personas el domingo en Plaza de Castilla, según la Delegación del Gobierno; los organizadores aseguran que se congregaron hasta 400.000 personas.

La manifestación, bautizada como 'La Conjura de Plaza Castilla', acogió a 25.000 personas el domingo en Plaza de Castilla, según la Delegación del Gobierno; los organizadores aseguran que se congregaron hasta 400.000 personas. Laura Mateo / E. E.

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El PSOE se escuda en Ayuso para contrarrestar la protesta masiva de Plaza de Castilla contra Pedro Sánchez

Arropada por importantes figuras del PP y Vox, la manifestación convocada por la Plataforma por la España Constitucional frente a la estatua de Calvo Sotelo reúne a 25.000 personas, según la Delegación del Gobierno.

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El sol se abre paso y calienta los rostros y los ánimos de los primeros manifestantes que se concentran, a primera hora del domingo, en la rotonda y el túnel de Plaza de Castilla. El Paseo de la Castellana, desde su rotonda hasta la salida de Metro Cuzco, se ha llenado de banderas de España, de eslóganes que rezan "Sánchez dimisión", "Begoña fundraiser", "Más muros y menos moros"; los protestantes corean insultos al Presidente, a su esposa, al Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz; Santiago Abascal da una rueda de prensa frente a una churrería; el Va, pensiero de Giuseppe Verdi resuena desde unos altavoces apostados al lado de la estatua en homenaje a José Calvo Sotelo. El ambiente es festivo, pero algunos se quejan: "¡Menos fiesta y más protesta!".

Hay una ovación. Vítores y aplausos. Entre la muchedumbre, como una resurrección, se desliza Alejo Vidal-Quadras, uno de los organizadores de la ya bautizada como "Conjura de Plaza Castilla". Rodeado de escoltas, el superviviente estrecha manos, regala sonrisas y se hace fotos con los hombres y mujeres que, engalanados con banderas de España, conforman el escuadrón de 25.000 manifestantes que forman esta protesta dominical. Son datos de la Delegación del Gobierno, aunque los organizadores aseguran que fueron 400.000.

La banda sonora del romanticismo ha dado paso ya a la castiza Libertad de Nino Bravo, y a la comitiva de Vox se ha sumado –a los pertinentes metros de distancia, no quieren fotos juntos y apuestan por un perfil bajo– la del Partido Popular, compuesta por Carmen Fúnez, Noelia Núñez, Alicia García y Alfonso Serrano, este último único representante del PP madrileño. No estaban, sin embargo, ni Alberto Núñez Feijóo ni la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

Fotografías de la manifestación de Plaza de Castilla del domingo.

Fotografías de la manifestación de Plaza de Castilla del domingo. David G. Maciejewski E. E.

Entre los manifestantes también pululan el líder de SALF, Alvise Pérez, al que alguna de sus ardillas ruega algún que otro selfie, aunque también hay quien no se explica por qué se manifiesta junto a representantes de PP y Vox. Además de Alvise, hay otros rostros habituales en las escaramuzas contra Ferraz, como Vito Quiles. Al sarao no faltan Hermann Tertsch, Luis del Pino, Marcos de Quinto, Carlos Cuesta, Albert Castillón y otros perfiles que conforman la crème de la crème de la "verdadera oposición" (en sus palabras) al sanchismo.

La concentración está convocada por Plataforma por la España Constitucional, una organización constituida por un centenar de asociaciones cívicas, y secundada tanto por el partido de ultraderecha de Abascal como por los populares. Vidal-Quadras va a dar el discurso de cierre del encuentro después de que intervengan figuras como Ignacio Gordillo, Fiscal de la Audiencia Nacional durante 30 años, o Miguel Otero, presidente del diario El Nacional, quien ha debido sustituir a la invitada estrella, María Corina Machado, líder de la oposición venezolana, por motivos de seguridad.

Durante las intervenciones de los siete ponentes –en orden, Albert Castillón, Carlos Cuesta, Marcos de Quinto, Ignacio Gordillo, Ignacio Trillo, Miguel Otero, Luis del Pino y Vidal-Quadras– se han escuchado soflamas como que "España vive un golpe de Estado desde dentro de las instituciones", en referencia a la concesión de un concierto económico para Cataluña y a la publicación en el BOE de la ley aprobada de tapadillo que beneficia a los presos de ETA, y que Sánchez es "el número 1" de los "corruptos", "un dictador que habrá que echar a la justicia". No en vano la protesta se ha celebrado, simbólicamente, frente a los juzgados de Plaza Castilla.

Ayuso, ausente pero en el foco

La manifestación, según la Delegación de Gobierno, ha congregado a 25.000 personas. Los convocantes, sin embargo, aseguran que recogieron a 400.000, cifra quizás exagerada si se observan las imágenes aéreas del tramo del Paseo de la Castellana. Muchas rojugualdas, pero en apenas 1 kilómetro de tramo cortado. Ni tanto, ni tan poco.

Tanto Vox como el propio Partido Popular habían llamado a sumarse a la protesta, llevando a sus respectivos representantes al encuentro. Por lado de los populares acudieron su vicesecretaria de organización, Carmen Fúnez; la vicesecretaria nacional de movilización y reto digital, Noelia Núñez; la portavoz del grupo parlamentario popular en el Senado, Alicia García; y Alfonso Serrano, secretario general del Partido Popular de Madrid, único representante de la Comunidad.

"Una mayoría social de este país comparte el hartazgo con este gobierno débil y corrupto", ha asegurado Serrano. "Hoy, convocados por un centenar de organizaciones civiles, hemos salido a decir alto y claro que España merece un gobierno decente. Y el PP de Madrid siempre estará con esa mayoría social".

En respuesta, Reyes Maroto, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento del Madrid, ha criticado este mismo domingo que el PP "haya llamado a los madrileños" a sumarse a la protesta. "Es un ejercicio de hipocresía" que critiquen "la corrupción y las mentiras".

"La corrupción tiene un nombre en esta ciudad, se llama Isabel Díaz Ayuso", ha indicado Maroto. Mismas palabras que utilizó ayer el ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, Óscar López. Este tiró de la corrupción del PP para surfear los escándalos que salpican al PSOE: "La corrupción en España tiene nombres y apellidos: el nombre es Isabel y los apellidos son Díaz Ayuso". 

La estrategia es la misma: escudarse en la figura de la presidenta de la Comunidad de Madrid para pergeñar una cortina de humo que tape los numerosos escándalos de que acechan a los socialistas (Ábalos y Koldo, el máster de Begoña Gómez que investiga el juez Peinado, la imputación de García Ortiz por revelación de secretos, etcétera). Reyes Maroto, de hecho, ha asegurado que la protesta convocada por Plataforma por la España Constitucional tendría que haberse celebrado "en la sede del Partido Popular en Génova", porque "es un ejemplo de la corrupción de un partido que no sabe hacer de la política un ejercicio de responsabilidad".

En respuesta, Serrano ha afirmado que "por mucho que intenten atacar a la presidenta ⁦
Isabel Díaz Ayuso, nada va a tapar toda la corrupción que afecta al Partido Socialista, que enfanga al Gobierno de España y al presidente del Gobierno".