La lucha de Nerea Fernández por el 'estremeñu', bien de interés cultural con sólo Vox en contra: "Son la muestra dentidá"
- La diputada de Unidas por Extremadura defendió en la Asamblea la propuesta para fomentar y proteger las lenguas vernáculas de la región, entre ellas el estremeñu y el portugués rayano, ambas ya reconocidas por la UNESCO.
- Más información: Estas son las lenguas que se hablan en España
Nerea Fernández Cordero es una de las parlamentarias más jóvenes de la Asamblea de Extremadura. Militante de Unidas por Extremadura, la coalición que engloba a Izquierda Unida, Podemos y Alianza Verde, es una de las máximas responsables de la iniciativa propuesta el pasado viernes a la Junta en el marco de la Comisión de Cultura, Turismo y Deportes para declarar Bien de Interés Cultural dos lenguas vernáculas de la región: el 'estremeñu' y el portugués rayano. La tercera hablada en la autonomía, 'a fala de Xálima', difundida principalmente en la Sierra de Gata, ya ostentaba esta distinción desde abril de 2001; incluir las otras dos era tan sólo una cuestión de tiempo y de voluntad política.
"Hemos recogido todo el trabajo que, durante años, han realizado asociaciones y organizaciones en defensa de nuestro patrimonio cultural", sostiene Nerea Fernández en conversación con EL ESPAÑOL. "Hace un mes, el Consejo de Europa pidió a España que reconociese el extremeño y el portugués rayano y fueran declarados Bienes de Interés Cultural. Estamos hablando de una lengua viva, que aún se escucha en los pueblos, por lo que debemos defenderla y fomentar su divulgación".
La iniciativa se inspira también en un informe previo del Consejo de Europa, concretamente de 2019, que pide a las administraciones de cada país proteger, fomentar e investigar sus lenguas tradicionales. Además, el artículo 7 de la Carta Europea de las Lenguas Regionales y Minoritarias impele a los países a promover las variedades lingüísticas para fomentar la expresión de la riqueza cultural. En 2020, el 'estremeñu' se incluyó en la Carta, justo dos años después de que la UNESCO también hiciera lo propio en el Congreso sobre lenguas cuestionadas en el Viejo Mundo y, previamente, en el Atlas de las lenguas del mundo en peligro.
🟩⬜⬛ Una lengua que se canta, conas sus raízis ena tierrina, que cuenta leyendas i cuentu ala lus dela lumbri. Nus sentimus ergullosus quandu las gastamus, porque son la muestra dentidá, las muestras raízis, la estoria del muestru puebru.
— Nerea Fdez. Cordero🇵🇸 (@nereafercor) November 15, 2024
🌱 Aprobada nuestra propuesta de… pic.twitter.com/hjHtiQXezv
Alianza contra Vox
A pesar de militar en el sector más izquierdista, Fernández Cordero ha conseguido convencer tanto al PSOE como a los diputados del PP de que esta iniciativa va más allá de la división ideológica, pues apuesta por el reconocimiento de una lengua patria con siglos de historia a sus espaldas y cuyos remanentes lingüísticos hablan, según estimaciones de colectivos culturales y académicos, al menos 10.000 personas. Un valioso patrimonio cultural que refleja la rica y diversa historia extremeña, y a cuya catalogación como BIC tan sólo se ha opuesto la bancada de Vox.
"Esto es una forma de proteger lo nuestro", continúa Fernández. "Todos queríamos votar a favor. Aceptamos unas enmiendas del PP que no cambiaban el sentido del texto y llegamos a un consenso. Vox, por el contrario, dice que estamos dividiendo, que tenemos un problema con la identidad. Es curioso, porque si investigas los textos en 'estremeñu' de 1920 y 1930, lo usaba mucho la gente de Falange. Si tu identidad es tan pequeña que te ves amenazado por proteger su patrimonio cultural, quizás deberías mirártelo. Yo no me siento amenazada por que les gusten los toros", critica.
La aprobación en la Asamblea, no obstante, no es vinculante, y la propuesta de declarar el 'estremeñu' y el portugués rayano BIC queda ahora en el tejado de la Junta de Extremadura, que preside la popular María Guardiola. Es su equipo quien debe decidir si aprueba o no la iniciativa. Aunque, teniendo a favor los votos de su partido y detrás los reclamos de la Comisión Europea, carecería de toda lógica no hacerlo.
El siguiente paso, por tanto, es sentar las bases para darla a conocer y normalizar su uso. Unidas por Extremadura apuesta por el fomento, el conocimiento y la difusión del 'estremeñu' y el portugués rayano en las escuelas. También por el refuerzo de lo que han venido a denominar "conciencia lingüística", así como de la divulgación de campañas informativas a través de medios de comunicación.
"Queremos que se refuerce en el currículo escolar para que los niños y niñas sepan que aquí se hablan más lenguas. Revisar las editoriales para que lo puedan incluir en sus libros. Que la Universidad de Extremadura lo conozca y ofrezca cursos para poder estudiarlo", asegura Nerea Fernández sobre las posibles estrategias para divulgar las lenguas una vez sean reconocidas bienes de interés cultural.
"Sin embargo, son las organizaciones que han intentado promover esto durante años las que deben decirnos qué pasos hay que seguir, porque cada lengua y territorio tiene una necesidad diferente. El portugués rayano, por ejemplo, tiene más peligro de desaparecer que el a fala, que está más asentado y divulgado".
Por supuesto, la iniciativa no ha estado exenta de críticas e intentos de ridiculizar a la propia Fernández, quien, tras conocer que la medida salía adelante, compartió en su cuenta de X el siguiente mensaje en 'estremeñu': "Una lengua que se canta, conas sus raízis ena tierrina, que cuenta leyendas i cuentu ala lus dela lumbri. Nus sentimus ergullosus quandu las gastamus, porque son la muestra dentidá, las muestras raízis, la estoria del muestru puebru".
"La ignorancia es atrevida y ruidosa entre quienes odian y no tienen comprensión lectora", zanja cuando sus detractores le sugiren que esto es una forma de recaudar dinero para abrir nuevos chiringuitos o una estrategia para imponer una identidad lingüística sectaria. "Todo proviene de los bulos. Algunos medios hablan de 'la diputada comunista que quiere hacer el extremeño lengua oficial'. Es ignorancia, no entender que las lenguas son un patrimonio cultural, guste o no guste, y que esto no divide, sino que refuerza; declarar BIC nuestras lenguas es como hacerlo de la ciudad histórica de Cáceres o de una iglesia. Es lo nuestro. Una cultura que no queremos dejar morir".
El origen del ''estremeñu''
'Farragua' es como se le dice a los niños que van desaliñados. 'Achiperres', otrora herramientas de labranza, hoy son utillajes caseros como los que hay, por ejemplo, en una cocina convencional. 'Tole tole' significa hablar muy rápido. 'Amantujado', quien está muy mimado. 'Coruja', la lechuza; 'troje', la buhardilla. Estos son sólo algunos ejemplos de palabras en extremeño que muchos locales, sobre todo de Las Hurdes, Garrovillas, Piornal y Montehermoso, utilizan en su día a día.
"Si la fala de Xálima, ubicada en tres localidades de la esquina noroeste de Extremadura y el portugués rayano, que se encuentra en otras seis, derivan del galaico-portugués, el 'estremeñu', por el contrario, es de la familia del leonés y el asturiano, es decir, el asturleonés", explica Daniel Gordo, presidente del Órgano de Seguimiento y Coordinación del Extremeño y su Cultura (OSCEC), uno de los organismos volcados en la divulgación de las lenguas vernáculas extremeñas.
El origen de esta lengua, explica Gordo, proviene de la trashumancia, de aquellos ganaderos asturianos que bajaban por León y el occidente de Castilla-La Mancha con sus rebaños. Hoy, las pocas localidades en las que se habla extremeño, son las mismas cuyos pueblos formaban parte o estaban cerca de las cañadas medievales del ganado. Serradillas. Garrovillas. Las Hurdes. Torrejoncillo. Ceclavín. Desde el norte del Tajo al oeste de la Ruta de la Plata.
"A fala, aparte de ser BIC, la conocen 5.000 personas [entre Valverde del Fresno, Eljas y San Martín de Trevejo]. Son pocas, pero tiene mucha vitalidad, porque hasta el 95% de sus habitantes lo hablan. El portugués rayano tiene menos peligro porque todo el mundo sabe que es portugués. Se deja de usar mucho porque es chapurreao, aunque en 5 kilómetros ya sea una lengua oficial plena. La más amenazada, por el contrario, es el 'estremeñu', porque la gente no tiene conciencia de que es una lengua".
"Hoy quedarán unas 10.000 personas que la hablen [en 1995 se calculaban que había unas 200.000]", incide Gordo. "Le ha pasado lo que nosotros conocemos como diglosia, es decir, que una lengua no está a la misma altura que otras porque convive con otra culta frente a la cual es objeto de vergüenza y ridiculización. Es algo histórico, porque desde la época medieval ya hay obras de teatro en las que se constata que el noble, el cortesano y el clérigo hablan castellano y los delincuentes son los que parlan extremeño, leonés o asturiano".
Habría que llegar hasta 1880 y, concretamente, hasta 1900, para que el poeta extremeño José María Gabriel y Galán dignificase la lengua al publicar parte de su obra en 'estremeñu'. Su momento de mayor gloria, por tanto, se vive entre 1880 y 1920. Sin embargo, la lengua se fue perdiendo. "El progreso se la cepilló poco a poco y el español ganó espacio rápidamente. Desde entonces, desde pequeños, siempre se nos ha dicho que algunas palabras estaban mal habladas, que el 'estremeñu' era mal español. Se corregía. Por eso la gente aún tiene vergüenza de hablarlo. El reconocimiento como BIC es una forma de demostrar que es parte de nuestra cultura".