La judoka Blanca Area con el cinturón 6º Dan, y a la derecha, una imagen de niña con su maestro consiguiendo un nuevo cinturón.

La judoka Blanca Area con el cinturón 6º Dan, y a la derecha, una imagen de niña con su maestro consiguiendo un nuevo cinturón. Cedidas

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Blanca es la primera judoka de Cartagena con 6º Dan y se inició en el judo para atajar las burlas por su estatura en el colegio

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Blanca Area es una maestra de judo de Cartagena que ha conseguido hacerse con 53 años con el sexto dan: un nivel que se alcanza en este deporte tras superar una serie de exámenes para los que hay dedicar muchos años de entrenamiento. Pero tras este éxito no solo hay una vida dedicada al judo, también una historia de superación que arranca con 10 años, cuando decidió poner fin a las burlas de sus compañeros de colegio que se mofaban de su baja estatura.

"Era muy menudita y tímida, mis compañeros me sacaban como dos cabezas y tendían a levantarme en peso, voltearme... Lo pasaba mal", según explica Blanca a EL ESPAÑOL. "Pero cuando me apunté a judo fue un antes y un después, porque me agarré al suelo y decidí que nadie más me movería".

A día de hoy, esta maestra de judo puede presumir de contar con uno de los niveles más altos de este deporte. Para ponerlo en perspectiva, el español Francisco Garrigós, medalla de bronce en París 2024, ostenta el cuarto dan. Blanca está dos danes por encima, gracias a una mayor experiencia practicando este arte marcial.

- ¿Cómo fueron sus comienzos en el judo?

- Blanca Area: Empecé a entrenar con 10 años, no tenía mucha idea de lo que era el judo, pero sí había visto las películas de Bruce Lee que me emocionaban mucho. Me fui enganchando poco a poco, al ir conociendo más este deporte, y tuve la suerte de tener un profesor estupendo: Miguel Campos, un profesional que se volcó en mí. Aunque era una niña menudita, chiquitita, él dijo "esta chica puede".

En el colegio, al ser diferente, la gente se fija en ti. Yo además tuve tiempos de mudez porque era muy tímida, muy débil. Si alguien me preguntaba algo solo respondía con "sí" o "no". Por eso mis padres me animaban a seguir en judo al ver que estaba motivada, y eso me ayudó a cambiar.

La judoka Blanca Area realiza un derribo en un dojo de Madrid tras haber conseguido el sexto dan.

En aquellos tiempos, en los años 80, no era sencillo que una niña compitiera en judo: "En muchas competiciones ni siquiera había vestuarios femeninos, y tenía que cambiarme donde pudiera, escuchando comentarios como "el judo no es para niñas"".

Pese a todo, Blanca no se rindió, y supo convertir lo que para muchos es una desventaja en su mayor virtud. Ahora, su baja estatura -1,55 metros- la convierte sobre el tatami en una oponente muy 'dura de pelar', debido a que tiene el centro de gravedad tan bajo, que no hay forma de hacer que caiga al suelo. Por eso señala con tono simpático que "a simple vista, nadie pensaría que soy judoka".

- ¿Qué tiene que hacer un judoka para alcanzar el sexto dan?

- Blanca Area: Es un proceso largo. Primero, tienes que conseguir el cinturón negro pasando por los cinturones de colores, desde el blanco hasta el marrón. Para esos te puedes examinar en tu dojo. Los cinturones negros ya se consiguen haciendo un examen físico ante un tribunal ajeno a tu gimnasio. El primer nivel del cinturón negro es el primer dan, y para 'ascender' tienes que pasar varios años entrenando antes de volver a examinarte.

- ¿Cómo son los exámenes para conseguir 'ascender' a un nuevo dan?

- A partir del sexto dan tienes que ir a examinarte a Madrid. Además, tienes que esperar seis años desde que conseguiste el quinto nivel para ir al examen. Si lo consigues, obtienes el cinturón blanco y rojo. Hay un examen técnico y otro teórico, y luego para cada dan hay que hacer una kata diferente: una exhibición de técnicas que tienes que aprender y hacer con un compañero, en las que pones a prueba tus habilidades.

La judoka cartagenera Blanca Area posa con el cinturón del sexto dan, de color blanco y rojo.

La judoka cartagenera Blanca Area posa con el cinturón del sexto dan, de color blanco y rojo. Cedida

Como salta a la vista, el judo es un deporte olímpico que se nutre de una tradición centenaria y de unos valores que Blanca se esfuerza en transmitir a los más jóvenes: "El judo aporta una disciplina y control mental que hace que los miedos y los fantasmas se quiten, por eso lo recomiendo tanto para los niños tímidos, como yo lo fui".

- ¿Cuándo logró el primer dan del cinturón negro?

- Blanca Area: A los 18 años. A partir de entonces, empecé a explorar dojos fuera de Cartagena. Pasé por Alicante, Murcia... Luego en 1998 fundé mi propio club. Durante aquellos años, más o menos desde el 92 hasta el año 2000, participaba en torneos regionales y los gané todos, nadie me venció.

Y eso que pesaba menos de 48 kilos, estaba por debajo del peso de las categorías, por lo que tenía que competir en la de peso abierto, con luchadores de todo tipo. Era la más ligera, pero aun así ganaba. Nadie me quitó el título mientras competía.

Tras su época como competidora regional, siguió viajando por gimnasios de toda España y del mundo: "He estado en Madrid, Veracruz, Estambul, Santo Domingo... Y ahora he vuelto a mi tierra, Cartagena, donde he disfrutado de reencontrarme con antiguos compañeros".

Rompiendo estereotipos

Una de las cosas que más llama la atención de esta cartagenera es que rompe con los estereotipos clásicos del luchador de artes marciales que se suele ver en el cine. Su personalidad no encaja con el rol del maestro serio y filosófico como el señor Miyagi, ni con la rebeldía del joven protagonista de The Karate Kid, aunque sí que transmite esa nobleza que caracterizaba al legendario Bruce Lee.

Una estatua de Bruce Lee en Hong Kong.

Una estatua de Bruce Lee en Hong Kong. Reuters

De hecho, Blanca sigue conservando el espíritu de aquella niña que comenzó a entrenar a los 10 años, con el temple y la disciplina que solo poseen quienes viven la esencia de las artes marciales orientales en cada minuto de su vida. Y pese a ello, nunca pierde lo que más la distingue de la mayoría de compañeros con los que entrena en el dojo: su sonrisa.

- ¿Qué es lo que diferencia al judo de otras artes marciales?

- Blanca Area: Se diferencia por su filosofía educativa, lo intentamos enseñar como un deporte, un juego. También se diferencia por buscar los agarres al kimono, el traje con el que entrenamos, y por buscar el control. En otras artes marciales buscan más la distancia, el golpeo de puños y piernas, y creen en otras filosofías orientales. No están tan llevadas a un deporte o a educar de una manera concreta.

- ¿Recomendaría entrenar judo a las personas que quieran aprender defensa personal?

- Sin duda, porque adquieres unos reflejos, unas condiciones físicas, un conocimiento de tu cuerpo y del control del oponente… Todo ello te va a ayudar a defenderte. De hecho, el Ejército o la Policía lo practican porque ellos lo que pretenden es controlar al oponente, reducirlo, no matarlo ni golpear a lo loco. Quieren controlar y detener a esa persona agresiva.

La judoka Blanca Area (segunda por la derecha), celebra con compañeras haber conseguido el sexto dan.

La judoka Blanca Area (segunda por la derecha), celebra con compañeras haber conseguido el sexto dan. Cedida

En este momento, Blanca está "planteándose volver a dedicarse a dar clases", pero quiere darse un tiempo para disfrutar del gran éxito de haber alcanzado ese sexto nivel: "Tengo claro que nada podrá hacer que deje de pisar un tatami".

Su historia es la muestra de que la dedicación no siempre se mide en el número de premios que hay en el medallero, y es uno de los mejores ejemplos que dan sentido a la frase: "Hace más el que quiere que el que puede". Lo que para unos son debilidades, para otros son oportunidades que se convierten en ventajas que marcan la diferencia, como demuestra Blanca cada vez que sube al tatami.