Christian Martín, el emprendedor que ha abierto una peluquería en Murcia para niños con autismo y fobias
- En la Región de Murcia hay 11.300 menores con algún Trastorno del Espectro Autista [TEA]. "Las puertas de mi negocio están abiertas a todo el mundo, al margen de su condición", recalca este barbero, de 19 años.
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Christian Martín es un joven de 19 años que acaba de cumplir el sueño que tenía desde hace más de una década: abrir su propia peluquería -Heaslip Barber- dedicada a personas con diversidad funcional: "Quería hacer un lugar accesible para todos porque me impresionaba lo difícil que podía ser para estas personas encontrar un lugar donde sentirse cómodos", según explica Christian a EL ESPAÑOL.
La principal característica de la barbería de Christian es que se adapta a todas las características de sus clientes: personas con autismo, TDAH, fotofobia, fonofobia o hiperosmia. Estas patologías, a veces, dificultan a las personas que las padecen, el acceso a servicios tan básicos como el acudir a una peluquería. Por eso, este joven emprendedor ha incorporado una serie de medidas a su negocio para hacerlo accesible a todo el mundo.
- ¿Cómo es el servicio que ofrece a clientes con patologías como el autismo?
- Christian Martín: Nos anticipamos a sus necesidades desde que se reserva la cita. Si nos informan de que un color o un sonido les incomoda, adaptamos el entorno para que se sientan lo más cómodos posible. Durante el servicio, personalizamos cada detalle: desde la técnica hasta el uso de herramientas lúdicas o juegos que faciliten el proceso. Además, priorizamos agendar estas citas en horarios flexibles para dedicar todo el tiempo que sea necesario.
La iniciativa de Christian viene como agua de mayo para ayudar a una gran cantidad de personas. No en vano, según los últimos datos de la Federación de Autismo de la Región de Murcia, uno de cada siete menores de 16 años tiene Trastorno del Espectro Autista (TEA) en la comunidad murciana. Tal estadística se traduce en una cifra aproximada de 11.300 menores.
Y las personas con TEA son solo una parte de los clientes habituales de Christian. Como él mismo recalca: "Las puertas de mi negocio están abiertas a todo el mundo, independientemente de su condición. Lo más gratificante es ver a un cliente que llega con miedo y se va con una sonrisa".
Heaslip Barber, el local de Christian, se encuentra en el número 6 de la avenida Libertad de Murcia: en pleno centro de la capital del Segura. Este emprendedor resalta que gracias a que su negocio se adapta a la diversidad de sus clientes, ya sean sus trastornos del espectro autista o sus fobias, "mi clientela ha ido creciendo rápidamente".
De hecho, este emprendedor asegura que "cerca del 40% de sus clientes" tienen necesidades adaptadas. "Gracias al ambiente que hemos creado, muchos de ellos disfrutan de la experiencia e incluso algunos vienen semanalmente".
- ¿Cómo se adapta a las necesidades específicas de cada cliente?
- Christian Martín: Si alguien tiene fotofobia -molestia a la luz brillante-, trabajamos sin luz directa; si tiene fonofobia -miedo a los sonidos fuertes-, evitamos los ruidos y utilizamos peine y tijera. En casos de hiperosmia -aumento de la agudeza olfativa-, retiramos ambientadores y usamos exclusivamente productos que el cliente tolere y le resulten agradables.
Y así sucesivamente. Todo esto lo logra gracias a la planificación inicial con la que diseñó el interior de su negocio: "El salón está diseñado en colores neutros para facilitar la adaptación de todos los clientes. Si hay productos con etiquetas de colores llamativos, los retiramos antes de la cita, asegurando que el entorno sea lo más agradable posible".
Del mismo modo, adaptan la música ambiente de la barbería para cada caso particular. Además, dispone de una sala especial, la "zona de calma", un espacio equipado "con un sofá y auriculares con cancelación de ruido, donde los clientes pueden relajarse antes, durante o después del servicio si lo necesitan".
- ¿Qué papel tienen los peluches en la barbería?
- Christian Martín: La recepción del cliente es crucial, especialmente para aquellos que necesitan un espacio personal al llegar. Por ejemplo, utilizamos un peluche llamado 'perezoso', con extremidades largas, para respetar las distancias de seguridad que algunos requieren. Según la situación, también contamos con peluches, coches o pelotas blanditas, diseñados para generar calma y aliviar el estrés.
- ¿En qué se diferencia un servicio con un cliente convencional de uno con diversidad funcional?
- Durante el servicio, involucramos a los clientes mediante juegos: les mostramos los utensilios que usaremos, y pueden cepillar a un muñeco como Groot, de la película 'Guardianes de la galaxia'; quitarle el cabello cortado o incluso ponerle la capa.
Estos recursos no solo ayudan a que el cliente se sienta cómodo, sino que hacen de la experiencia algo divertido y participativo. Cada cliente es único, y adaptamos estas herramientas, según sus preferencias y necesidades. No seguimos una metodología rígida; más bien, aprendemos de cada experiencia con ellos para mejorar a diario.
Vocación propia
Heaslip Barber es un proyecto que acaba de materializarse, pero que lleva gestándose en la mente de Christian desde su infancia. Su pasión por los cambios de look le ha llevado a empaparse, desde los 8 años, de todo lo relacionado con este sector profesional. Su formación lo demuestra: "Tengo un grado medio en artistry y business, numerosos cursos especializados en áreas como colorimetría, visagismo, corte y técnicas avanzadas...".
Su madre, Mayte, es su principal apoyo en este proyecto. Los dos van de la mano para sacar adelante esta iniciativa dirigida a clientes con diversas patologías: "La vocación de Christian es propia, porque nadie en la familia se ha dedicado a este mundo. De hecho, cuando era niño, en vez de pedirnos videojuegos u otras cosas como los demás chicos, a lo mejor nos pedía un peine o unas tijeras", según recuerda Mayte.
Sin embargo, a medida que Christian profundizaba en este mundo se dio cuenta de que no todas las personas podían disfrutar de un cambio de look debido a su diversidad funcional: "Viví de cerca situaciones que me hicieron desarrollar una sensibilidad especial hacia estas personas. Esto me llevó a reflexionar sobre cómo podía contribuir desde mi profesión a este colectivo de personas".
- ¿Qué es lo que más le motiva de trabajar con clientes con diversidad funcional?
- Christian Martín: Lo más placentero de mi trabajo es ver cómo estos clientes, que a menudo llegan con temor o desconfianza, terminan disfrutando de la experiencia. Por ejemplo, algunos niños que son muy inquietos llegan a quedarse dormidos durante el corte, o aquellos que normalmente no hablan se animan a colaborar y explicar cómo quieren su peinado y su corte de pelo.
Cada pequeño avance, cada sonrisa, cada palabra, es un motivo de orgullo para mí. Mis clientes, tanto con diversidad funcional como sin ella, me han enseñado a valorar las pequeñas cosas y a encontrar una satisfacción enorme en el día a día. Gracias a ellos, siento que no solo estoy haciendo un trabajo, sino construyendo un espacio donde todos se sienten valorados y respetados.
La iniciativa de Christian ha llamado la atención de sus compañeros en el sector. Prueba de ello es que este joven emprendedor explica que ha recibido "el galardón de tres estrellas de Barberías con Encanto, un reconocimiento otorgado solo a unas pocas barberías en toda España".
"Además, desde muy joven he participado en varias batallas de barbería, logrando ganar varios trofeos que me han permitido seguir creciendo dentro de este sector", según resalta este emprendedor. "También he tenido la oportunidad de participar en competiciones nacionales e internacionales que han reforzado mi experiencia y mi pasión por este oficio".
- ¿De dónde viene el nombre de Heaslip Barber?
- Christian Martín: Cuando era pequeño, conocí a un cantante al que admiraba mucho y adopté su apellido, Heaslip, como un alias para mí. Con el tiempo, la gente comenzó a llamarme así, y cuando llegó el momento de elegir un nombre artístico para mi barbería, decidí utilizar este, ya que representa una parte de mi identidad y de mi historia personal.