Carlos Hernández posa junto a una de las obras que empezó a crear tras quedarse sin empleo.

Carlos Hernández posa junto a una de las obras que empezó a crear tras quedarse sin empleo. Cedida

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Ser becario a los 46 en España: Carlos lleva cinco años sin encontrar trabajo y subsiste a base de contratos de prácticas

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Carlos Hernández (Lorca, 1978) era el jefe de una sucursal de la empresa para la que formaba parte desde hacía siete años. Sin embargo, un fatídico accidente de tráfico lo mantuvo le hizo perder la movilidad de un brazo, lo que supuso su inevitable despido: "Hace ocho años del accidente, y desde entonces he llamado a muchas puertas, sin éxito. Por eso he pasado todo este tiempo reinventándome", explica a EL ESPAÑOL.

Este lorquino graduado en Dirección Hostelera de repente se vio en la calle sabiendo que no podría volver al sector profesional al que había dedicado su vida "pasando por grandes cadenas como NH, Zenit, etcétera". Por si fuera poco, a su edad -entonces 40 años-, se le sumaba la dificultad de tener que aprender a hacerlo todo con su brazo no dominante.

Por estas razones, ha pasado los últimos años ampliando su formación. Se graduó en Bellas Artes con Matrícula de Honor en su TFG y consiguió el Máster en Producción y Gestión Artística, ambos en la Universidad de Murcia. Mientras se formaba seguía buscando empleo, pero las únicas oportunidades que le han aparecido han sido las prácticas universitarias.

- ¿Se puede subsistir con el sueldo que ofrece un contrato de prácticas?

- Carlos Hernández: Solo con esto no se puede subsistir, es una ayuda que viene bien en un momento dado, pero que debería ser temporal con posibilidad de optar a un contrato más estable. En mi caso, desde hace casi dos años estoy encadenando contratos en prácticas del Centro de Orientación e Información de Empleo de la Universidad de Murcia en el Makerspace de la Biblioteca Universitaria realizando escaneado, digitalización, modelado e impresión 3D.

Carlos Hernández da las últimas pinceladas a una de sus obras.

Carlos Hernández da las últimas pinceladas a una de sus obras. Cedida

Carlos es consciente de los dos grandes inconvenientes que debe enfrentar: en primer lugar, el más evidente, su discapacidad del 50%. Y en segundo lugar, su edad. A sus 46 años está todavía lejos de ser un anciano, pero asegura que "a esta edad y con mi discapacidad desaparezco del radar de cualquier empresa. Además, pienso que en ocasiones buscan a personas más jóvenes porque son más moldeables, es decir, con años por delante para adaptarse y aprender".

- ¿Cuál cree que es la principal ventaja que pueden ofrecer los trabajadores más veteranos a una empresa?

- Carlos Hernández: Está claro que las personas con más edad pueden aportar mucho a las empresas, pero tanto estas como los trabajadores deben ser conscientes de la importancia de una formación continua para adaptarse al constante cambio. No quiero decir que las personas de mayor edad no seamos capaces de adaptarnos, todo lo contrario, creo que tenemos gran capacidad resolutiva.

Carlos Hernández muestra uno de sus cuadros.

Carlos Hernández muestra uno de sus cuadros.

De hecho, la mayor prueba de esa capacidad a la que hace referencia el lorquino es que en este momento está cursando un Máster y un doctorado al mismo tiempo. Su objetivo es seguir especializándose en el mundo del arte, una inquietud que le lleva a estar continuamente desarrollando proyectos de diversa índole: pinta cuadros, crea esculturas y lleva a cabo exposiciones y proyectos con los que aspira a ir ganando un nombre en el plano artístico.

Entre ellos, ya ha formado parte de iniciativas destacables como el proyecto 'El Prado en Vol.', para el Museo Nacional del Prado, o el proyecto europeo MEVIT. "El trasfondo de mis obras es la superación. Se trata de un modo de recordarme la lucha diaria por superar las trabas como persona con discapacidad".

Carlos Hernández posa con su autorretrato titulado 'Rendirse no es una opción'.

Carlos Hernández posa con su autorretrato titulado 'Rendirse no es una opción'. Cedida

Ante todo, para él "rendirse no es una opción". Este es un mantra que se repite cada día para afrontar los desafíos de todas las obligaciones que lleva entre manos. No en vano, hay dos cosas que Carlos no pierde nunca. La primera es la esperanza de encontrar un empleo estable, y la segunda es su actitud positiva y optimista ante las dificultades.

Todo esto le permite, a su vez, mantenerse cerca de un entorno universitario. De hecho, explica que la docencia "es una de las pocas opciones profesionales que me quedan. Lo intentaré a pesar de que soy consciente de las dificultades a las que me enfrento".

¿Cómo fue volver a la universidad para empezar desde cero?

- Carlos Hernández: Para mí, la universidad ha sido y sigue siendo una experiencia increíble. Me han enseñado y me han ayudado de una manera que no esperaba. Ha sido muy enriquecedor y me ha ayudado a crear una nueva trayectoria de vida. Volver a la Universidad ha sido una de las mejores decisiones que podría haber tomado.

- ¿Qué cree que debería cambiar en el sector laboral de España para darle una oportunidad a las personas que están en su situación?

- En los últimos años sí se ha potenciado la incorporación de personas con discapacidad en el mundo laboral. No obstante, considero que es necesario impulsar los contratos indefinidos para ganar mayor estabilidad en el trabajo.

Carlos Hernández repasa los últimos detalles de uno de sus cuadros.

Carlos Hernández repasa los últimos detalles de uno de sus cuadros. Cedida

Recualificación

Carlos no es el único que se encuentra en esta situación. El secretario de Diversidad de UGT Región de Murcia, Miguel Lajarín, explica a EL ESPAÑOL que "al igual que los jóvenes, a partir de los 45 años hay un perfil de personas que tienen dificultad para acceder al empleo: suelen ser trabajadores que llevan muchos años en la misma profesión y por alguna razón se ven en la necesidad de buscar otro trabajo".

De hecho, estos problemas se acentúan a medida que se acerca la edad de jubilación. El grupo de edad más afectado por el desempleo son las personas mayores de 50 años, según el informe Tu edad es un tesoro de la Fundación Adecco.

"Sobre todo lo tienen muy difícil las personas que por lo que sea tienen que cambiar de profesión, como en casos de enfermedades o accidentes", amplía Lajarín. Este es el caso de Carlos, cuya discapacidad le hizo imposible recuperar su trabajo original.

Según los datos que ofrece el Servicio de Empleo y Formación (SEF), la Región de Murcia "cerró el mes de noviembre con 43.539 desempleados mayores de 45 años". Esto supone "una reducción de 2.371 desempleados respecto al mismo período del año anterior".

Por su parte, el Informe del Mercado de Trabajo de los Mayores de 45 años señala que 2023 se cerró con un total de "1.553.367 personas mayores de 45 años paradas" en todo el país. Esto supone una reducción de "48.024 personas menos que el año anterior".

Pese a esta disminución, el secretario de Diversidad de UGT Murcia subraya que las instituciones "tienen que seguir trabajando para garantizar la recualificación y formación de las personas de 45-50 años que necesitan cambiar de estudios y empezar a trabajar en un nuevo sector".

"Por ejemplo, si eres carpintero con 50 años y ya no puedes trabajar en ello porque tienes problemas de salud pero sí vales para estar en una oficina, los servicios de empleo, si tienes dos años de paro, deberían garantizar que puedas estudiar y formarte", amplía Lajarín.

En esta línea, desde la Consejería de Empleo de la Región de Murcia explican que el SEF "destinó el pasado año más de 28 millones de euros a fomentar la empleabilidad e inserción laboral de personas que se encuentran más alejadas del mercado laboral".

En esta condición, entran colectivos "como los desempleados de larga duración, con discapacidad, mayores de 45 años o víctimas de violencia de género". Una fuente de la consejería amplía a este diario que "el SEF atendió a 16.171 personas para mejorar su acceso al empleo a través de los diferentes programas y ayudas que dirige a estos colectivos".