Quimi y Valle somos todos: así cambió 'Compañeros' las series españolas
Hace quince años que la primera pandilla abandonó las aulas del Colegio Azcona dejando su huella.
11 julio, 2016 01:59Noticias relacionadas
“Colegio Azcona, Colegio Azcona. Qué gran colegio, qué privilegio, pasar los días en este centro. No hay otro sitio como el Azcona”. Si al leer estas líneas saben de qué va este artículo es que usted era seguidor de Compañeros, la mítica serie de Antena 3 sobre un grupo de adolescentes en un colegio público que revolucionó la televisión española a finales de los años 90. En aquel momento nuestra ficción estaba dominada por las profesiones: médicos, periodistas y policías nos mostraban su día a día en productos dirigidos a un público que iba de los 5 a los 99 años.
Y de repente llegaron ellos. Quimi, Valle y compañía. Esa panda de colegas en las que estaban todos. El macarra de buen corazón, el panoli, la tía buena, la amiga fiel… todos los estereotipos estudiantiles cabían en las aulas del Colegio Azcona. Todos queríamos pertenecer a esa pandilla, vivir sus aventuras y salir de fiesta con ellos. Muchos crecimos con ellos, otros lo vieron desde la distancia, pero todos estaban pegado cada semana para ver el nuevo episodio.
Y eso que la serie de Globomedia no tuvo unos comienzos nada fáciles y estuvo a punto de irse al limbo de las ficciones que no pasan de su primera temporada, como recuerda Manuel Ríos San Martín, productor ejecutivo, guionista y director de Compañeros y una de las pocas personas que estuvo desde su primer episodio. “La primera temporada fue regular. Coincidimos con el fútbol en abierto y hubo muchas dudas sobre si renovarnos o no. En la segunda la audiencia fue subiendo y ya en la tercera y en la cuarta explotó y se convirtió en un éxito”, recuerda hablando con EL ESPAÑOL.
En total 121 episodios siguiendo las desventuras de estos adolescentes. Sus coqueteos con el alcohol, las drogas, el sexo… un viaje iniciático en 'prime time' trufado de humor y acción. 27 de esos capítulos los protagonizó una nueva pandilla que no enganchó al público, a pesar de que de ella han salido actores como Álex García, Begoña Maestre, David Janer y Raúl Arévalo, mientras que de la primera tanda ninguno ha tenido una carrera de éxitos. Sólo los protagonistas, Quimi y Valle, o lo que es lo mismo, Antonio Hortelano y Eva Santolaria aguantaron en el candelero.
Creo que hubo un prejuicio hacia la televisión adolescente. Como eran jóvenes y monos había prejuicios. La gente decía: 'bahh esos de compañeros'
Para Manuel Ríos este poco éxito fue debido a que por aquel entonces la gente no estaba acostumbrada a las estrellas adolescentes: “Creo que hubo un prejuicio hacia la televisión adolescente. Como eran jóvenes y monos había prejuicios. La gente decía: 'bahh esos de compañeros'. Luego con la segunda pandilla pasaron los años y ya había surgido gente como Paz Vega y Belén Rueda”.
Para el productor y guionista Compañeros fue una serie generacional, pero sólo para los adolescentes, porque parte de su éxito fue gracias a que caló en un público de todas las edades. “Había mucho público que no era estudiante, gente que había dejado ya el colegio, padres, profesores… era una serie muy comercial, sin embargo en EEUU casi no se habían hecho series de colegios y las que se hicieron estaban demasiado enfocadas a un público muy adolescente, mientras que esta era muy generalista, había más audiencia en gente de entre 35 y 55 que entre los de 15 y 35”, añade Manuel Ríos.
Sexo, drogas y rock and roll
El éxito de Compañeros y Al salir de clase creó un propio género dentro de la ficción española. Después llegaron SMS, Física o Química y otros tantos sucedáneos que bebían de la materia prima original. Pero no sólo en el género, para Manuel Ríos San Martín la serie influyó en que hubiera “una realización mucho más moderna y una mezcla de tramas más ágil” que luego se utilizó en otras ficciones como Policías.
Lo que siempre hizo Compañeros fue tratar temáticas polémicas y de actualidad, algo que normalmente se evitaba en las series españolas, demasiado blancas y para toda la familia. Quién no se acuerda del hermano yonqui de Quimi o de esa alumna refugiada que puso sobre el tapete un tema que sigue de plena vigencia. “Había un interés social, hoy estaba viendo el capítulo 3 y he visto que estaban leyendo Yonqui, de Burroughs y había en clase un debate sobre leer este tipo de libros. Era un atrevimiento hablar en 'prime time' de eso. Tocábamos ciertos temas sin cortarnos y de una forma muy moderna. También en uno de los primeros capítulos aparecía una pintada en la pizarra que ponía 'Valle puta'. Eso era un bullying y la gente no hablaba de ello. La llamaban así porque iba vestida de forma atrevida. Era una reivindicación de que ella podía vestir como quisiera. Hubo un atentado de ETA, se habló de la pena de muerte… eran temas densos para una serie”, recuerda Ríos San Martín.
Tocábamos ciertos temas sin cortarnos y de una forma muy moderna. Hubo un atentado de ETA, se habló de la pena de muerte… eran temas densos para una serie
Para poder hablar de estos temas y de lo que ocurre entre pupitres se contrató a dos asesores del Colegio Monserrat, un centro que “nos inspiró mucho” y “contábamos con un asesor educativo del Ministerio de Educación que nunca ha querido dar su nombre”. Ellos se leían los guiones y ayudaban a bajar a la realidad lo que ocurría. Una de las críticas que siempre se hizo a estas series es que contrataran a chavales mucho más mayores que no aparentaban ser los adolescentes a los que interpretaban, algo para lo que el guionista tiene solución. “Parece que tenían 29, pero tenían 20. Incluso Lara y Manu tenían 16. Y Eva y Antonio 20 o 21, tampoco muchos más, no era para tanto”, zanja mientras añade que lo que más le divertía era crear los epílogos locos que se convirtieron en una marca de la casa y en los que se permitían licencias como meter un dinosaurio en el Colegio Azcona o introducir a los personajes en un videojuego.
La posibilidad de ver a los alumnos que cambiaron la ficción española está difícil, aunque hubo un tiempo en el que se barajó una posibilidad con un punto de meta humor y jugueteo. “Planteé a Nova hacer algo cachondo, no serían los mismos personajes porque no teníamos los derechos, pero se trataba de coger a los chavales de Compañeros ya de mayores y meterlos en un piso de estudiantes. Sus vecinos serían los actores de Al salir de clase y se llevarían muy mal. Sería una especia de Friends con un homenaje a las dos series”, explica con nostalgia Manuel Ríos.
Finalmente no salió, y todos seguiremos con el recuerdo de Valle y Quimi, esos dos chavales rebeldes de buen corazón que enamoraron a toda una generación de jóvenes que siempre quisieron convertirse en ellos y que hace quince años cerraron las puertas del colegio Azcona cantando aquello de: "No te fallaré, somos compañeros".