No hubo sorpresa. El fenómeno era demasiado grande como para obviarlo. Juego de Tronos se fue por la puerta grande. Haciendo historia en la televisión y también en los Emmy, donde volvió a ganar el premio a la Mejor serie dramática por una última temporada irregular pero tan espectacular como siempre. Hace 15 años era imposible pensar en una ficción tan grande como esta, que conjugara el espectáculo y la profundidad. Su llegada marcó un antes y un después, y la Academia de Televisión no iba a dejar escapar esta oportunidad. De hecho hasta le dedicó un homenaje como despedida.
La adaptación de los libros de George R.R. Martin no sólo se llevó el premio gordo, sino que también consiguió el de Peter Dinklage como Mejor actor secundario. Aunque era la gran favorita y casi nadie dudaba de su victoria, hubo un momento de duda. Cuando la superproducción perdió en la categoría de Mejor dirección, donde tenía hasta tres nominaciones, en favor de Ozark, muchos temieron lo peor. También perdió el de mejor guion (que también fue para una serie de HBO, Succession), actor (que ganó Billy Porter por Pose), actriz (Jodie Comer, por Killing Eve) y Actriz secundaria, que fue para Julia Garner, también por Ozark.
Era la estocada final de HBO a Netflix. Durante toda la noche le fue ganando todos los premios posibles donde se enfrentaban, y en drama se impuso a Ozark y Bodyguard, las dos grandes apuestas de la plataforma. Un broche de oro a una gran serie, y una reafirmación para HBO, que da un golpe en la mesa en plena llegada de numerosas plataformas. Con las victorias de hoy deja claro que ellos ponen la calidad.
La victoria aplastante sobre Netflix se confirmó, sobre todo, en la categoría de Miniserie, donde Chernobyl arrasó con todo y dejó a la gran apuesta de Netflix, Así nos ven, con las migajas. La producción sobre el desastre nuclear se llevó el premio a la Mejor miniserie, Mejor dirección y Mejor guion, sólo falló en los premios de interpretación. Así, Jharrell Jerome salvó el honor de Así nos ven al llevarse su merecidísimo premio al Mejor actor.
Jerome, emocionadísimo, se lo dedicó a los cinco de Central Park, que allí estaban levantando el puño y celebrando la ficción que les ha dado voz. También muy reivindicativas las actrices premiadas en estas categorías. Michelle Williams ganó su Emmy por dar vida a Gwen Verdon en el biopic de Bob Fosse y dijo que ella había ganado lo mismo que su compañero y pidió que se escuche a las mujeres en sus puestos de trabajo, que se haga el mismo caso a una mujer negra que a un hombre blanco.
Como siempre Patricia Arquette, mejor secundaria por The Act, sacó su activismo y discurso político, en este caso a favor de las personas trans, como su hermana Alexis, muerta hace pocos años. Para ellos pidió respeto, derechos y trabajos en una industria que no les da papeles. Arquette optaba a doblete, pero se quedó con este galardón que, como recordó, se suma a una lista muy grande que ha llegado a partir de los 50, cuando ha recibido sus mejores papeles.
En esta victoria aplastante de HBO, Netflix sacó un premio para salvar el honor con el de Mejor película para televisión, donde Bandersnatch, el episodio interactivo de Black Mirror, venció a Deadwood, la otra gran favorita. Un premio previsible, sobre todo por lo novedoso del capítulo y su éxito en todo el mundo.
La sorpresa vino en la categoría de comedia, y no por inmerecido, al revés. Fleabag era la mejor de las nominadas y la favorita de la crítica, pero también tenía un corte demasiado inglés e independiente para vencer a otros fenómenos como La maravillosa Sra. Maisel, pero el fenómeno Phoebe Waller-Bridge explotó en esta gala de los Emmy, donde se llevó los premios de Mejor serie, mejor guion, Mejor dirección y Mejor actriz, tres de ellos para la propia Waller-Bridge que escribe mejor sus series que sus discursos. Una victoria para Amazon, que también tenía a la otra favorita de la categoría, y que suponía una nueva derrota de Amazon, que aquí tenía a Russian Doll como representante.
El resto de premios de comedia fueron para Barry, que se llevó el de Mejor actor para Bill Hader, uno de los galardones más cantados de la noche. Los premios secundarios fueron para Tony Shalhoub y Alex Bornstein, por La maravillosa Sra. Maisel. Todo esto hizo que Veep se fuera de vacío en su última temporada. La joya de HBO perdió en su despedida e impidió el pleno de la cadena esta noche.
Los Emmy siguieron la estela de los Oscar, y decidieron no tener presentador, una decisión que provocó que la gala fuera aburrida y sin sentido, a lo que no ayudó la poca chica de los discursos. Uno de los más reivindicativos fue Ru Paul, que al ganar el premio al Mejor reality pidió a la gente que se registrara para votar porque el año que viene es definitivo. Una de las pocas gotas activistas de la noche triunfal de HBO.
Mejor drama: 'Juego de Tronos'.
Mejor comedia: 'Fleabag'.
Mejor miniserie: 'Chernobyl'.
Mejor actor de drama: Billy Porter, por 'Pose'.
Mejor actriz de drama: Jodie Comer, por 'Killing Eve'.
Mejor actor de comedia: Bill Hader, por 'Barry'.
Mejor actriz de comedia: Phoebe Waller-Bridge por 'Fleabag'.
Mejor actor de miniseria: Jharrel Jerome, por 'Así nos ven'.
Mejor actriz de miniserie: Michelle Williams, por 'Fosse/Verdon'.
Mejor película para televisión: 'Bandersnatch (Black Mirror)'.
Mejor actor secundario en drama: Peter Dinklage, por 'Juego de Tronos'.
Mejor actriz secundaria en drama: Julia Garner, por 'Ozark'.
Mejor actriz secundaria en comedia: Alex Borstein, por 'La maravillosa Sra. Maisel'.
Mejor actor secundario en comedia: Tony Shalhoub, por 'La maravillosa Sra. Maisel'.
Mejor actor secundario en una miniserie: Ben Whishaw, por 'A very english scandal'.
Mejor actriz secundaria en una miniserie: Patricia Arquette, por 'The act'.
Mejor guion de comedia: 'Fleabag'.
Mejor dirección de comedia: 'Fleabag'.
Mejor dirección en una miniserie: 'Chernobyl'.
Mejor guion de una miniserie: 'Chernobyl'.
Mejor reality: 'RuPaul's Drag Race'.
Mejor guion de drama: 'Succession'
Mejor dirección de drama: 'Ozark'.