‘Selftape’, un viaje de autorreflexión que (re)descubre a las actrices Joana y Mireia Vilapuig
La tercera serie original de Filmin sigue a las dos hermanas que narran su propia historia, en la que la vida sigue después de la fama.
4 abril, 2023 17:33A la tercera va la vencida. Después de atreverse y sorprender al público con su profunda comedia Doctor Portuondo y de generar mil y un debates alrededor de la atrevidísima Autodefensa, Filmin ha logrado dar con la tecla definitiva con su última apuesta. Y lo ha hecho con Selftape, su tercera serie original, que se estrena el 4 de abril en su catálogo.
En ella, muchos espectadores encontrarán la versión más cercana y humana de Mireia y Joana Vilapuig, dos jóvenes actrices con las que incluso podrían haber crecido si pertenecen a la generación de jóvenes que se engancharon a la conocida serie de TV3 Pulseras rojas. Fue en esta ficción donde las dos hermanas dieron el salto al estrellato, abandonando por completo una infancia que se les acortó de repente.
Tras abandonar la vorágine a la que pertenecieron tras el final de la serie catalana, ambas actrices participaron en otros proyectos, pero ninguno como Selftape, una serie que les ha servido para mantener distancias con su pasado, observándolo con perspectiva para poder construir el presente que ellas quieren.
Para conseguirlo, las dos han dado con un método muy adecuado: construir un alter ego que les ayude a contarse a sí mismas sin sobrepasar ciertos límites y apoyarse en la ficción para hablar de sus inquietudes más personales, que pueden ser las de muchos otros jóvenes como ellas.
En la Selftape conocemos a dos jóvenes que supieron lo que eran la fama y el éxito a muy temprana edad. Años después de llegar a la cima, Mireia vuelve a Barcelona, pero el frío recibimiento de su hermana Joana no será el que ella se esperaba.
Incapaces de comunicarse y arreglar las cosas, todo da un vuelco cuando le ofrecen a Mireia un papel que tenía que hacer Joana. A partir de este momento saldrán a la luz secretos, mentiras y traumas del pasado que obligarán a las dos hermanas a replantear muchos aspectos personales de sus vidas, como pueden ser el trabajo, el amor, la amistad o incluso su propia relación.
Y todo ello intercalando las secuencias de ficción con imágenes de archivo reales, que terminan de difuminar el límite que existía entre las perspectivas que teníamos de ellas.
Cuando todos las volvemos a observar de nuevo a través de la pantalla, Joana y Mireia aprovechan la oportunidad y se miran de forma cómplice, sabiendo al instante cuál es la mejor herramienta para poder entender cómo han llegado hasta aquí y para mostrárselo al mundo: viajar hacia atrás en el tiempo. O lo que es lo mismo, buscar en los álbumes de recuerdos y en las cintas que grabaron cuando eran pequeñas.
Los vídeos caseros tienen una peor calidad a nivel visual, pero desprenden una luz y una calidez únicas y que no serían capaces de captar las cámaras más contemporáneas. Esto se debe a que ellas son las que le aportan su luz propia a cada fotograma, iluminando todos ellos con la inocencia y la ilusión que tenían cuando eran pequeñas.
Ese brillo especial con el que ellas recuerdan su infancia se les arrebató de repente, algo que se describe muy bien con apenas hacer uso de un simple recurso de montaje. Cortando de una imagen a otra, vemos a las protagonistas madurar de golpe mientras graban sus primeros selftapes -las grabaciones que los actores envían a los cástings-, y ser víctimas de una vorágine creada por una industria televisiva insaciable.
Pero ahora pueden verlo todo desde otra perspectiva y por eso han querido abrirse un poquito más, observando las cicatrices que les siguen quedando y contándose a sí mismas a través de dos personajes ficticios que beben de su realidad.
Y lo hacen desde la total libertad creativa que les permiten Filmax y Filmin, dos puntos de apoyo importantes desde los que han sentido la inmensa tranquilidad para poder expresar su mensaje.
Con todos los aciertos narrativos y estéticos que también destacan de esta producción, todo un ejercicio de autoconocimiento para las dos protagonistas, Selftape tiene tiempo además de ser crítica con la sociedad a la que pertenecen Joana y Mireia.
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Estos ingredientes son los que hacen que conectemos con las personas que aparecen en pantalla, porque hasta cierto punto, podríamos habernos sentido como ellas en algún momento.
Después de varios experimentos muy diferentes, Filmin ha dado en la diana con Selftape, un ejercicio que propone cierta reflexión al espectador y todo un viaje de crecimiento personal junto a Joana y Mireia Vilapuiug que además es un aciertazo y encaja perfectamente en el catálogo tan único y diferenciado de la plataforma. Habrá que ver cuál será el siguiente paso que dan, pero parece de momento, sus originales nos siguen emocionando y despertando mucha curiosidad e interés.
'Selftape' se estrena en Filmin el 4 de abril.