Tienen entre 6 y 16 años y una aspiración: ser estrellas de Hollywood. Se mudan con sus familias a Los Ángeles, pasan los días entre castings y clases de teatro, memorizando papeles y ensayando posturas delante de la cámara. Es el mundo de las niñas americanas que cada día emigran a la capital del cine para conseguir un lugar destacado y que Elia Urquiza retrata en su documental, Next, que se presenta hoy en la Cineteca del Matadero de Madrid, en el Festival Márgenes.
“Quería hacer un corto de ficción y puse un anuncio de casting para niñas entre 8 y 11 años. Cuando vi el aluvión de candidaturas, me di cuenta de que era mucho más interesante hacer un documental sobre este tema”, cuenta la directora. Y así fue como se adentró en una realidad donde una niña de seis años tiene que llevar una prótesis dentaria hasta que sus dos dientes crezcan para que no salga perjudicada en las audiciones. “Conocí a Sanae en el casting y dos meses después, cuando regresó a Los Ángeles para rodar el documental, su padre vino, preocupado, diciéndome que se le habían caído dos dientes de leche, pero que le iban a poner una prótesis. Yo no sabía ni que contestar”.
Por la silla del mismo dentista han pasado estrellas como Drew Barrymore, Dakota Fanning o Jennifer Love Hewitt, que han dejado en la pared retratos firmados, agradeciendo sus sonrisas perfectas que les ayudaron en su camino hacia la fama. “Con dientes eres una niña guapa”, le dice el dentista. Sanae entrena su dicción con la prótesis, “Ricky”, el nombre que le ha puesto.
Sanae es de Seattle, sus padres vienen a Los Ángeles por temporadas, para conseguir audiciones, hablar con agentes y agencias y “conseguirle algo que pueda poner en el currículum, porque aún no tiene muchos trabajos que pueda poner allí”. Cuando consigan algo sólido, se mudarán definitivamente a L. A. Su ejemplo es igual al de todas las niñas que aspiran a ser actrices. “La verdad es que no me he encontrado con el cliché de padre malvado que quiere aprovecharse de su hija. Ellos creen que hacen lo mejor para ellas. Sacrifican muchísimas cosas por esto”, cuenta Urquiza. “Tienes que desistir de tu vida para hacer que el sueño de tu hija se cumpla. Es lo que ella quiere hacer, ¿quién soy yo para decirle que no lo puede intentar?”, le dice una madre en determinado momento del documental.
Para la directora, padres e hijas son un reflejo de los valores de la sociedad americana: “Es muy fácil culpar a los padres y decir que se aprovechan de las niñas y que es su culpa, pero la verdad es que eso es lo que vende la sociedad: el éxito, la fama y el dinero. En los años sesenta, los niños querían ser astronautas. Ahora quieren ser actores”.
Hay muchos factores que influyen en quién se lleva el papel. Puede que seas demasiado alta o demasiado baja, que tengas el pelo demasiado oscuro, o demasiado claro
A partir de los 11 años, su vida escolar deja de ser compatible con sus aspiraciones. Estudian en casa, por internet y con la ayuda de sus madres, y pasan los días entre audiciones y clases de teatro. “Desarrollan una relación muy intensa con sus madres, más que la media, y sólo socializan con otros niños en las clases de teatro”, cuenta Urquiza.
El resto del tiempo lo pasan memorizando guiones con palabras que a veces ni entienden. “¿Obama lleva en la presidencia desde hace dos años y su partido aún no se responsabiliza por la economía?”. Catherine tiene 9 años, ha sido seleccionada para participar en el programa Flash perspectives, tomorrow leaders, un talk-show donde los niños hablan de los temas de actualidad. Declama la frase con seriedad y sin vacilar y cuando su madre le da el visto bueno pregunta: “¿Qué es una economía?”.
El rechazo
Para que fuera seleccionada para este papel, Catherine tuvo que presentarse a cientos de otras audiciones en las que no fue la elegida. A estas niñas las rechazan todos los días. Se presentan a castings, hacen las pruebas y la mayoría de veces reciben un "no". “En Hollywood hay muchos factores que influyen en quién se lleva el papel. Puede que seas demasiado alta o demasiado baja, que tengas el pelo demasiado oscuro o demasiado claro, o que no te parezcas a la madre que ya tienen contratada”, les dice la profesora de teatro. “Tienes que analizar lo que has hecho, ver qué ha ido bien y qué puedes mejorar y luego dejarlo ir. Si no, te vuelves loca”.
“Es uno de los temas centrales del documental. No tengo conclusiones porque tampoco era ésa la idea, pero estar sometidas a este grado de rechazo diario, a edades tan tempranas, tiene que tener efectos en tu personalidad. Ellas saben que están compitiendo, que las están juzgando y que son rechazadas”, añade la directora.
Normalmente desarrollan mecanismos de defensa para enfrentarse a ello y seguir adelante: “No me importa que no me hayan dado el papel. Ya nunca me decepciono si no lo consigo. Antes sí.”, dice Taylor, de 16 años. Su madre la anima: “¿Recuerdas a Hillary Swank? Se mudó aquí con su madre, que no tenía trabajo. Vivían en el coche y utilizaban los teléfonos públicos para conseguir audiciones. Y mira dónde está ahora”. En Hollywood, con dos Oscar, el lugar donde todas las niñas quieren estar.