Ha llegado nuestra sensación patria a Cannes. Ha llegado Almodóvar, sus chicas y Julieta. El manchego suele predicarse mejor fuera de España, especialmente en Francia, y la cálida reacción del público de Cannes lo ha confirmado. Todo ha sido cordialidad hacia este talento nacional en la rueda de prensa que ha tenido lugar en el Palais esta mañana, hasta que alguien ha hecho la pregunta. “¿Qué puedes decirnos de tu aparición en los Papeles de Panamá?” Al periodista le abuchearon algunos de sus compañeros, pero el director, sin abandonar su buen talante, ha respondido. “Imaginemos por un momento que los Papeles de Panamá fuesen una película. Bien, dentro de esa ficción, tengo la sensación de que los medios, especialmente la prensa española, nos ha retratado a mi hermano y a mí como protagonistas cuando en realidad no dejamos de ser un par de figurantes sin voz”.
Ese es el tema que ha colmado también la mesa que ha tenido con los medios españoles allí trasladados para el certamen. El director, fotofóbico desde los últimos años, se sienta a la sombra junto a sus Julietas, Adriana Ugarte y Emma Suárez, para hablar con nosotros. “Estamos muy deslumbrados por la luz de Cannes”, bromea.
La huella de Panamá
Almodóvar, más que cansado de las dinámicas de exhibición de los medios, parece resignado. “Si alguna vez se escribiese o filmase una crónica de la vida de Pedro Almodóvar se llamaría ‘Las preguntas habituales’, porque siempre me hacéis las mismas”, cuenta divertido, “pero no, no me gustaría que se hiciera una autobiografía de mi persona. Sobre todo si estoy vivo, no tanto por mí como por todo lo que forma parte de mi vida. Sería muy difícil ser fiel y no herir a alguna de esas personas con la que has compartido tantos momentos, de esa vida sobre la que os he dado poquísimo, cuando no nulo acceso, a los medios. Todo esto lo dejaré muy claro en mi testamento porque me horroriza la idea de ver a alguien haciendo de mí”, ríe.
Estoy completamente en contra de la mercantilización de la información, un gran debate que deberíais abordar
¿Y qué papel ocuparían los Papeles de Panamá en esa hipotética biografía? El cineasta lo tiene claro: “no sé siquiera si lo mencionaría en el relato global de mi vida. No ha significado nada más allá de esos momentos de incomodidad en los que mi cara ocupaba las noticias”. Aunque puntúa: “esto de los Papeles de Panamá va a ser sin duda una historia muy interesante de la que todavía nos queda mucho por ver. Aplaudo la filtración, y ojalá se consiga acabar con los paraísos fiscales de una vez. En mi caso, no hay ninguna causa contra nosotros y yo no sabía nada en absoluto, pero si tengo alguna responsabilidad de cualquier tipo, la asumo. Esto es lo único que puedo decir, porque el tema no va más allá. El problema es que, naturalmente, por el tratamiento que le ha dado la prensa a mi papel en toda esta historia se han creado unas expectativas que no se corresponden con mi implicación. Sé que os sabe a poco, pero verdaderamente es que no puedo decir más”.
Panamá no es él, o el último gran escándalo financiero, es algo que va mucho más allá. “Gracias a los Papeles deberíamos reflexionar sobre este asunto. Sobre cómo se ha gestionado esta información. Una noticia tan fuerte, que se da con ese goteo, es una promoción de lo informativo que no me parece correcta. Estoy completamente en contra de la mercantilización de la información, un gran debate que deberíais abordar vosotros, ya que también sois víctimas de esas empresas. Todos en esta mesa somos víctimas”.
A raíz del compañero abucheado en la rueda de prensa, a ese arropamiento que el director ha tenido por parte de la prensa internacional sobre el tema de evasión fiscal en el que se ha visto envuelto en los últimos meses, contesta: “no necesito protección. No tengo ningún problema en hablar de estas cosas, y cuando los periodistas de fuera me han preguntado, he respondido siempre. Ahora, para la prensa de fuera esto es un tema mediáticamente superado”.
“Veréis, mi película habla de la culpabilidad, y yo soy una persona tremendamente moral. Pues bien, no siento ni un ápice de culpa con respecto a la sociedad en la que vivo, con respecto a mi riqueza y las clases más necesitadas. Además, de este tema sólo podemos hablar desde el punto de vista moral, porque no hay consecuencias de ningún otro tipo más allá del reality televisivo al que me he visto abocado y en el que me he negado a participar”.
La redención de 'Julieta'
Julieta, estrenada en salas españolas el mes pasado, ha tenido la peor recepción económica para una película Almodóvar. No está contento con esa recepción, no “le da igual”, pero sabe que el problema va más lejos que su propia película o el escándalo de la filtración, que está ligado a la situación económica y de la propia exhibición fílmica en España. “Julieta es un drama y la gente no quiere ver dramas. Ha abandonado en un número considerable las salas de cine y ahora consume otro tipo de producción española. Pero sin duda, si pudiera viajar en el tiempo hacia atrás, no me lo pensaría dos veces. La habría hecho igualmente”.
Soy una persona tremendamente moral. No siento ni un ápice de culpa con respecto a la sociedad en la que vivo, con respecto a mi riqueza y las clases más necesitadas
Tampoco puede delimitar el impacto que los Papeles han tenido en nuestro país sobre sus malas cifras en taquilla. “Es imposible averiguar qué tanto por ciento le ha supuesto, aunque evidentemente bien tampoco le ha hecho. Ha frustrado la recta final de una promoción que iba como la seda”. Tiene las esperanzas puestas en el extranjero, cuyo paso por el circuito arranca mañana mismo en Francia, tras su paso por la alfombra roja de Cannes. “Todas las películas tienen reacciones características dentro de cada cultura y en cada lugar porque los territorios están vivos. Son ellos los que completan la información de cómo se ve cada película en cada sitio. Sé que a la película le van a pasar cosas, ya le están pasando cosas. No quiero pecar de petulante, pero creo que Julieta nos va a sobrevivir a todos”.
Sobre el nuevo y depurado Almodóvar
Hablando de la película, y de su tratamiento formal, tan depurado, sentido como poco almodovariano por buena parte de los espectadores, el director opina que ese nuevo estilo responde a una necesidad artística que le ha venido de dentro. “Hay que plegarse a las demandas de la propia historia, ser honrado con lo que cuentas. Julieta me exigía este estilo y eso es lo que he hecho”. ¿Será entones el cine del director de Mujeres al borde de un ataque de nervios así a partir de ahora? “No podría garantizarlo, pero de lo que sí soy consciente es de que la experiencia que ha supuesto para mí este cambio de registro ha sido una experiencia totalmente placentera, y creo que eso sí va a influir en el futuro. Julieta me ha permitido comprobar que soy capaz de contar otro tipo de historias”.
“Le pido perdón a los fans y me arrodillo si hace falta, pero cuando creo mis películas no pienso en el espectador porque ese hipotético espectador no tiene cara ni forma. Los americanos, que calculan mucho en esto, también se equivocan”. El director sabe que ha habido una frialdad en la acogida de la película en salas, de igual forma que anteriormente también se le criticó por parte de otro sector de la audiencia la ligereza del tono de Los Amantes Pasajeros. “Sí soy consciente de que si hubiera cambiado el final de Julieta, si el espectador hubiera sido testigo de ese reencuentro entre los dos personajes principales, la recepción hubiese sido distinta. Hubiera satisfecho más a determinado tipo de público, que tal vez es el mayoritario. Pero me parecía muy importante que fuese un final abierto y, sobre todo, que no fuese un final feliz”.
Ante las perspectivas de que el español se alce o no con la Palma de Oro, nos ha confirmado lo mismo que dijo en la rueda de prensa: Pedro no es como Woody Allen, él sí ha venido aquí a competir. Espera resarcirse con Julieta de anteriores sinsabores en Cannes, como le pasó con Volver en 2006 y, más que de ninguna de las cinco veces que ha competido, con Todo sobre mi madre, que en 1999 se quedó a las puertas del ansiado galardón, conformándose con el premio al Mejor director. “Una vez que decido que voy a estar en Cannes, prefiero que sea en la competición, porque de todas las maneras iban a salir las críticas mañana. Por cierto, espero que las leáis. Además, esto es más interesante para vosotros. Si el domingo no me dan ningún premio podréis titular: ‘Almodóvar no tiene ningún premio’. Es mejor así, más excitante”. En cinco días sabremos si ese titulas es o no el adecuado.