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Las fronteras están para romperlas. El arte tiene que salir de su cubículo, hacerse grande y darse a conocer. El cine español ha estado encerrado mucho tiempo, jugándoselo todo en la taquilla nacional sin contar que fuera había todo un mundo por descubrir. Primero se demostró que la unión con Latinoamérica podía ser un filón para los intereses comerciales de nuestras obras, pero luego se vio que el buen cine no entiende de idiomas. Actualmente Almodóvar ya no es una excepción y la industria viaja para no apostarlo todo a la carta del público español. En 2015 se estrenaron 132 de nuestras películas en otros territorios, un 16% inferior al del año anterior, pero aun así la tercera mejor cifra histórica.

No hay que bajar la guardia, este descenso significa que si las instituciones no ayudan a promocionar nuestro cine no habrá nada que hacer, ya que actualmente un 59,3% de la recaudación de la industria viene del exterior. Exactamente fueron 160 millones de euros, comparados con los 110 obtenidos de las entradas españolas. Una cifra que demuestra la importancia de la internacionalización y que también ha bajado un 14,1% respecto a 2014.

Emma Watson y Alejandro Amenábar en el rodaje de Regresión.

Estos datos los ha ofrecido Ramón Colom, presidente de la Confederación de Productores Audiovisuales, en el marco de los Spanish Screenings, una de las actividades organizadas para que los distribuidores y la prensa extranjera conozcan nuestro producto. Un mercado que complementa a las actividades que se llevan a cabo en los principales festivales de cine del mundo

El único dato que ha mejorado es el de copias de películas españolas comercializadas, que han alcanzado las 21.600, un aumento del 41,4%. En este informe destacan como títulos con más éxito fuera de nuestras fronteras Relatos Salvajes, Exodus y Caza al asesino, todas ellas coproducciones, y las dos últimas rodadas en inglés. Una nueva muestra de que en la colaboración de industrias hay un arma a explotar y que rodar en inglés es una llave para que tu película sea comprada en decenas de territorios. Desde FAPAE, han negado que los datos estén maquillados al incluir filmes con participación menor española y han remarcado que hay que defender el cine español hecho en inglés. “Pensamos que una película española en inglés no tiene que ser penalizada, se lo hemos dicho ya al ICAA", se ha quejado.

Para Colom es de destacar que, pese a la bajada de este curso, se ha aumentado en un 51,7% las películas exhibidas fuera en los últimos diez años. México es el país que ha estrenado más películas españolas (32), seguido de Italia (26), Argentina (24), Colombia (21) y Francia (17). Latinoamérica sigue siendo, gracias al idioma común, nuestro mejor feudo para sacar beneficios, ya que un 47,3% de los filmes distribuidos han sido en dicho continente.

Necesitamos aunar esfuerzos, esto no se consigue solo con los organismos que promocionamos el cine, necesitamos que la cultura sea motor de cambio y eje fundamental de las políticas publicas

El presidente de FAPAE ha pedido apoyo institucional para que el cine español siga creciendo fuera, ya que solos no podrán. “Necesitamos aunar esfuerzos, esto no se consigue solo con los organismos que promocionamos el cine español, necesitamos que la cultura sea el motor del cambio y el eje fundamental de las políticas publicas. Lo público es lo que debe armonizar la lucha por la economía y también por la diversidad”, ha expresado.

También ha criticado la situación actual del programa Ibermedia, que se ha abierto a la coproducción con otros países como Canadá, Francia e Italia, algo que no gusta en FAPAE, que defiende principalmente la colaboración con el mercado “en español”. “Somos 500 millones de personas. Si queremos sobrevivir en el panorama internacional tenemos que hacer películas comunes”, ha zanjado.

Los riesgos del Mercado Único Digital

En los próximos años el cine español se jugará gran parte de sus beneficios y de sus posibilidades de internacionalización. Esto se debe al famoso Mercado Único Digital, medida que se quiere impulsar desde la Unión Europea y que dejaría al sector de la producción audiovisual tiritando.

Relatos Salvajes, una coproducción hispanoargentina que reventó la taquilla.

Cuando se anunciaron las medidas tomadas por Juncker y compañía todo el mundo se lanzó a la superficie. Se empezaría a exigir a Netflix, Amazon y compañía que produjeran contenido de aquellos territorios en los que estuvieran instalados, más allá de donde estén sus sedes fiscales, además de asegurar un porcentaje de contenido nacional. La decisión final sobre esto la tomarían los gobiernos de cada país, como ocurrió aquí en 2010 con la obligación impuesta a las televisiones de ayudar con un 5% de sus ingresos al cine español.

Mientras esta medida satisface a la industria, hay otra igual de importante que quedó de tapadillo y que provocó que durante este festival de Cannes se presentara un informe para alertar de sus peligros. En su afán porque la regulación de las telecomunicaciones y la propiedad intelectual sean comunes a toda Europa, se propuso eliminar las barreras nacionales de los servicios operados en el entorno digital. “Mientas que esto tiene un beneficio para los consumidores, se pueden disparar las alarmas de otros sectores”, ha recordado en el mismo acto la directora del ICAA, Lorena González, posicionándose del lado de la industria audiovisual.

La eliminación de las territorialidades suponía crear un territorio único que es la Unión Europea y eliminar las ventas que se hacen entre territorios del continente

Les ha instado a no bajar la guardia, ya que de este Mercado Único dependerá su futuro. “La eliminación de las territorialidades suponía crear un territorio único que es la Unión Europea y eliminar las ventas que se hacen entre territorios del continente. Gran parte del dinero para la producción de cine viene de la financiación con ventas territoriales, si eso se acaba, que era la pretensión inicial, sería un peligro tremendo y cambiaría todos los esquemas de financiación”, ha añadido.

Debido a la presión de las asociaciones de productores y de los Institutos de Cine de los países miembros se consiguió parar, por el momento, esta medida. “Está aparcado”, ha explicado la directora del ICAA sin confirmar si se desechará la idea o se retomará poniendo en peligro todo el proceso de internacionalización del cine español.

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