¿Puede el cine español sobrevivir sin Ocho apellidos vascos? Durante años nuestra industria se lo ha jugado todo a una sola baza. Una película que salvara los muebles gracias a una recaudación estratosférica. Un modelo arriesgado, que se vale del todo o nada en vez de apostar su resultado por varios títulos y que usa el último trimestre del año como fecha clave. Es un clásico que desde octubre a diciembre se amontonen películas españolas quitándose el público en vez de compartirlo durante el resto de meses.
Hace dos años la comedia de Emilio Martínez Lázaro demostró que marzo es un momento igual de bueno que cualquier otro para reventar las arcas y las distribuidoras empezaron a colocar filmes nacionales con fuerza comercial en el primer semestre del año. Esto se ha notado especialmente este curso, cuando en esta primera mitad de año se han recaudado 28.568.237 millones de euros (4.798.964 entradas vendidas), 2 millones más que en 2015 cuando no se llegó a los 26. Un resultado optimista propiciado por la fuerza de las películas de Telecinco Cinema. Este 2016 ya hay dos obras que han superado el millón de euros, esa barrera económica que te otorga la categoría de taquillazo: Cien años de perdón y Kiki, el amor se hace lo han hecho y han convertido estos primeros compases de 2016 en una fiesta para la filial cinematográfica de Mediaset.
Gracias a las películas de Daniel Calparsoro y Paco León el cine español ha aguantado el tipo. Entre ellas han sumado más del 44% de todo el dinero hecho por nuestra industria, a pesar de que esta ha estrenado hasta 62 títulos. En estos momentos y con su explotación comercial casi terminada Cien años de perdón ha sumado 6,6 millones de euros, mientras que Kiki ha hecho 6,1 millones. El problema viene al mirar los siguientes puestos en la tabla. El bronce de las más vistas ha sido para Julieta, que a pesar de funcionar peor de lo previsto ha superado los 2 millones de euros y los 300.000 espectadores según datos de ComsCore ofrecidos por el Ministerio de Cultura con fecha de 26 de junio. Es decir, entre los 6 millones de Kiki y los 2 de Julieta no hay cine español. No hay un sector medio que funcione sin arrasar.
El semestre ha sido malo para la competencia de Telecinco Cinema. Atresmedia se ha estrellado con todas sus propuestas y ni siquiera ha llegado al medio millón de espectadores con ninguno de sus títulos. Ha estrenado seis películas y todas ellas han sumado 6.730.269 euros. Poco más de la mitad que su rival a pesar de triplicar el número de oferta. Ni Tenemos que hablar, ni Toro, ni Rumbos… ninguna ha funcionado. Se invierten las tornas del año pasado, cuando en el primer semestre fue la productora de Antena 3 la que tomó la delantera gracias al éxito de Perdiendo el norte y Ahora o nunca.
Ahora queda el acelerón final, con las propuestas más prometedoras a nivel comercial de ambas cadenas. Atresmedia guarda en la recámara lo nuevo de Alberto Rodríguez, El hombre de las mil caras; la secuela de Zipi y Zape y de La niña de tus ojos y otros cuantos títulos con los que dar la vuelta a la situación. Por su parte desde Telecinco Cinema les queda la que será, con casi toda seguridad, nuestra película más taquillera del año: Un monstruo viene a verme. La nueva obra de Juan Antonio Bayona llega en octubre y con una promoción que ya han empezado desde la cadena.
La clave es la promoción
Para Ghislain Barrois, productor y mente pensante de Telecinco Cinema, este resultado es “brutal”. Admite que confiaban en la fuerza de Cien años de perdón, pero que el éxito de Kiki, el amor se hace les ha “pillado por sorpresa”. El filme de Paco León estuvo más de tres meses en el top 20 de las más vistas demostrando un boca a boca inusual.
Tenemos la suerte de tener un grupo mediático que promociona las películas que producimos, pero esto no es la panacea porque si la película fuera un truño no puedes engañar a la gente
Este francés al que Paolo Vasile califica como el Spielberg de la industria española sabe que una de sus armas es la promoción y la usan con toda la fuerza posible. “Tenemos la suerte de tener un grupo mediático dispuesto a promocionar las películas que producimos, pero esto no es la panacea porque si la película fuera un truño no puedes engañar a la gente, como mucho puedes hacerlo el primer fin de semana, pero el boca oreja actuaría rápido. Hay películas promocionadas que no encuentran su público, que es muy inteligente. A mí ese discurso de que con una buena promoción puedes hacer que funcione cualquier película… los cojones. Una película mala es mala y no la vendes. Tiene que ser la suma de una película redonda y una buena promoción”, cuenta a EL ESPAÑOL.
Mientras que Atresmedia apuesta por producir una docena de filmes al año, desde Telecinco Cinema se han marcado un tope de cinco o seis, nunca más. “Me parece demasiado llegar a diez. La primera regla es cumplir la obligación y hacerlo de la mejor forma posible. Lo que hacemos en Mediaset es crear eventos alrededor de las películas, y con doce no puedes hacer eso una vez al mes, compites contra ti mismo. Si tienes más de cinco o seis tienes que elegir cuál promocionas y cuál no tanto”, opina Barrois.
A pesar de no tener secuela de Ocho apellidos, cree que el funcionamiento de Un monstruo viene a verme será muy bueno y que el resto de propuestas del cine español harán que el año sea bueno para la industria. “Hacer películas nunca ha sido tan difícil por las incertidumbres en el marco legal, pero con el público nos encontramos en un momento bastante dulce, porque después de años que nos daban la espalda ahora nos dan su voto de confianza. Esto hay que mantenerlo y mejorarlo, porque en cualquier momento esto se jode y estas diez años con el público a cuestas. Por eso tenemos mucho cuidado en cómo vendemos nuestros títulos y no engañar al público”, subraya el productor.
De momento la fórmula funciona, dos películas y un 44% de la taquilla para ellos, habrá que ver cómo termina este 2016, pero el monstruo de Bayona llega con fuerza para quedarse con todo.