Su pase estuvo lleno de complicaciones. Debería haber sido el viernes, último día de competición y jornada en la que los organizadores suelen guardarse una de las joyitas de la Sección Oficial, pero Locas de alegría se proyectó sin previo aviso el jueves. El retraso en la copia de Tormenta de Arena adelantó un día su proyección dejando a todos desconcertados. Pese a todo, recién acabó la película se convirtió en una de las favoritas por la Espiga de Oro en una Seminci que ha mantenido un buen nivel en su Sección Oficial. La obra de Paolo Virzi ha sido distinguida como el mejor filme a competición por el jurado, que también ha decidido premiar a sus dos actrices, Valeria Bruni Tedeschi y Micaella Ramazzotti.
Era la primera vez que Virzi competía en la Semana Internacional de Cine de Valladolid, pero ya es uno de los directores italianos más consolidados gracias a La prima cosa bella y, sobre todo, El capital humano, con la que arrasó en los premios Donatello (los Goya de Italia). Su carrera parece despegar, ya que con su próximo proyecto, The leisure seeker, reúne a un reparto de estrellas entre las que destacan Helen Mirren y Donald Sutherland.
Esta Espiga de Oro supone un empujón para la carrera comercial del director en nuestro país, donde todavía sigue siendo un semidesconocido. Virzi ha hecho morder el polvo a otro realizador que partía como favorito y que se ha ido de vacío: Asghar Farhadi. El iraní, que venía avalado por sus premios al Mejor guion y al Mejor actor en el Festival de Cannes no ha podido repetir premio y se va como una de las grandes derrotadas de esta 61 edición del festival.
Otra de las grandes favoritas sí ha conseguido cazar premio. La argentina El ciudadano ilustre -que se llevó la Copa Volpi al Mejor actor en Venecia-, dirigida por Mariano Cohn y Gastón Cuprat, se ha llevado La Espiga de Plata. Esta comedia sobre un Nobel argentino que regresa cuarenta años después a su pueblo se presentó en los primeros compases de la jornada, pero nadie dudó de que se colaría en el palmarés. El humor triunfa en esta SEMINCI que, a priori, parecía apostar por el cine social y de denuncia.