La Filmoteca Española corre peligro. El proceso de desmantelamiento que ha sufrido la institución desde hace tres años por parte de la dirección del Instituto de las Ciencias y las Artes Audiovisuales (ICAA) ha echado por tierra el trabajo realizado durante más de 50 años. El equipo que puso en marcha este proyecto se ha ido jubilando y en su lugar han llegado funcionarios de la administración pública sin experiencia ni conocimientos en el sector. La función de la Filmoteca es clara: conservar, restaurar y dar a conocer la historia del cine español. Las consecuencias de esta dilapidación es que no se está realizando ninguno de esos objetivos.
Una de las áreas que más han sufrido es la de la conservación. En sus grandes momentos la Filmoteca tuvo a cargo de esta tarea a Alfonso del Amo, que dejó su labor a Encarni Rus, que había aprendido a su lado y que era una de las trabajadoras externas que vieron rescindido su contrato cuando se termina la relación laboral con la empresa Indra. Una situación de cesión ilegal de trabajadores que ya explicó este periódico.
Cuando Rus termina su contrato no contratan a nadie para sustituirla dejando al departamento de restauración sin expertos. Ahora, si hay que encargarse de curar y revivir una copia antigua hay que contratar un servicio de fuera. “Si encuentran ahora una película de Hitchcock llena de moho, la tienen que mandar fuera de la Filmoteca porque no hay nadie que sepa repararla”, cuentan trabajadores del ICAA a este periódico. Otra de las áreas que han quedado al descubierto con los reajustes de personal ha sido el de cooperación, actualmente vacío.
La falta de profesionales y conocedores de la materia ha hecho que no se sepa qué se restaura y que las decisiones y criterios sean incomprensibles. Decisiones que está tomando Mercedes de la Fuente, Jefa de Área de Fondos Fílmicos y persona que ha adoptado las funciones de la dirección tras la prejubilación forzada de Chema Prado. La comunicación en la institución brilla por su ausencia y las dinámicas de trabajo que funcionaron durante años se han roto.
Otra de las situaciones que denuncian los trabajadores del ICAA es que la Filmoteca está dejando de colaborar con festivales. Varios certámenes de prestigio han pedido copias que se les han negado argumentando que hay poco personal y que se está cambiando el archivo de sitio, tal como ha podido saber EL ESPAÑOL. “Prestar una copia te lleva una semana, sólo hay que llamar al servicio de mensajería para que lo recojan”, cuentan.
Se va a cerrar al público para un evento de Ibermedia durante todo el día. Esto es un espacio público que no se alquila. Está cerrando el cine para un acto privado, eso no se ha visto nunca
También la programación del Cine Doré se ha visto afectada por las decisiones del binomio Lorena González- Mercedes de la Fuente. Ambas, sin experiencia en historia del cine español, están metiendo mano en las películas que se proyectan, incluso alterando acuerdos de proyección ya alcanzados por la anterior responsable con embajadas e instituciones. La total disposición de la principal sala de exhibición de la Filmoteca ha hecho que incluso se vaya a cerrar al público el próximo martes 13 de diciembre para un acto del ICAA. Una actividad inusual, ya que el Doré siempre ha estado abierto a la gente.
“Se va a cerrar al público para un evento de Ibermedia durante todo el día. Esto es un espacio público que no se alquila. Está cerrando el cine para un acto privado, eso no se ha visto nunca. Puedes hacer un evento y reservar el 50% del aforo, pero nunca el 100% porque es un lugar que debe estar abierto a la ciudad”, cuentan fuentes del ICAA.
También la conservación se ha visto afectada, ya que desde el ICAA se han eliminado las ayudas a la conservación que daban dinero a las productoras para que pudieran depositar una copia en la Filmoteca para guardarla. Primero trasladó la gestión del Ministerio a la Filmoteca, capitenada por un equipo no capacitado, y ahora las ha retirado. Ya no se conserva en formato fotoquímico, sino en una especie de discos duros que nadie sabe bien cómo reaccionarán al paso del tiempo. “Ahora dejan un DCP, que por fuera es un continente de metal que no es biodegradable y que aguanta todo, pero lo de dentro no sabemos cómo se conserva porque son unos y ceros. Antes se pasaba todo eso a fotoquímico, pero ya no”, explican los trabajadores del ICAA.
La situación es alarmante, algunos dicen que la organización se ha vuelto “oscurantista” y que nadie sabe qué se conserva o restaura porque no hay comunicación. Temen que si la situación sigue así la Filmoteca Española pierda su función principal estar abierta a la ciudadanía. La solución es sencilla, sólo hace falta voluntad política, dar autonomía a la institución y convocar plazas para contratar a profesionales expertos. Algo que desde hace años ya no se hace.