Algo ha cambiado en Hollywood. Los Oscar han premiado una película dirigida y protagonizada por afroamericanos y con una trama homosexual, su presidente es una mujer de color y hasta han vuelto a salir a las calles para protestar contra Donald Trump. Es la misma industria que sigue dominada por hombres blancos y de más de 70 años, pero su tiempo se acaba. Nuevas voces surgen en el ambiente. Voces de gente joven que cree que hay que cambiar para que el cine represente a la gente real, y no sea un arte elitista en el que nadie se ve reflejado.
Una de las actrices que en los últimos años más ha ayudado a la visibilidad de cualquier minoría en Hollywood es Jessica Chastain. Desde su irrupción como un torbellino en la industria hace seis años ha luchado por la igualdad salarial de las mujeres y porque haya más presencia de personajes femeninos fuertes. Ella y Jennifer Lawrence estaban entre ese grupo que se atrevieron a decir que los actores seguían cobrando más que las actrices. En uno de sus proyectos descubrió que su compañero había recibido un cheque siete veces mayor que el suyo sólo por el hecho de ser hombre y dijo que eso debía cambiar.
Para que las cosas sean diferentes no vale con decirlo en las entrevistas, y Jessica Chastain ha empezado su labor como productora. Uno de sus primeros trabajos en esta labor es Miss Sloane, que se estrena el próximo 19 de mayo, en la que da vida a una mujer fuerte e independiente que pone en jaque el sistema de lobbies de EEUU. Pero lo que ella busca con esta faceta es desaparecer de los focos, no ser la estrella y dar el protagonismo a aquellos a los que Hollywood suele ocultar. “Como productora busco proyectos en los que no actúe, es algo que hago para otra gente, para guionistas, directoras, actores latinos, afroamericanos… Quiero crear contenido y dar voz a aquellas historias que normalmente no se cuentan”, ha contado Chastain en la presentación del filme - y de La casa de la alegría que se estrena en junio- en Madrid.
Al principio de mi carrera pensaba que si señalaba una injusticia no volvería a trabajar. Ahora hemos entendido nuestro poder como colectivo y no sólo señalando problemas, sino resolviéndolos
Siempre con una sonrisa en la boca, sin alzar la voz y con una amabilidad desbordante, Chastain ha hablado de esos cambios, y también de lo difícil que es que los estudios hagan dramas. “Lo han dejado para las producciones independientes, pero es que ni siquiera los hacen para protagonistas masculinos. En mi caso es verdad que he hecho ahora dos papeles de mujeres fuertes, pero es que creo todas las mujeres somos fuertes, así que simplemente busco guiones con mujeres realistas, como las que yo veo a mi alrededor. Creo que lo que hace que parezcan fuertes es que esos papeles están muy bien escritos y son realistas”, ha explicado.
En donde si ha visto que se ha dado la vuelta a la situación es en el activismo de Hollywood, y en cómo la industria ha empezado a cuestionarse temas como la diversidad racial o el machismo, algo que hace diez años era impensable. Cree que se “han quitado el estigma” y se han dado cuenta de que se puede hablar de todo sin tener miedo. “Un miedo que incluso yo tenía al principio de mi carrera, pensabas que si señalabas una injusticia no volverías a trabajar, que se acababa tu carrera. Ahora hemos entendido nuestro poder como colectivo y no sólo señalando problemas, sino resolviéndolos”, ha añadido la actriz.
Creo que de una forma extraña Donald Trump y su elección ha creado más acción en la sociedad y en la industria del cine
En este cambio de paradigma ha señalado a un sorprendente responsable. “Creo que de una forma extraña Donald Trump y su elección ha creado más acción en la sociedad y en la industria del cine. Porque la industria no puede criticar a la administración por ser racista y sexista si ellos no luchan por la diversidad, así que esa administración ha hecho que la industria se mire a sí misma y a la forma en la que trata a las mujeres y a las minorías para cambiarlo”, opina Jessica Chastain.
Influyente sí, líder no
En El caso Sloane, Jessica Chastain es una actriz en un mundo de hombres, una líder natural que consigue lo que quiere sin importarle cómo. Una mujer decidida como la Maya de La noche más oscura, pero un perfil en el que ella no se siente cómoda. “Odiaría ser una líder, no me interesa, pero me interesa ayudar a que las chicas piensen que pueden serlo. Ser inspiración para que hagan cosas que la sociedad dice que no son para ellas, inspirar a las chicas jóvenes a tener éxito en áreas en las que han sido discriminadas, que pueden ser astronauta, políticas…”, cuenta con los ojos iluminados pensando en esa posibilidad.
Por ello elige tan bien sus papeles. No hay pasos en falso. Siempre mira “las ramificaciones que tienen en la sociedad y en qué forma estoy contribuyendo de forma positiva a la sociedad”. Aquí le interesaba la forma en la que los lobbies presionan a nuestros políticos y “ cuánto escuchan nuestros representes a las grandes corporaciones que esponsorizan sus campañas más que a sus propios votantes”. Había otra cosa que le atraía de este filme de John Madden, romper los estereotipos femeninos.
“Es una mujer muy política, ambiciosa, sobrepreparada e incluso un poco despreciable, ¿qué dice eso del estereotipo femenino?, creo que es una visión moderna, decir que la mujer puede ser de la forma que quiera. Elizabeth Sloane no quiere hijos ni familia, y eso es controvertido todavía, sigue siendo chocante escuchar decir a alguien que no quiere ser madre, las mujeres parece que sólo pueden querer estar a cargo de una familia, y me gusta poder dar la vuelta a los estereotipos”, dice Chastain con seguridad mientras añade una de las cosas que ha aprendido con este proyecto, es que “no es sano que las corporaciones financien las campañas políticas, porque eso envenena a los gobiernos”.
No es sano que las corporaciones financien las campañas políticas, porque eso envenena a los gobiernos
Ahora necesita un descanso. Ha encadenado proyecto tras proyecto durante casi una década y necesita vacaciones, aunque no se queja porque “amo mi trabajo” y no lo siente como tal. Su retiro será temporal, ya que formará parte en dos semanas del jurado del Festival de Cannes. Un jurado que presidirá Pedro Almodóvar, para el que Chastain sólo tiene palabras de admiración. Tiene claro que intentará sentarse a su lado en cada reunión para seguir “impresionada por la sensibilidad que tiene y por cómo defiende a las mujeres”. Un pequeño retiro para una voz tan dulce como necesaria en un Hollywood que quiere cambiar, si le dejan.