“En EEUU no subvencionan al cine y mira qué bien les va”. El argumento se escucha una y otra vez entre los que no quieren que nuestras películas reciban dinero del estado. Se han creído una teoría instalada desde hace años para desacreditar nuestra industria, aunque poco a poco va cayendo el falso mito. EEUU, como casi todos los países del mundo, apoya su cultura y sus películas. Algunos, especialmente en Europa, lo hacen con un Fondo a la Cinematografía que suele salir de los presupuestos generales o mediante cánones a empresas de telecomunicación o de exhibición cinematográfica.
En otros lugares, como Canadá o EEUU, el país da dinero a través de créditos o incentivos fiscales a las producciones que se rueden en sus territorios. En España esa modalidad se puso, pero en un porcentaje inferior a sus competidores en Europa -excepto en Canarias y Navarra- y con un tope de devolución que aleja a las grandes superproducciones internacionales. Además, los productores españoles se han quejado de la dificultad del proceso, que echa atrás a muchos para solicitarlo, y de la tardanza en devolver el dinero, que se hace al finalizar el curso fiscal, mientras que en otros países se da en cuanto se acaba el rodaje y se presenta la documentación necesaria.
La última en mostrar su apuesta por el cine ha sido California, que ayer ha anunciado las once producciones que se repartirán parte de los 330 millones de dólares (algo más de 280 millones de euros), que el estado devolverá gracias a los créditos fiscales. Ese dinero es casi diez veces más del dinero que sale de los Presupuestos Generales del Estado para producir películas españolas. En 2017 se destinaron 30 millones de euros en subvenciones para el cine producido ese año. La misma cantidad del año anterior, pese a la buena salud que goza la industria que encadena tres años superando los 100 millones de euros en taquilla.
Entre las afortunadas se encuentra la nueva obra de Quentin Tarantino, que ha abandonado a los Weinstein y se ha ido con Sony y lo celebra con 18 millones de dólares. También se encuentran lo nuevo de Karyn Kusama con Nicole Kidman y de Dan Gilroy, de nuevo con Jake Gyllenhaal,. En este último anuncio del año se han concedido 62,8 millones de dólares, que han redondeado los 330 que se presupuestaron.
En esta ronda ha habido 54 solicitudes, de las que once han conseguido esa ayuda, un 20% de obras que se beneficiarán de lo que se ha llamado Programa de Crédito Fiscal de Cine y Televisión de California, que en 2014 triplicó su dinero para incentivar la industria del cine al considerarla fundamental en la generación de empleo y la reactivación de la economía del estado. En el cambio planteado en 2014 también se incluyó que los filmes con presupuestos de más de 75 millones de dólares también podrían optar a ese dinero que antes se le impedía.
El estudio que ha hecho este programa considera que estas once películas generaran 2.500 puestos de empleo y crearán ingresos de 320 millones de dólares en gastos de producción. Justifica y legitima la inversión realizada con un estudio que demuestra que lo que aportan estos rodajes a las arcas es más que lo que aportan las instituciones. Con el cierre de este convocatoria se abre el plazo para la nueva, que se ejecutará del 7 al 13 de marzo.