Era la opción que menos se esperaba, pero al final los Campeones de Javier Fesser han robado el corazón de los académicos y han sido los elegidos para representar a España en los próximos Oscar. Desde 2005, cuando lo ganó Alejandro Amenábar por Mar Adentro, no estamos nominados al premio, y la elección del filme hace pensar que este año tampoco lo conseguiremos.
La película ha dado la campanada. Era, a priori, la que menos opciones tiene de pasar un primer corte seleccionado por tres comités pequeños que eligen nueve finalistas. Sólo hay que mirar las últimas preselecciones para darse cuenta de que sin haber participado en ningún festival internacional o haberse estrenado en EEUU es muy difícil lograrlo. Campeones no cumple ninguno de los dos requisitos.
La Academia de Cine se ha dejado cegar por el buen rollo de la propuesta, que ha dejado a los espectadores enamorados de este equipo de personas con discapacidad intelectual, y se ha olvidado de pensar en qué filme era el que más posibilidades tenía. Campeones es una película que en EEUU ven constantemente, y sólo el elemento diferencial de sus actores puede hacerla destacar entre lo más granado del cine de autor del año.
El buenismo no gusta en Hollywood. Hay que bucear en las hemerotecas para encontrar algún país que haya llevado un filme de características semejantes. En 2013 Francia se decantó por Intocable, otra comedia que había arrasado en su país. Todos daban por hecho que lograría la nominación, y aunque pasó el primer corte, no llegó al quinteto finalista. Si eso ocurrió con una película que recaudó más de 400 millones en todo el mundo y más de diez en EEUU, donde incluso se compraron los derechos para un remake, imaginen con un filme desconocido para los académicos de Hollywood.
La única experiencia fuera de España de la película tampoco ha sido positiva. Campeones ya se ha estrenado en Francia, donde no ha funcionado en taquilla y ha sumado sólo 700.000 dólares según las cifras publicadas en la web The numbers.
Las últimas ganadores de los Oscar dan una pista de lo que gusta en la Academia de Hollywood actualmente: Una mujer fantástica, El viajante, El hijo de Saúl, Ida, La gran Belleza, Amour, Nader y Simín y En un mundo mejor. Todas tienen un autor muy reconocido internacionalmente o un tema político como principal arma. Con Campeones ni una ni otra.
Varios académicos apuestan por un sistema más objetivo en el que "no intervengan intereses promocionales para estar en esa lista ni se dependa de amiguismos"
La elección de Campeones reaviva el debate sobre el método de elección de la academia española, que dejan en manos de todos sus miembros la elección. Varios académicos creen que sería mejor que un comité de expertos eligiera la lista de finalistas. Es la opinión de Agustín Almodóvar, que explicaba hace unos años que lo consideraba “un sistema más objetivo ya que allí no intervienen intereses promocionales para estar en esa lista. No dependes de amiguismos, de mandar un DVD a los académicos o de intereses comerciales”.
Para el productor, que además de los premios de su hermano Pedro también ha estado nominado con filmes como Relatos Salvajes, aunque por Argentina. Esta fue la última comedia que lo logró, pero su tono era mucho más ácido y de humor negro, además de haber competido en Cannes. La primera medida que tomaría Agustín Almodóvar sería impedir que los productores hicieran promoción de los filmes para que no entraran los intereses comerciales en juego. Apostaría por un sistema mixto entre el francés y el que hay en España. “Un comité formado por productores, gente de los medios de comunicación y del medio cultural que pusieran sobre la mesa 8 o 10 filmes, que luego votaría la Academia. Pondría fin a la promoción de los productores, porque el filme con menos recursos lo tiene más difícil para ser elegido”, apuntaba a este periodista.
La elección de nuestra academia siempre se guía por un principio: la que más ha gustado, y a veces eso no es suficiente, sino que hay que pensar en la que mejor va a representar nuestros intereses o en la que más posibilidades tiene, como expresaba Almodóvar poniendo de ejemplo la elección de Blancanieves en 2012: “Era una película maravillosa, la mejor española de ese año, pero fue una mala elección. La presentamos justo después de que El artista -otro filme mudo y en blanco y negro- ganara en los Oscar”.
Nadie tiene la fórmula secreta para estar nominado a los Oscar, pero la Academia española ha perdido la conexión con la de Hollywood y no se ha fijado en que las candidatas no apuestan por el buenismo, sino por la radicalidad o los temas sociales y políticos.