Las historias de amor son universales y atemporales. Los cinéfilos de diferentes generaciones se han emocionado desde hace más de un siglo con obras maestras como Casablanca, y en 2018 han caído rendidos a Cold War, de Pawel Pawliwoski, que hoy ha arrasado en los Premios del Cine Europeo donde ganado los galardones a la Mejor película, dirección, montaje, guion y mejor actriz para Joanna Kulig. Sólo perdió el de Mejor actor, que fue para el sorprendente Marcello Fonte de Dogman.
Pawlikowski se ha basado en la historia de sus propios padres para hablar de un amor imposible, porque la ideología y los conflictos sociopolíticos están por encima. Una pareja que salta de la Polonia comunista a la Francia capitalista, y donde ningún escenario es el ideal para su amor.
Desde su paso por Cannes, donde ganó el premio al Mejor director, se habló de Cold War como la confirmación de Pawlikowski como uno de los mejores realizadores europeos, y estos galardones lo refuerzan. El polaco ya había triunfado hace sólo cuatro años con Ida, su anterior película, y ahora repite victoria en un quinteto de altura, ya que se enfrentaba a Girl, Border, Dogman, y Lazzaro Feliz, otra de las obras maestras europeas de este año que se ha tenido que confirmar con el premio al Mejor guion.
En una ceremonia que tuvo lugar en el Teatro de la Maestranza y en la que estuvieron presentes el Ministro de Cultura, José Guirao, y la directora del ICAA, Beatriz Navas, el cine español se llevó el de Mejor filme de animación, para Raúl de la Fuente por Un día más con vida, mientras que Bárbara Lennie perdió el de Mejor actriz y El silencio de otros el de Mejor documental.
Una de las películas que ha sorprendido este año es Girl, de Lukas Dhont, el retrato de un adolescente transexual en pleno cambio de sexo que supone la ópera prima de su joven director y que se llevó con todo merecimiento el del descubrimiento del año. Fue su premio de consolación, ya que optaba a todos los galardones importantes.
Los únicos que tenían el premio asegurado eran Ralph Fiennes, Carmen Maura y Costa-Gavras. El maestro del cine europeo fue muy crítico con la política del continente en un encuentro con la prensa en la que explicaba que “Europa ahora es un mercado en el que su gran problema es económico”. Preguntado sobre el auge de la extrema derecha, el director manifestó que no le sorprendía, y que ·esto siempre ha existido, mira Mussolini y Franco”.
En Inglaterra ahora sólo se oye el ruido de la división, pero el cine, hacer cine, puede ser una ventana para ver a otros seres humanos, otras experiencias
También defendió a los inmigrantes, a los que tanto demoniza la extrema derecha. “Vienen por trabajo, los explotamos, tienen hijos se casan, y todavía a las segundas generaciones las seguimos considerando extranjeros”, zanjó. No se mostró especialmente favorable a Netflix, aunque aceptó que “tiene cosas positivas también, pero los directores y los responsables de las plataformas tenemos que llegar a un acuerdo para que las películas no se vean sólo en la caja, sino en las salas, en los teatros, en las universidades”.
Fiennes, en pleno debate por el Bréxit explicó que él se siente "inglés y europeo". "En Inglaterra ahora sólo se oye el ruido de la división, pero el cine, hacer cine, puede ser una ventana para ver a otros seres humanos, otras experiencias, y celebrar nuestras diferencias, y nuestra humanidad común. Ver otros, ver según la lente de otros también nos hace ser testigo de los otros", dijo en el discurso más político de la noche en el que alertó del peligro "del populismo, la corrección política y las redes sociales".
Maura, por su parte, regaló el mejor momento de una terrible gala cuando recogió su premio honorífico. Articuló como pudo un discurso en inglés, idioma que mezclaba con el español y el francés. Su discurso se dedicó a todas las actrices que empiezan y las pidió sólo una cosa: “no os obsesionéis con el físico. No hay que ser la actriz más guapa o la más delgada”. Su discurso emocionó a todos, hasta al gélido Pawlikowski, que en una de las veces que subió al escenario reconoció que había llorado escuchando a esa actriz española que nos puso al borde de un ataque de nervios.