Las directoras españolas siguen representando un porcentaje pequeño. Una de cada cinco películas del año pasado tuvo a una al frente. Una mejora respecto a otros cursos, pero una cifra todavía escasa. Más teniendo en cuenta que son ellas las que están dando más alegrías a nuestra industria.
Hace dos años era Carla Simón la que triunfaba con Verano 1993 en Berlín, el año pasado Cannes descubría a Arantxa Echevarría, y ahora la Berlinale ha elegido para su sección panorama la segunda obra de Neus Ballús, que ya sorprendió hace seis años con su ópera prima, La plaga.
Su segunda película se llama Staff Only y es su primera incursión en la ficción al uso, aunque no renuncia a un cierto estilo documental en su retrato sobre la mirada de occidente a África, y especialmente de los turistas cuyo único contacto con otra cultura es el que tiene con los empleados del resort donde se hospedan. Antes de ir a Berlín, la realizadora habló con EL ESPAÑOL de su nueva obra.
¿Un honor estrenar en Berlín, era un objetivo?
Lo tenía en mente, porque la plaga fue a Fórum en Berlín, y nació y se desarrolló en su talent campus. La relación con el festival estaba hecha, pero la sensación de que una segunda pudiera ir a Panorama, una sección que admiro y me gusta, es una sensación de volver a terreno conocido pero mejor. Me hace mucha ilusión, y es un lugar con público muy agradecido y donde se debate y se habla de cine.
Han pasado seis años desde La plaga, por la que optó al Goya a la Mejor dirección novel, ¿ha sido porque no encontraba financiación o porque no encontraba la inspiración?
Han sido varias razones, también personales. La primera es que me embarqué en Staff Only y decidí que fuera puramente ficción,algo que había tocado muy poco y que era bastante distinto a La plaga. Hay elementos de trabajo documental, pero me llevó mucho más tiempo escribir el guion y más tiempo financiarlo, porque cuando haces algo que gusta se espera que hagas lo mismo una y otra vez, y no es el caso, por eso ha sido más difícil.
En el cine español no se quiere asumir riesgos, y se percibe a la mujer como un elemento de riesgo. Igual que apostar por los nóveles
Parece que hacer un cine personal y de autor cuesta en España.
En este caso ha sido difícil, y lo es en todos los proyectos con un componente de autoría, que se abren a una propuesta fuera de los cánones, pero es mi forma de hacer cine y donde creo que puedo aportar algo.
Los datos de la Asociación de Mujeres Cineastas (CIMA), dice que las mujeres hacéis una primera película, pero que muy pocas llegan a hacer la segunda.
Es evidente, los datos dicen que tardamos el doble en hacer una segunda película, eso es lo que objetivamente ocurre, pero no sé por qué, lo desconozco. El hecho de querer hacer proyectos distintos tiene que ver.Los datos también nos dicen que tenemos más dificultad de acceder al dinero, a proyectos de mas envergadura, como si se pusiera en cuestión que podamos hacer proyectos de más tamaño y eso ha tenido que haber influido. No se quiere asumir riesgos, y se percibe a la mujer como un elemento de riesgo. Igual que apostar por los nóveles, apostar por alguien es un riesgo. Y más en un sector en el que todo es difícil para todo el mundo,para los hombres no es fácil tampoco, es un sector muy complicado.
¿De dónde nace la idea de Staff Only? Es una crítica dura a la mirada occidental a África y al turismo.
El inicio viene de unos viajes hechos en adolescencia y en la juventud, no en un contexto familiar, pero sí fue un viaje en el que configuras tu personalidad. Me moví mucho por el mundo, y nunca he tenido la sensación de que te puedas relacionar, en la relación norte-sur, con naturalidad. Siempre hay un componente de macroestructura geopolítica que marca las relaciones personales, una diferencia económica y social. Eso me marcó, porque aunque a nivel personal quieras, siempre hay algo por encima nuestra que marca nuestra relación. Hay algo supremacista en el hecho de ser blanco, no es fácil quitárselo de encima, es como el machismo, que lo llevamos integrado en el ADN, y o lo trabajas o te sale por muy buenas intenciones que tengas.
El lugar donde naces y el color de tu piel te condiciona de por vida. Si no hay un trabajo personal estaremos reproduciendo la misma mirada colonialista que nuestros ancestros
En la película el componente que impide la relación no es sólo racial, sino que es más de clase.
Es que básicamente el conflicto racial tiene un componente de clase, estamos marcados por la relación norte-sur y por un factor económico. Los futbolistas no reciben trato diferenciado por ser negros, esta clarísimo. Pensar que las culturas del sur son inferiores y nosotros más avanzados es algo eurocentrista.
No juzga a ningún personaje, no sé si era clave.
Absolutamente. No quería ni juzgar a los africanos que sacan tajada de esto ni a los turistas que vamos y hacemos eso en esta situación. Pero estamos configurados como estamos, y no sabemos hacerlo mejor. Quería que la gente se sintiera identificada, todos han participado en alguna experiencia como la fiesta africana que sale y en la que te disfrazas para hacer el paripé y te cres que conoces la cultura, pero es ridículo. Como turista no hemos encontrado la forma adecuada de relacionarnos.
Coincide en su retrato de las relaciones humanas, y cómo se ven afectadas por la clase y la raza con la película del año, Roma.
No he visto Roma, cuando terminaba la película mi vida se ha vuelto más complicada -ha sido madre-. Pero tengo claro que el lugar donde naces y el color de tu piel te condiciona de por vida. Si no hay un trabajo personal en el entorno esto no se transforma fácilmente y estaremos reproduciendo la misma mirada colonialista que nuestros ancestros.
Ahora el cine está polarizado entre el cine de las grandes cadenas y el muy pequeño. ¿Es de las que opina que el cine medio se está acabando?
Estoy de acuerdo, es difícil hacer películas con normalidad y dentro del sistema si son con un grado de libertad y un campo de visión amplio. Esas películas media que antes recuperaban la inversión sólo con la taquilla y eso ahora es muy complicado. Creo que sobre todo desde las instituciones públicas y las televisiones habría que intentar que el cine fuera más diverso. Para mí cada vez es menos diverso, y si haces algo distinto tienes que hacerlo fuera del sistema. Tiene que haber cosas fuera del sistema, pero necesitamos un espectro más amplio de lenguaje, de temas...
¿Habrá que esperar tanto para su tercera película?
La suerte es que en estos seis años he tenido tiempo para desarrollar otro proyecto. Ahora en el tercero va a ser más rápido. Vuelvo al hibridaje de La plaga. Es la historia de tres fontaneros reales y narra sus historias y aventuras a lo largo de una semana, en casa de cada cliente. Cada cliente es un mundo y se relacionan con gente muy diversa, es una comedia híbrida entre documental y ficción.