Inés de León es un terremoto. Habla a toda prisa, se ríe, mete la pata, rectifica y vuelve a reír. Va a cien revoluciones, pero hace que todo parezca menos grave de lo que es. La directora ha pasado de las web series y los cortos para revistas de moda a una ópera prima ambiciosa, ¿Qué te juegas?, producida por Santiago Segura, protagonizada por Leticia Dolera, y con participación de Movistar+. Se ha saltado todas las estadísticas que dicen que las mujeres debutan con filmes de bajo presupuesto y ajenas a presupuestos dignos. Lo sabe y por ello también siente un extra de presión que se une a la alegría que desborda cuando habla con cualquiera.
¿Qué te juegas?, que así se llama su debut, es una comedia romántica, y no reniega de ello, pero intenta darle la vuelta y reírse de todos los tópicos. Aquí se muestra lo que en Hollywood no hacían, que Hugh Grant y Julia Roberts se masturbaban en casa pensando el uno en el otro y que nada es tan platónico como se muestra. De León lo hace con un estilo tan frenético como ella y una paleta de colores que recuerdan a Wes Anderson.
A una velocidad que ni Speedy Gonzales, la directora tiene tiempo para hacer un stories de Instagram y reconocer que está tan emocionada que le tiembla el pulso. “Es que es como Notting Hill cuando hacen las entrevistas con la prensa”, dice a este periódico pero intentando mantener los pies en la tierra. “Intento no hacerme expectativas para no decepcionarme, estoy intentando disfrutar, aunque es difícil porque estoy histérica, pero se lo debo a esa adolescente que era y que quería ser directora y no sabía cómo, porque tampoco había referentes femeninos, estaba Icíar Bollaín o Sofía Coppola, pero no muchos, y de repente me digo: vale, disfruta de todo, porque la adolescente Inés estaría flipando”.
Su entrada por la puerta grande en el cine se la debe a Santiago Segura, que descubrió su web serie y la llamó para decirle que le encantaba su estilo. “Me dijo que algún día me produciría mi primera película, y yo le dije que sí, pero que mientras saliera en mis cortos y en todo… Y cuando estaba rulando este proyecto por Movistar, con la idea de Astrid Gil Casares de hacer una comedia romántica que hablara de ese 1% de la población que son los 'millonetis' y de darle un empaque cómico y de contratar a Pablo y Breixo, los guionistas de Tres bodas de más, que aportaron cosas muy guays, pues llegúe yo porque Santiago apostó por mí, se la jugó apostando por una directora nobel, y me dieron libertad total para darle mi impronta o cambiar diálogos, porque yo entiendo la comedia de una manera… mira yo tengo como referencia To be or not to be, que es del 42 pero no ha envejecido nada, y los personajes hablan todo el rato, dan respuestas rápidas y cada uno tiene su idiosincrasia”, explica.
Aunque se ría de las comedias románticas, ¿Qué te juegas? Es una de ellas, y la directora lo sabe y pone como ejemplo a Scream, de Wes Craven, “se nombran películas, hacemos bromas y giros de cosas que suceden en las comedias y les damos la vuelta, pero al fin y al cabo hay amorcito. Nos reímos pero no burlándonos de ellas o denostándolas, sino riéndonos de una fórmula que se repite. A mí cuando Harry encontró a Sally me fascina, pero creó una fórmula que se repitió demasiado tiempo, y es de esa fórmula y de esos clichés de los que nos reímos”.
Otra de las cosas que tuvo clara, y que le permitieron los productores, fue llevar su particular estilo visual, lleno de colores y simetrías, a una comedia romántica que a priori era más convencional. “Tenía claro que yo entiendo la comedia de una forma específica, una combinación de estilos, con un tono que recuerda a los dibujos animados o a las comedias clásicas, con peso del diálogo, pero a mí lo visual me atrae todo. Fui directora de fotografía tres años, y en mis cortos y en la web serie hacía el arte, la foto, el montaje, el etalonaje… me fascina la unidad estética. Hacía reuniones con todos los departamentos para que los colores combinaran, no es la estética por la estética, sino contar la historia desde lo visual”, explica.
Inés de León sabe que se la mirará de cerca, y más por el hecho de ser mujer, “es que se nos pone la lupa encima, se nos juzga como personas individuales y como mujeres, como representantes de tu género”. “Yo veo a Sarah Silverman y nunca se ha cortado. Ha hablado de todo. De problemas personales, familiares, de religión… y siempre se la juzga más duramente que a otros como Louis C.K., antes de que cayera en el ostracismo, al que no se le criticaba. Espero que esto nos lo quitemos, porque se tiende a juzgar mucho lo que hacemos las mujeres”, zanja.