Hay directores con un don, una especie de capacidad para adivinar el futuro. En esa lista se encuentran los Hermanos Pastor, en cuya filmografía encontramos películas como Infectados y Los últimos días, y que en plena cuarentena por el coronavirus estrenan un thriller de nombre Hogar. Un filme que iba a competir en la Sección Oficial del Festival de Málaga antes de que retrasara su edición por la pandemia que asola a todo el mundo.
Hogar cuenta la historia de un hombre normal que había conseguido todo lo que le habían dicho que construye a una persona exitosa: un coche, una mujer guapa, y un buen casoplón. Con la crisis su castillo de naipes se cae a trozos, y cae en una espiral de locura cuando su antigua vivienda es comprada por un matrimonio joven interpretado por Mario Casas y Bruna Cusí.
El protagonista absoluto, ese hombre deconstruido y humillado por la sociedad hasta llevarle a la locura es Javier Gutiérrez, capaz de conferir humanidad a su personaje cuando la necesita, pero también de infundir terror con una sola mirada. El reverso tenebroso de su personaje en la serie Vergüenza y una nueva muestra del talento de uno de los mejores actores de nuestro país. En pleno confinamiento, el intérprete habla con EL ESPAÑOL sobre este nuevo filme que se estrena este miércoles en Netflix.
Una película que habla de las heridas de una crisis que se estrena en medio de otra, menudo timing…
Podría ser, pero es que hay una cosa muy curiosa en los hermanos Pastor, es que sus dos películas anteriores son Infectados y Los últimos días y, en unos días en los que constantemente y con todo el sentido, nos piden que nos quedemos en casa, ellos estrenan una película que se llama Hogar y que habla de los tiempos de crisis, tienen algo de visionarios esta pareja.
¿Qué vio en el guion de los hermanos Pastor?
Me apetecía mucho trabajar con ellos. Son directores con mucho talento y con una voz muy particular en nuestro cine. No en vano han trabajado mucho fuera y me apetecía fuese cual fuese el proyecto, y encima ha sido con un guion como este y con un personaje tan interesante y con tantas grietas y tantas aristas. Yo creo que pensaron en mí para el personaje porque es tan maquiavélico y retorcido que querían dotarle de una mirada y del físico de un hombre corriente. Y, además, dotarle de alguna fragilidad, de alguna grita que lo llevase a empatizar con el público.
Los profesionales, llegados a un punto, se quedan fuera del circuito. A partir de los 40, y no te digo de los 50, están fuera de juego
¿Cómo construye un personaje que es, a priori, tan desagradable y que está casi todo el rato en pantalla?
Para mí es determinante que al comienzo se le humilla, se degrada a alguien que en su día lo fue todo y que con los años, sin llegar a los 50, es un ser invisible, repudiado, y hasta se hace mofa de él en una entrevista por parte de unos jóvenes. Eso hace que el espectador sintonice con el personaje y esas ganas de llegar a no perder su estatus o de recuperar aquello que tenía es lo que le lleva a esa especia de locura llevada muy al límite.
¿Hay un complejo de clase en su personaje?
Es un retrato de nuestra sociedad, y en nuestra sociedad estamos enfermos por el materialismo y el capitalismo. Esa ambición desmedida es lo que le lleva a la locura, a pasar por encima de lo que sea, hasta de su familia para recuperar ese estatus.
En la película se demuestra que la meritocracia no existe.
Es cierto que eso podría valer hasta hace un tiempo, pero nos hemos dado cuenta de que los años importan mucho, y los profesionales, llegados a un punto, se quedan fuera del circuito. A partir de los 40, y no te digo de los 50, están fuera de juego. Y no quiero contarte el caso de la mujer, que tiene una invisibilidad laboral a partir de los 30 en oficios como el nuestro.
La película es un reflejo de un sistema que nos obliga a competir entre nosotros.
Sí, es enfermizo y nos han llevado a este punto competir de una forma desleal, muy al límite. En la película se muestra que nos han engañado de tal forma que estamos deshumanizados y hasta el punto de pasar por encima de quien sea.
En la película se muestra que nos han engañado de tal forma que estamos deshumanizados y hasta el punto de pasar por encima de quien sea
Su personaje se vuelve loco cuando pierde lo que, a ojos de la sociedad, construyen la masculinidad: la casa, el dinero, el éxito…
Es un fracaso y sobre todo a ojos de la sociedad. Si te fijas, mi personaje de lo último que quiere desprenderse es de su coche, y es que pare él cualquier ciudadano de bien tiene que tener un buen coche, un buen barrio, eso le hace colocarse por encima de muchos ciudadanos y eso es lo que le da una importancia y un lugar superior. La película va más allá de la crisis, habla de temas que nos atañen a todos como el bullying, la pedofilia, el alcoholismo, esa ambición desmedida por tener más… y lo mejor es que encima el protagonista es un publicista, un fabricador de sueños, y su sueño es una pesadilla.
Cuando pierde su trabajo y su hogar es cuando todo se desmorona, se cae todo lo que había construido para él y para la sociedad, para los que le rodean que le colocan en una posición más alta y cuando eso se cae es un fracaso social, se convierte en un muerto viviente, y lo que hace es buscar un trabajo y vagar por la ciudad con su coche sin saber qué busca.
La irrupción de plataformas ha cambiado el tablero de juego. El cine se consume desde otro lugar, y en ese sentido tenemos que cambiar el chip
Menudo espejo en el que reflejarse es Mario Casas. Guapo, exitoso, joven...
Es fantástico. Creo que Mario es uno de los mejores actores de su generación y ha sabido sacudirse esa imagen de ídolo de jóvenes. Lo ha hecho aceptando retos de mucha altura interpretativa y retos o proyectos muy diferentes. Su nivel de compromiso están fuera de toda duda y ha sido un placer coincidir con él.
La película se estrena en Netflix en un momento en el que el debate sobre si una película debe pasar por salas o no.
En primer lugar creo que la irrupción de plataformas ha cambiado el tablero de juego. El cine se consume desde otro lugar, y en ese sentido tenemos que cambiar el chip. Y digo esto siendo consciente que yo soy un enamorado del cine. Soy un romántico y prefiero la pantalla grande y me gusta verlo, y en casa no se ve de la misma forma. Pero todo ha cambiado y bienvenidas sean las plataformas que han revitalizado el cine en el país y la ficción en general.
¿Hay miedo, como actor, por el parón que está provocando el coronavirus?
Más que estar asustado estoy desconcertado, esperando a ver qué acontece de aquí a unas semanas, en unos meses. No sabemos cuándo va a parar esto y esto va a afectar a todo el país, no sólo al tejido cultural. Va a ser un destrozo que no sabemos dónde nos va a llevar.
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