Menudo lío tiene todo el mundo con la desescalada. Que si terrazas en la fase 1, paseos en la 0, cines en la 2, pero nada de visitas a familiares. Ayer las redes sociales ardían intentando comprender cómo será la ‘nueva normalidad’ de la que habló Pedro Sánchez en la rueda de prensa en la que sentó las bases de nuestra convivencia mientras el coronavirus siga con nosotros. Lo que queda claro es que el reencuentro con nuestros series queridos tardará si vivimos en otras provincias.
La normalidad en ese sentido llegará al final, en la Fase III, y como ayer decían los más avispados en Twitter, Sánchez perdió una oportunidad única para hacer un chascarrillo cinéfilo y decir que las visitas a familiares que vivan en otra provincia serán Encuentros en la tercera fase. La película de Steven Spielberg se ha convertido en las últimas 24 horas en la más mencionada, mientras que en aquella obra maestra esos encuentros eran entre humanos y alienígenas, aquí serán entre ciudadanos de diferentes lugares o con aquellos que por ser considerados como ‘de riesgo’ vayan a tener que esperar más tiempo en casa. Quién sabe, quizás después de tanto tiempo en casa nos miremos entre nosotros como si fuéramos extraterrestres a los que no reconocemos.
Desde aquí lanzamos una propuesta, que todos los encuentros que se hagan en esa Fase III vayan acompañados de la mítica melodía compuesta por John Williams. Que sea la banda sonora de esa nueva normalidad y de los encuentros con nuestros seres queridos. Que el peliculón de Spielberg se convierta en el filme que guíe nuestra desescalada. Por si surge efecto, aquí van cinco curiosidades de un filme mítico que se puede ver, en alquiler, en plataformas como Rakuten, Atresplayer o Apple TV.
El título premonitorio
Ni el propio Steven Spielberg podría prever que aquel título iba a ser premonitorio tantos años después en esta desescalada. Muchos no saben de dónde viene el nombre de la película, y de hecho en el filme no se explica, pero está sacado de las investigaciones del doctor Allen Hynek sobre los OVNIS. Según Hynek, que tiene un cameo en el filme, existe una clasificación. La fase 1 significa ver un OVNI en el cielo. La fase 2, tener una evidencia física. La fase 3 es la que supone tener un contacto directo con un extraterrestre. Los que hayan visto el filme ya sabrán por qué.
La histórica melodía
John Williams lo hizo otra vez. Ya llevaba varias bandas sonoras emblemáticas en su mochila, pero aquí le valieron cinco notas para hacer historia. En la película la música es fundamental, es la forma en la que humanos y aliens se comunican, y lo hacen con una secuencia de cinco notas, un “saludo sonoro” que acaba convertido en un personaje más. El propio Williams -que perdió el Oscar a la Mejor banda sonora ese año contra él mismo por la de La Guerra de las galaxias- reconoció después que se hicieron 300 variaciones de cinco notas porque Spielberg no encontraba la que le convenciera. Al final volvieron a probar la primera composición, y fue entonces cuando el director dijo que era la mejor de todas. Acertó, porque ahora es impensable la película sin esa música.
Sin 'Tiburón' no hay tercera fase
Steven Spielberg tenía la idea de Encuentros en la tercera fase desde antes, pero era una película muy cara, y más para un director que hasta entonces no había tenido ningún éxito. Todo lo cambió Tiburón, que reventó la taquilla, cambió Hollywood para siempre y convirtieron al director en el ‘rey Midas’ del cine mundial. Todo lo que tocó a partir de entonces se convirtió en oro. El éxito de ese filme hizo que los productores le dieran 20 millones de dólares -un pastizal para aquella época- para una película de extraterrestres en la que pocos confiaban.
A vueltas con el reparto
No, Richard Dreyffus no era la primera opción de Steven Spielberg. A pesar de que hubieran trabajado en Tiburón no era el elegido por el director, que había pensado en Steve McQueen para dar vida al protagonista Roy Neary. La estrella no se veía en el papel, así que el director tiró de amistad y llamó a Dreyfuss para el filme. Otra de las curiosidades es que el director de la nouvelle vague François Truffaut aparece como secundario como el mítico Claude Lacombe. El propio Spielberg llamó al director francés para ofrecerle el papel porque “necesitaba un hombre que tuviera el alma de un niño”.
Los guiños de Spielberg
Spielberg y George Lucas eran grandes amigos. El mismo año que se estrenaba Encuentros en la tercera fase lo hizo otra película emblemática, La guerra de las galaxias. Ambos, de hecho, fueron nominados al Oscar a la Mejor dirección. La película de Lucas se convirtió en un fenómeno cultural y de masas, pero antes de que eso ocurriera, Spielberg ya le había cedido un hueco de honor en su película Aunque muchos no lo sepan, el androide más famoso del cine, R2D2, sale en la película. Está escondido, y es uno de esos guiños que tanto gustan al director. Su aparición sorpresa llega al final, cuando llega la nave nodriza a la Torre del Diablo, y está boca abajo pegado a un lateral de la nave.