¿Se acuerdan de Sister Act? Aquella comedieta musical con Whoopi Goldberg como una cabaretera que huye de la mafia y se disfraza de monja para sobrevivir tenía, quizás, una reflexión más interesante de la que parecía. ¿Por qué nadie se cuestionó quién era esa señora?, ¿cualquier persona con un hábito se convierte en religioso?, ¿una sotana te convierte en un cura o en un predicador? Puede parecer rocambolesco, pero si uno repasa la hemeroteca se da cuenta de que las noticias están llenas de historias de falsos sacerdotes. El año pasado, en Medina Sidonia, descubrían a uno que durante 18 años -primero en Colombia y los últimos dos en España- había ejercido sin ordenarse.
Ahí radica otra pregunta, ¿qué hace que alguien deba haber sido ordenado párroco para poder realizar esa función?, ¿no hay personas con una capacidad de atracción y un magnetismo mayor? Muchas preguntas que también se plantean en la película Corpus Christi, el filme de Jan Komasa que optó al Oscar a la Mejor película internacional en la última edición -donde perdió contra Parásitos- y que por fin llega a España este viernes.
Un drama áspero que cuenta la historia de un joven que se encuentra en un reformatorio, donde conecta con el cura y las misas que les ofrecen. Una sociedad muy marcada por la religión, y que estos jóvenes cogen como último clavo al que aferrarse. Ha cometido un delito en la infancia, y por ello ni siquiera podría optar a ir al seminario. Pero cuando llega para trabajar al aserradero de un pequeño pueblo verá la posibilidad perfecta para desatar su vocación y fingirá ser el nuevo cura de una comunidad que, por si fuera poco, necesita superar el duelo de una tragedia local. Carne de cañón para que los discursos del nuevo religioso calen en ellos.
Corpus Christi reflexiona sobre aspectos más etéreos como la fe, pero también es una crítica a una sociedad donde la religión está presente en todos y cada uno de los recovecos, y que se vende como la salvación de aquellos condenados. “No quiero que mi película sea vista como una versión más de nuestro problemático catolicismo polaco; en realidad prefiero pensar en ella como una película protestante. Acerca de, digamos, una pequeña comunidad en Escandinavia y este choque con una forma de pensamiento puritana, dando consuelo a las personas que simplemente no pueden encontrar su lugar en el mundo contemporáneo”, dice al respecto el director.
Komasa comienza su película de forma violenta, áspera, con una escena en el reformatorio. Vemos la vida polarizada del protagonista, embelesado por la religión que le da una ventana pero en una espiral de cocaína, fiesta, alcohol y sexo nocturno. Dos elementos que chocan radicalmente, pero que resumen perfectamente esa contraposición y esa ambigüedad que desprende Corpus Christi. No da discursos, no es moralista, y plantea cuestiones interesantes. ¿Y si un chaval de un reformatorio diera mejores consejos que los curas de las iglesias?
Esa es la cuestión: era alguien fuera de la Iglesia, a quien no le importaba mucho el dogma oficial, ¡y la gente estaba feliz con su trabajo!
Aquí el ejemplo se tensa, como en esos primeros encuentros en el confesionario donde aconseja a una madre que ha pillado a su hijo fumando que le ofrezca todo el paquete y se los haga fumar a ver si luego tiene ganas de repetir. Pero ante eso, luego la penitencia es que salga con él a pasear. La humanidad frente a una religión basada en la culpa y el castigo.
El filme también se basa en n hecho real. El de un adolescente polaco que se hizo pasar por sacerdote durante tres meses. Aunque se cambió el nombre del protagonista, el director reconoce que “los personajes son similares y también lo es la forma en que lo llevó a este pequeño pueblo”. “Este niño realizó bodas, bautizos y ceremonias funerarias. Estaba fascinado por todo esto y realmente quería ser sacerdote. Toda la controversia surgió del hecho de que en realidad resultó ser mucho más eficiente que su predecesor. Esa es la cuestión: era alguien fuera de la Iglesia, a quien no le importaba mucho el dogma oficial, ¡y la gente estaba feliz con su trabajo! Más tarde, algunos de ellos se sintieron traicionados, pero logró atraer a muchos nuevos creyentes”, explica en el dosier de prensa de Corpus Christi, una de las propuestas más interesantes de esta extraña cartelera de la nueva normalidad.