'La belle époque', un 'Black Mirror' a la francesa, nostálgico y en clave minimalista
Prime Video estrena una comedia que ganó tres César al Mejor guion, dirección de producción y actriz secundaria para Fanny Ardant. Hablamos con el director, Nicolas Bedos.
La nostalgia no pasa de moda. Ni siquiera la pandemia ha podido con uno de los temas estrella en la última década. La Belle Époque debería haber llegado a las salas en la primavera de 2020, pero su estreno en cines quedó en el aire con el cierre de las salas. Tres años después, Prime Video recupera una encantadora comedia francesa que ganó tres premios César (al mejor guion original, dirección artística y actriz secundaria, la eterna Fanny Ardant) y fue vista por más de un millón de espectadores en los cines del país vecino.
La película de Nicolas Bedos propone al espectador un viaje en el tiempo en busca del amor perdido a través de una comedia que habla de la vida y sus desilusiones, del paso del tiempo y de cómo se desvanecen los sentimientos. Daniel Auteuil (Una razón brillante), Guillaume Canet (Dobles vidas) y Doria Tillier (Nothing to hide) acompañan a Ardant en una historia que incluye numerosos guiños al cine italiano de los años 60 y 70.
La Belle Époque cuenta la historia de Víctor, un sexagenario desilusionado, que ve su vida tambalearse el día en que un brillante empresario le ofrece un nuevo tipo de atracción: la empresa de Antoine ofrece a sus clientes la oportunidad de sumergirse de nuevo en una época a su elección. Víctor decide revivir la semana más memorable de su vida: aquella en la que, 40 años antes, conoció al gran amor de su vida.
EL ESPAÑOL habló con Bedos cuando el mundo todavía no había sido sacudido por la pandemia y en el diccionario de la “belle époque” no había espacio para palabras como virus o inflación. “Creo que la nostalgia no pasa de moda porque nos hace pensar en nuestra juventud”. El guionista y director francés también cree que ésta se ha apoderado de la ficción porque “cada vez es más difícil innovar a la hora de contar historias, por eso apelamos a los fenómenos artísticos del pasado”.
Además de hablar de la importancia de la Nueva Ola del cine francés, Bedos destaca fenómenos revolucionarios como el cubismo. “Todo eso ya ha pasado. No se puede volver a intentar”. No es casual que los años 70 sean la época elegida por los personajes de La Belle Epoque para revivir y reinterpretar a partir de las propias experiencias del protagonista. El realizador intenta no resguardarse únicamente en el pasado, ni cuando trabaja ni en su vida personal. “Como espectador, estoy cada vez más hambriento de libros de cuentos y películas visuales. Hago películas que yo personalmente iría a ver y donde me siento cómodo. Un cierto “otro lugar” narrativo y visual”.
El origen de la segunda película de Bedos fue una imagen: un hombre que se hunde en el presente y se refugia en un período cuyos códigos lo tranquilizan y lo protegen. “Quería filmar el vértigo que siento de vez en cuando, esta derrota psicológica y su antídoto, en ocasiones ridícula y muy conmovedora. Me di cuenta de que esta imagen tenía una promesa cinematográfica y mucha sátira. Este hombre llegó a mí como reflejo de personas cercanas a mí, como mi padre, y de alguna manera, yo mismo”.
El gran reclamo de esta comedia nostálgica llega con la particular empresa que desarrolla el personaje de Guillaume Canet: un lugar que permite a sus clientes visitar un periodo del pasado que ellos quieran experimentar o revivir. Al autor se le ocurrió esta idea a partir de la saturación de series que hemos vivido en los últimos años. Bedos creó un Black Mirror en clave minimalista a través del uso de un set, atrezzo, documentación y actores.
En lugar de los escenarios futuristas de la serie creada por Charlie Booker, Bedos apuesta por escenarios mucho más cotidianos y reconocibles que eran disfrutados tanto por los personajes de la ficción como por los trabajadores de la producción. “Los vi disfrutar haciendo la película. Hasta el punto en que tuvimos problemas para separarnos los viernes por la noche: íbamos de fiesta en los sets que habíamos diseñado nosotros mismos”.
Aunque todos los actores tienen sus propias oportunidades para lucirse, la estrella de la función es Fanny Ardant, la ex del protagonista. Bedos, también actor, conocía a la actriz desde hace muchos años y sabía que quería contar con ella desde antes de escribir el guion. “Estoy loco por esta mujer cuya disposición poética, excentricidad, humor y la fragilidad me llena de entusiasmo”. La colaboración con la diva francesa tuvo sus propios desafíos, a pesar de su relación previa. “En el rodaje, Fanny no siempre estaba de acuerdo con su personaje: tenía problemas con su maldad injustificada, y constantemente tenía que recordarle que la dureza exterior de Marianne estaba enraizada en su miedo a la decadencia y muerte”.
El carácter nostálgico de la película choca frontalmente con el futuro profesional de un Bedos que no ha dejado de trabajar desde el estreno de La Belle Époque. En 2021 estrenó OSS 117: Desde África con amor, la última entrega de la saga de comedias de acción que creó Michel Hazanavicius con el oscarizado Jean Dujardin como protagonista. En 2022 reunión al quién es el quién el cine francés (incluyendo a Pierre Niney, Isabelle Adjani, François Cluzet, Marine Vacht o Emmanuelle Devos) en Mascarada, una dramedia criminal. Ahora tiene pendiente de estreno la serie Alphonse, con Charlotte Gainsbourg, Laura Morante y, de nuevo, Jean Dujardin. Casi nada.