Juego de Tronos tienen un don, y es que haga lo que haga es noticia. Una imagen, una pista, un teaser tráiler… todo vale. Cualquier cosa es suficiente para paralizar la red. HBO lo sabe, y lo aprovecha para construir alrededor de su franquicia estrella un evento de dimensiones titánicas. Durante las semanas de emisión no se habla de otra cosa, es como si el resto de televisión desapareciera y sólo importaran Daenerys, Jon Snow y compañía.
Había mucho interés en la séptima temporada de la serie. Se estrenaba más tarde de lo habitual, sería más corta y era la confirmación de qué harían sus showrunners sin los libros como base. El resultado ha sido una temporada frenética, más ágil que las anteriores, pero también mucho menos profunda en el drama de los personajes. Más pendiente de cerrar tramas y ofrecer escenas espectaculares que en escarbar en la psicología de unos personajes que son una mina de oro.
Al final ha dado igual, porque en las siete semanas que ha durado esta temporada que acaba el lunes perfecto, de lo que más se ha hablado es de una cosa: del hackeo a HBO, las filtraciones y los chantajes de los piratas. Lo primero que se supo es que, como anteriormente había ocurrido en Disney y Sony, la compañía fue atacada y se llevaron 1,5 teras de información de sus servidores. Al principio hubo opacidad al respecto, y no se sabía si dentro de lo sustraído estaban los capítulos de Juego de Tronos, hasta que llegó la bomba. El capítulo cuarto -el esperado Botines de Guerra- fue filtrado antes de tiempo y se lanzó un comunicado en el que pedían seis millones de euros sino querían que la sangría continuara.
HBO y el FBI se pusieron manos a la obra, pero no pudieron evitar que se publicara el guion del siguiente episodio y hasta datos personales (mails y números de teléfonos) de varios de los actores de la producción.
Cuando la tormenta parecía terminada, Juego de Tronos y la cadena volvieron a ser el foco de atención. El sexto capítulo de la temporada, uno de los más sorprendentes, espectaculares y esperados, fue filtrado y empezó a rular por internet sin que al principio nadie entendiera el motivo. En esta ocasión no fueron los piratas los culpables, sino HBO España, que durante algo más de una hora colgó el episodio en su plataforma, haciendo que la noticia corriera como la pólvora. Cuando se dieron cuenta era demasiado tarde, Más allá del muro, estaba a disposición de todo el mundo. La serie seguirá siendo en 2017 la más pirateada, y esta vez por méritos propios. A pesar de ello el capítulo tuvo una audiencia récord, como viene siendo habitual.
Al día siguiente de la filtración comenzaron las teorías de la conspiración. No hablaban sobre si Bran es el Rey de la Noche o si Cersei monta algún plan secreto, sino sobre cómo era posible que una compañía como HBO haya tenido un error como ese. Muchos hablaban de autopromoción, de que ellos mismos habían mandado un globo sonda para estar en boca de todos, para que las noticias no cesaran. Otros culpaban a un fallo humano. Nadie sabe la respuesta oficial.
Lo que ha quedado claro esta temporada es que nadie es intocable y que HBO ha visto cómo su producto estrella era atacado sin piedad. Durante semanas se hablaba más de la vulnerabilidad de la plataforma que del contenido de los capítulos. A falta de un capítulo para el final de la temporada, seguro que sus directivos cruzan los dedos para que nadie filtre el colofón final, esa traca en la que por fin coinciden todos los personajes y que es el episodio más largo de la historia de la serie. Queda por ver si la lección queda aprendida, y para la última tanda de episodios consiguen un secretismo que, probablemente, sea menos rentable que estar todos los días en la lista de Trending Topics.