Juego de Tronos, la serie que más expectación ha causado la última década, ha terminado en la madrugada de este domingo con un nuevo error. Ya sea por las prisas del rodaje de la última temporada o por la obsesión de los seguidores más fieles de no perderse ningún detalle, lo cierto es que en los últimos episodios han abundado los gazapos, demasiados teniendo en cuenta el presupuesto y el personal empleado por HBO.
Tras el encuentro entre Daenerys y Jon Nieve en medio de los escombros del salón del Trono de Hierro, Tyrion se enfrenta a un juicio en el que están presentes las distintas casas de Poniente. Algunos son partidarios de que la antigua Mano de la reina sea sentenciado a muerte, mientras que otros defienden que el último Lannister vivo sea liberado.
En esta coyuntura, mientras se debate sobre la vida o la muerte de Tyrion y el futuro de los Siete Reinos, una botella de plástico, objeto atemporal a la época en la quiera que discurra esta serie, asoma en una esquina de la pantalla, tras unos pies. Es quizá el momento clímax de la serie; de esta escena nace el destino de Poniente, con un nuevo rey. No obstante, a los encargados de producción de Juego de Tronos, una vez más, se les ha vuelto a colar un gazapo.
Dicho objeto se encuentra a un lado de la pierna izquierda de Samwell Tarly, compañero leal y amigo de Jon Nieve. La cámara hace un breve planeo en el que enfoca al joven Tarly y se puede apreciar por escasos segundos el botellín de agua.
De esta manera, la botella se suma al café del Starbucks del cuarto capítulo y a la misteriosa mano derecha de Jaime Lannister del quinto episodio en una octava temporada polémica en todos los sentidos. Como siempre, las redes se han hecho eco del incidente y se lo han tomado con humor después de todos los incidentes a lo largo de la serie.