Crítica: 'La amiga estupenda', la temporada 3 se abre paso en la revolución política de finales de los 60

La amiga estupenda no es una de las series más populares de HBO Max, pero sí una de las mejores de su catálogo. Es también una de las mejores adaptaciones literarias que se han hecho en la televisión. Esta ambiciosa producción italiana (que cuenta con el visto bueno de Elena Ferrante, la autora de las novelas en las que se basa) cubre en esta tercera temporada los hechos del tercer volumen de la saga Dos amigas (titulado en España Las deudas del cuerpo), una etapa emocionante en la evolución de la compleja amistad de Elena y Lila, ambientada en una época convulsa en lo social, lo cultural y lo político.

Estamos a finales de los años 60 y el cambio se respira en el ambiente. Los enfrentamientos entre fascistas y comunistas, el despertar de la consciencia de la lucha de clases y contra todo tipo de opresión obliga a los personajes a informarse, a tener opiniones sobre lo que ocurre a su alrededor, a tomar partido y a dejar de ser sujetos pasivos. Unas discusiones polarizadas que, de alguna forma, se sienten muy actuales. La lucha a pie de calle del ploretariado y la de los estudiantes desde las aulas enfrenta a los que piensan igual, porque se centran en lo que los diferencia y no en lo que los une. Y en la punta de cada espectro están Lina y Elena, siempre unidas por ese hilo invisible que las conecta, y al mismo tiempo las ahoga.

Elena Greco en la tercera temporada de 'La amiga estupenda'.

Después de completar sus estudios universitarios y publicar su primer libro, Elena está saboreando las mieles del éxito. Devora todas las reseñas que se escriben sobre su novela y todas la afectan por igual. Desciende a los infiernos ante una mala crítica y sube al séptimo cielo en cuanto alaban su prosa o su valentía. Pero la única opinión que realmente le interesa, y la que no tiene, es la de su amiga, porque este sueño que ha cumplido con tanto esfuerzo quizá no era el suyo.

Da igual cuanto consiga avanzar, el sentimiento de inseguridad e inferioridad al compararse con Lina nunca la abandona. Su amiga, mientras tanto, se está deslomando en una fábrica maloliente y sobreviviendo como puede. De ella es quienes hablan en las manifestaciones y las reuniones de activistas, aunque quienes estén haciendo la lucha desconozcan su realidad más allá de la teoría, porque viven en un mundo de privilegios.

Lila en la fábrica de los Soccavo en 'La amiga estupenda'.

En el primer episodio quien escribe y su musa inalcanzable aún no han cruzado sus caminos, pero la presencia casi fantasmal de Lina siempre acompaña a Elena. La ve en el vacío y también en otras personas, como Silvia, la joven madre a la que conoce durante su encuentro con Franco y Mariarosa. Una noche en la que se le cae un mito, sufre acoso dos veces, coquetea con la idea de la maternidad y comprueba que sigue sin saber quién es y quién quiere ser. Porque si no está Lina para compararse y sentirse superior o morirse de los celos, es incapaz de saber dónde está su norte. 

En esta temporada, las líneas de sus caminos opuestos -y siempre condenados a confluir- mostrarán cuánto han madurado y veremos transformarse sus sueños al ritmo de los cambios de la sociedad, al que tendrán que aprender a bailar o se verán obligadas a dejarse arrastrar. Por sus espíritus contradictorios, La felicidad quizá sea algo inalcanzable, pero ellas nunca dejarán de buscarla. Inspiradas siempre, para bien y para mal, por la otra, su amiga estupenda.

Los nuevos episodios de 'La amiga estupenda' están disponibles los lunes en HBO Max. 

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