La familia real británica siempre se ha mantenido en la sombra. Son la imagen perfecta de la sobriedad, del jefe de estado que deja hacer pero que se mantiene atento a cada cambio. Isabel II ha ejemplificado a la perfección esa figura y se ha convertido en el ejemplo perfecto de una monarca que ha sabido leer cada momento histórico para sobrevivir. Lo ha hecho con la ayuda de Felipe de Edimburgo, que este viernes fallecía a los 99 años. Una de las personas más importantes para la reina. Su apoyo desde que se casaron cuando él tenía 26 años.
Ambos se han refugiado en las paredes del Palacio de Buckingham y han dejado que fueran otros los que hablaran por ellos. El ruido siempre terminaba parando. Pocas veces ellos han hecho declaraciones públicas, y el retrato más certero de sus décadas de reinado lo ha realizado una serie, The Crown. La mejor ficción de Netflix ha sido la radiografía de la monarquía británica y un repaso por la historia del país y de Isabel y Felipe.
El duque de Edimburgo no era muy fan de la serie. Mientras que se rumoreaba que Isabel sí que la veía (hasta esta última temporada en la que el retrato de su acogida a Diana de Gales les ha enfadado), el duque de Edimburgo la detestaba. En una entrevista con The Observer, el actor que le dio vida en las primeras temporadas, Matt Smith, contó que un amigo suyo coincidió con Felipe en una recepción y cuando se enteró que era actor le preguntó si actuaba en “esa cosa de The Crown”.
Su amigo le repreguntó a Felipe si veía la serie y su respuesta fue tajante: “No sea ridículo”. Han sido ya dos actores los que han dado vida a Felipe en la serie, y será un tercero quien lo haga en las dos últimas temporadas. Estos han sido los tres Felipes de Edimburgo que hemos visto, y veremos, en The Crown, y que nos ayudaron a entender mejor a una figura tan compleja.
Matt Smith (Temporadas 1 y 2)
El actor que saltó a la fama por Doctor Who fue el encargado de romper el hielo. La misión era compleja. Meterse en la piel del duque de Edimburgo. Lo logró gracias a los guiones de hierro de Peter Morgan, especialista en tratar con ese material explosivo llamado Casa Real británica. El arco de su personaje recorría su juventud, cuando ambos se casaron enamorados, pero también cuando él se dio cuenta de que sería un segundón, algo a lo que no estaba acostumbrado.
El encuentro de la audiencia con este Felipe fue chocante. Por primera vez una ficción mostraba un miembro de la casa real de una manera tan natural. Se insinuaban sus relaciones sexuales con la reina, hasta tenía escenas de desnudo. Le quitaba su aura de intocable para luego ahondar en ese personaje acomplejado incapaz de colocarse a la sombra de su mujer.
Felipe tuvo que ceder su título "de Grecia y Dinamarca", pero para su tranquilidad, el soberano Jorge le concedió el tratamiento de su Alteza Real y lo nombró desde entonces conde de Merioneth, barón de Greenwich y el título más importante y con el que pasará a la historia: duque de Edimburgo. Desde entonces su trabajo fue “no hacer nada”, algo que como deja claro la serie: “es el trabajo más duro de todos y requerirá de todas tus energías. Ser imparcial no es humano. La gente querrá que sonrías, o asientas o frunzas el ceño, querrá un punto de vista y en cuanto lo hagas, habrás declarado una postura. Tu opinión. Y eso es lo único como soberana a lo que no tienes ningún derecho”.
En Palacio, él es el más popular. Si hablas con cualquiera de los trabajadores, te darás cuenta de que todos le quieren. Creo que es un hombre más cercano que otros miembros de la familia
Si eso se le pide a la cabeza del estado imaginen a su consorte, obligado también a no tener una opinión, pero además a vivir detrás de la otra persona, algo no sólo metafórico, sino literal que la serie de Peter Morgan muestra en el segundo episodio de la primera temporada, cuando Felipe no puede bajar a la vez del avión de su esposa, sino que, obligado por el protocolo tiene que hacerlo unos cuantos metros más atrás. Es la primera vez que se dará cuenta de que todo será así, pero nada como la polémica que tiene cuando sólo pide dos cosas a su mujer para aceptar renunciar al resto: seguir viviendo en su palacio en vez de en Buckingham, y que sus hijos mantengan su apellido. Isabel le promete las dos, pero no podrá cumplir ninguna.
Smith también se enfrentó al espinoso asunto de las relaciones extramatrimoniales del duque, algo que nunca se cuenta de forma explícita pero sí que se insinúa. El actor contó en una entrevista a Variety que investigó mucho sobre el duque de Edimburgo y que todas sus investigaciones “concluyeron que él es una persona muy divertida, muy inteligente, muy popular. En Palacio, él es el más popular. Si hablas con cualquiera de los trabajadores, te darás cuenta de que todos le quieren a él. Creo que él es un hombre más cercano que otros miembros de la familia ”.
Tobias Menzies (Temporadas 3 y 4)
Menzies venía de otra serie histórica -aunque con tintes fantásticos- como Outlander, y se metió de cabeza en el rol de Felipe de Edimburgo. Su misión en estas temporadas fue sustituir al magnífico Matt Smith, seguir dotando de ese extraño carisma que tenía el personaje, pero también saber dar un paso atrás. En estas temporadas los protagonistas pasan a ser Carlos y las nuevas generaciones, pero Menzies tenía que mostrar cómo reaccionaba a estos problemas.
Sigue siendo un fanfarrón, pero ya ha aceptado su lugar. Sus salidas de tono, tan criticadas, son menos habituales. Lo que se enfatiza en la serie es la mala relación que tenía con Carlos, al que considera un hombre débil. No parece que crea en él como futuro monarca, y lo deja claro desde el primer momento. Su ojito derecho será Ana. Como contaba el actor a Vanity Fair, “Carlos es mucho más sensible y no creo que Felipe realmente responda a eso muy bien”.
Una persona bastante compleja. Siempre hay un elemento de frustración e irritabilidad, y emoción reprimida. Estoy seguro de que de todo esto, él se burlaría y negaría
El actor le describe en aquella entrevista de la siguiente forma: “Una persona bastante compleja. Siempre hay un elemento de frustración e irritabilidad, y emoción reprimida. Estoy seguro de que de todo esto, él se burlaría y negaría. Pero al ver a este tipo de macho alfa, claramente alguien a quien le gusta estar ocupado e influir en las cosas, desempeñar este papel extraño y en gran parte ceremonial en el que es el segundo después de su esposa, y realmente no tiene mucho que hacer todos los días. Puedes ver que le irrita, no necesariamente lo encuentra cómodo”.
La última temporada ha mostrado dos caras de su personalidad. Es el único que intenta integrar a Diana. Se siente fascinado por ella desde su llegada, cree que puede enderezar a su hijo. Eso sí, cuando ve que puede poner en peligro la monarquía ataca como un animal furioso como se muestra en uno de los últimos episodios de la serie, donde amenaza a Lady Di.
Jonathan Pryce (Temporadas 5 y 6)
Como cada dos temporadas, los personajes de The Crown cambian de actor que les interprete. A la reina Isabel II será Imelda Staunton quien se ponga en su piel tras Olivia Colman y Claire Foy. Para Felipe de Edimburgo el elegido ha sido Jonathan Pryce. De momento no hay ninguna imagen oficial del actor británico, que dio vida al Gorrión Supremo en Juego de Tronos y al Quijote de Terry Gilliam.
Poco se sabe de estas dos temporadas que serán las últimas de la ficción de Netflix. Lady Di también cambiará de actriz, y tras el descubrimiento de Emma Corrin, será Elizabeth Debicki quien recree los años del divorcio entre ella y el príncipe Carlos, que dejará de ser Josh O’Connor y tendrá los rasgos de Dominic West. Aunque no hay fecha de estreno confirmada, debido al parón de rodajes provocado por la pandemia, todo parece indicar que la nueva temporada de The Crown no llegará hasta noviembre de 2022.
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