Crítica: ‘Lupin’ sigue siendo la serie más entretenida de Netflix con una segunda parte más íntima y adictiva
Un estelar Omar Sy lidera el regreso de 'Lupin', la serie más vista de Netflix en 2021. Los cinco nuevos episodios de la adaptación libre del personaje de Maurice Leblanc están a la altura de la más que notable presentación.
11 junio, 2021 13:27Noticias relacionadas
Lupin, el caballero ladrón creado por Maurice Leblanc, ya está de vuelta para animar los estrenos de una plataforma a la que este fin de semana pedíamos un cambio de rumbo. Estrenada el primer fin de semana de 2021, consiguió ser el más memorable de una cosecha que nos hizo echar de menos todas esas series que nos engancharon a Netflix en primer lugar. Con más de 70 millones de espectadores en todo el mundo (récord absoluto en el servicio de streaming para una producción de habla no inglesa), la primera parte se había convertido en la serie que nadie esperaba y con la que todo el mundo se lo pasó en grande.
Solo hemos tenido que esperar cuatro meses para descubrir cómo continúa la historia de Assane Diop, el escurridizo ladrón de guante blanco y aficionado a las aventuras de Arsène Lupin que busca vengar la muerte a manos de una conspiración liderada por un millonario dispuesto a todo por eliminar la huella del crimen. En el cliffhanger que vimos el pasado enero, el criminal perseguido por la justicia parisina y su exmujer descubren horrorizados que su hijo adolescente, Raoul, ha sido secuestrado.
Los cinco episodios que llegan a Netflix el viernes continúan la historia inmediatamente después de que viéramos a la familia Diop por última vez. Los espectadores más impacientes pueden estar tranquilos. La serie de George McKay (creador del concepto original de Criminal y coordinador de la versión británica) regresa por la puerta grande con robos, tiroteos, secuestros, explosiones, persecuciones, trampas, señuelos, incendios y asesinatos para atar todos los cabos sueltos que había dejado una más que notable presentación que nos enseñó quién era el héroe protagonista, cuál era su modus operandi y qué es lo que quitaba el sueño desde hace 25 años.
Si la primera parte era algo más dispersa en el diseño de sus aventuras episódicas, su continuación gira total y exclusivamente alrededor del objetivo de Assane de hacer justicia con la trágica figura de su padre. Las cinco aventuras tienen que ver directamente con el protagonista de la historia: desde el hijo secuestrado, a la reaparición con un amor del pasado, el tira y afloja con un policía en el que Diop confía más de lo que le gustaría, o los sacrificios que está dispuesto a hacer su mejor amigo para que el ladrón pueda cumplir su misión.
Cuanto más personales son las aventuras de este Lupin del siglo XXI, más fácil resulta entrar en la obsesión del noble ladrón. La segunda entrega se beneficia de la eficaz construcción del entorno que rodea al protagonista en los episodios previos (en especial con esos inesperados robaescenas en forma de Ferel y, sobre todo, el detective Guedira) y de lo bien que funcionan los flashbacks del adolescente Diop para retroalimentar el viaje del presente. En su regreso a Netflix, la serie de intriga solo baja el nivel en su tercer episodio, con un reencuentro algo insípido que, sin embargo, se puede entender como punto de unión de un primer (los dos primeros episodios) y tercer acto (los dos últimos) eléctricos.
La guerra personal entre Assane Diop y el malvado Hubert Pellegrini sigue escondiendo un interesante trasfondo de clase, privilegio y desigualdad en la Francia contemporánea, pero se echa de menos que la serie siga apostando por las audaces apreciaciones sobre los prejuicios raciales con los que había sorprendido en la primera entrega. La manera en la que el ladrón usaba a su favor la actitud de la sociedad francesa ante los inmigrantes africanos como él era uno de los aciertos más sutiles y sorprendentes de la serie.
Lupin no es una de esas series que alargan innecesariamente los conflictos de sus protagonistas. Al terminar el quinto episodio de esta segunda parte de la lujosa producción francesa, el espectador sigue con ganas de más. No son la falta de respuestas las que hace que la audiencia quiera volver a este universo, sino el carisma que desprende en cada una de sus escenas el antihéroe (a quién vamos a engañar, el héroe a secas) protagonista.
Omar Sy ha visto cómo durante diez años era presentado al mundo como la revelación de Intocable, la popular comedia que cambió su vida y su carrera para siempre. Diez años después del estreno de esta, el mundo parece listo para enterrar la etiqueta que le ha perseguido desde entonces. Después de ver al actor de ascendencia senegalesa y mauritana vestido de traje, los actores ingleses tienen suerte de que Sy sea francés y no pueda convertirse en el siguiente agente 007. Nadie en las islas tiene el desparpajo, la energía y la facilidad para molar de su vecino al otro lado del túnel de la Mancha.
McKay eligió el emblemático Museo del Louvre para enseñarnos por primera acción al ladrón de guante blanco. El escenario que acoge el gran clímax de la temporada, el teatro que acogió la primera representación pública de una obra de Lupin a principios del siglo XX, está a la altura de las expectativas de una venganza que la ficción llevaba diez episodios construyendo.
Puede que el arco narrativo que había creado el guionista para recuperar el popular personaje creado por Maurice Leblanc haya llegado a su fin, pero los guionistas tienen material más que suficiente para seguir explorando las aventuras del Sherlock Holmes francés. Ahí estaremos para verlas. Reconócelo: tú también.
Los cinco episodios que componen la segunda parte de 'Lupin' se estrenan en Netflix el 11 de junio.
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