Dentro de 'Insiders': la directora nos cuenta todos los secretos del primer reality de Netflix España
Mamen Fernández López-Monis desgrana en SERIES & MÁS los secretos de un reality creado en España que pone patas arriba todo lo que creíamos saber sobre un género que lleva 20 años arrasando en nuestro país.
3 noviembre, 2021 11:35Noticias relacionadas
"Si lo cuentas, estás fuera". Cualquiera que se haya acercado a Insiders se sabe ya de memoria el pegadizo eslogan con el que la presentadora Najwa Nimri avisa a la audiencia y a los despistados concursantes del primer reality de Netflix en España de que los secretos serán una parte fundamental de un formato que pone patas arriba todo lo que creíamos saber de un género televisivo que llegó a nuestro país en 1999 para quedarse. Mamen Fernández López-Monis, directora del programa y protagonista inesperada de algunos de sus momentos más icónicos, nos desvela todos los secretos de la primera temporada de un formato original de iZen y José Velasco.
¿Cómo es posible que no sospecharan los concursantes que les estaban grabando desde el principio? ¿Cómo se cocieron los giros más comentados de la primera edición del formato? ¿Qué es realmente un concursante perfecto? ¿De qué hablan los concursantes cuando dicen cosas como "se lo merece"? ¿Cuáles fueron los mayores retos narrativos y técincos de Insiders? Su directora nos da todas las respuestas en una conversación llena de spoilers que deberían evitar todos aquellos que no hayan terminado de ver los 7 episodios de la primera edición de un concurso que volverá próximamente con una nueva temporada. El que avisa no es traidor.
¿Qué información tenían los futuros concursantes de Insiders cuando se presentaron al casting del programa?
Los concursantes tenían casi la misma información que tenía el propio equipo, es decir, prácticamente nada. Lo que se contó desde el principio es que era el primer reality que producía Netflix en España, que era una idea española, y que se iba a lanzar próximamente. Eso y que si lo contabas, estabas fuera. Precisamente esa intriga y ese misterio han sido la clave para ir tejiendo el plan que hemos ido diseñando a lo largo de todos estos meses: "te voy a grabar sin que te des cuenta".
Los concursantes no podían saber que les estaban grabando todo el tiempo. ¿Cómo se gestionó la cesión de derechos de imagen para que, dentro de la legalidad, los concursantes no se dieran cuenta de lo que estaba pasando?
El proceso de casting es bastante largo. Nosotros estábamos cubiertos porque siempre hemos tenido su consentimiento y no se ha engañado a nadie en ese sentido. Lo que hemos hecho es jugar siempre con el misterio y con las posibilidades. Les trasladamos información al concursante en forma de goteo. En la sala roja les dijimos a los concursantes (y así fue también cómo se enteró gran parte del equipo, porque salvo la directora del casting Mafer Jiménez y algunos miembros de la productora iZEn, nadie sabía realmente cómo era el formato) que Insiders estaba buscando al concursante perfecto de reality y que Insiders, a diferencia del resto de realities de la televisión, te iba a preparar para el concurso al que te estás presentando.
Por primera vez un programa se atrevía a entrenar a sus futuros participantes con el equipo que va a desarrollar el programa y en las mismas instalaciones en las que se va a grabar. En los grandes formatos de realities la clave está en que cuando el concursante entra, lo descubre todo. Ahí es cuando se encuentra con la sorpresa, conoce a sus compañeros y descubre de qué va el programa. Nosotros le hemos dado la vuelta a la fórmula habitual. Insiders se basa en eso, en intentar darle la vuelta a las bases fundamentales del género. Esa es la información que les dimos y sobre ese discurso se desarrolló el paraguas legal que dejaba claro que en ningún momento ellos estaban siendo engañados. Cuando te presentas a un casting hay una cámara. A veces esas imágenes se utilizan para emisión y otras no.
En España hay mucha cultura de reality desde los tiempos de Gran Hermano. A mí me saltaron más las alarmas con dos detalles de Insiders: que los personajes se conocieran fuera de cámara y que la casa estuviera llena de los característicos espejos que se usan para grabar. ¿Hubo algunos concursantes que sospecharon de que en realidad estaban siendo grabados desde el principio?
Ellos no sospechaban nada de eso cuando les comunican que están dentro y que el concurso ya había empezado. Son dos cosas diferentes en este caso. Entiendo que el público haya entendido eso que dices tú. Esos espejos son muy característicos, pero no solo de GH porque en España hay una gran tradición de cámaras ocultas. En GH lo que hicimos fue crear un universo aprovechando todo eso, pero ese recurso no es propiedad del formato.
En ningún momento nosotros quisimos que ellos no vieran las cámaras. Nuestro objetivo es que nunca supieras que te estoy grabando desde el principio y que el programa al que te has presentado ya ha empezado. Ese es el punto. Desde el principio les contamos que iban a poder prepararse para el programa con el equipo que iba a hacerlo y en las instalaciones donde se va a hacer. Esas instalaciones están preparadas para hacer la convivencia 24/7. Nosotros queríamos saber cómo era su experiencia como huéspedes para tenerla en cuenta para el programa que íbamos a hacer. Los espejos eran normales en ese contexto, porque ese era el sitio en el que se iba a desarrollar el programa. Esto era así por varias razones, pero el COVID (todos los concursantes y los trabajadores pasaron por una fase previa de burbujas) fue la razón por la que ellos se conocieron antes. Probablemente sin la pandemia hubiéramos tomado otra decisión. La razón principal por la que se conocieran antes fue el protocolo COVID.
Por eso ellos no sospecharon nunca y por eso hay veces que están con micros y otras sin ellos. El entrenamiento se dividía en dos partes. El plató para ellos era como hotel y era ese hotel porque a nosotros también nos permitía trabajar en tiempos de COVID de una forma libre. Teníamos una jornada real de trabajo donde siempre les grabábamos, veían las cámaras, les microfonábamos... pero cuando nosotros habíamos terminado de trabajar y ellos tenían la falsa sensación de que no les grababa nadie (porque tenían esa sensación de forma real)... ahí es cuando empieza la magia. Ellos en ningún momento sospechan que es el programa, que el concurso ya ha empezado y que se les oye y se les ve. También había algunas cámaras de seguridad, porque estábamos en un recinto y hace falta seguridad, y por eso algunas veces ves una cámara y te choca, pero es que en realidad todo formaba parte de una historia que yo creo que es bastante coherente. Vives en el mismo sitio que está preparado para ese futuro programa con convivencia y por eso tiene que haber espejos y cámaras de seguridad.
En nuestra televisión existe una tradición muy concreta de reality con galas, realities, directos… ¿Cuáles han sido los retos de pasar a un reality editado con tan pocos episodios y tan corta duración?
Creo que el mayor reto ha sido desaprender todo lo que habíamos aprendido. Algunos de los que estamos aquí estuvimos en el primer GH, hemos hecho muchas ediciones y hemos renovado el formato durante todos estos años. Nosotros, como cualquier espectador, tenemos en la retina cómo es el género. En España el equipo creativo del reality está bastante bien considerado fuera de nuestras fronteras a nivel creativo y el desarrollo de Insiders es una buena prueba de ello. Basándonos en los pilares del género lo que hemos intentado hacer es desaprender todo para ir al origen. El origen de todo no es necesariamente Gran Hermano, sino que la gente sea natural, sepa o no sepa que se les está grabando. Queríamos volver a la autenticidad de antes.
En GH1 la gente sabía que se les estaba grabando, porque ellos veían las cámaras, pero ellos no tenían ni idea de la repercusión que había fuera. No modificaban su comportamiento en función de eso. En Insiders hemos logrado esa autenticidad y esa inocencia de antes porque no sabían cuándo empezaba el programa, cuándo se iba a emitir o cuándo estaban compitiendo. Después de 21 años de formato y de ese género en España, las nuevas generaciones han crecido con una cultura audiovisual y del género tremendas. Muchos de ellos tienen un conocimiento audiovisual a la hora de manejar vídeos y músicas mucho mayor que cuando empezamos el resto, hasta los que estudiamos una carrera. Están mucho más formados. Después de 20 años de un género tan asentado era muy difícil intentar cogerles con la guardia baja, si no es a través de unas expectativas que no van a llegar.
Convertir tres semanas de grabación en siete programas de 50 minutos es un desafío. Como directora, ¿hubo algún momento o trama en particular que te dio rabia que se quedara en la sala de montaje?
Hay muchas cosas. Siempre echas en falta poder haber contado más cosas. Creo que lo esencial está contado y el viaje de los personajes a lo largo de la grabación, también. Creo que Insiders es así. Es un formato que se tiene que ver bajo la premisa de Netflix, que es un consumo del tirón. Sobre eso nosotros nos hemos basado para construir la historia. Al tener una ventana muy concreta con una duración muy concreta, te tienes que centrar en contar el viaje de esas 12 personas. Hay mucha información que se ha quedado fuera que completa la experiencia, pero en ningún momento cambiaría la historia. Hubiera echado en falta poder masticarlo un poco más, pero porque quieres más. Con siete capítulos de 45 minutos esta es la historia que había que contar.
Al final del primer episodio protagonizas un giro del programa cuando les hacéis creer que ha habido una filtración y que el programa está en peligro. ¿Cómo surge ese giro que recuerda a la famosa bronca de Noemí Galera a los concursantes de OT 2018?
Este es el ejemplo perfecto de que los realities están vivos y tienes que saber actuar sobre la marcha. Aunque lo tengas todo previsto y sepas hacia donde te quieres dirigir, nunca sabes lo que te puede pasar y ni mucho menos en Insiders porque es todavía más imprevisible que los demás. Lo de la filtración ocurrió una noche aproximadamente a la una y media de la mañana. Estábamos muy pocos en las instalaciones y el equipo dormía porque estábamos en turnos. De noche intentábamos estar los mínimos para que ellos tuvieran la sensación de que estaban solos y reforzar la coartada de que eso era un hotel para ellos.
Queríamos hacer un giro, que se quedaran asombrados y que no supieran cuál iba a ser el siguiente paso del casting. Algo tenía que ocurrir. Teníamos la sensación de que lo que teníamos planteado no nos iba a funcionar. Lo de la filtración una improvisación pura y dura. Entendimos que la mejor manera era que la persona que les había llevado hasta ahí, y en la que creían, desapareciera y el programa estuviera en peligro. De otra manera hubiera sido muy complicado que tuvieran el miedo de que esto se acababa. Una vez te metes dentro de un reality, es alucinante la capacidad de perspicacia que les salen a los concursantes. Ellos tenían y especulaciones de todo tipo. Hemos enseñado algunas, pero había otras. Nunca tenían la certeza de lo que iba a pasar. Esa fue la razón por la que lo hicimos así.
Tatiana es una parte integral de ese giro. ¿Estaba claro cuál iba a ser su rol en Insiders o era una carta que ibáis a jugar según avanzara el juego?
Tatiana tenía que ser concursante desde el principio. Ella pasó todo el casting y la burbuja igual que los demás, pero su papel era estar en el primer capítulo y luego salir. Como el resto del equipo, Tatiana se iba enterando de las cosas sobre la marcha. Hasta el día de la filtración el equipo no sabía, y concretamente en el momento en el que cerramos la puerta [para hablar con Tatiana a solas], el equipo no era consciente del programa que estábamos haciendo ni cuál era la idea original de Insiders. Ese día hubo gente que realmente pensó que ese mismo la producción se paraba y que a mí me habían despedido. En los grupos de Whatsapp empezaron a especular con que se iban a ir a la calle porque habían despedido a la productora.
Hablabas de cómo el reality está muy vivo. En Insiders hay dos partes muy diferenciadas. En la primera hay cierta sensación de caos e imprevisibilidad en el programa. ¿Cómo de atada estaba la escaleta en esas dos primeras semanas de formato?
En cualquier reality de convivencia y de larga duración llevas una escaleta que lo mejor [que te puede pasar] es que se te rompa en el minuto 3. Las crisis de cualquier tipo son buenas, porque eso significa que están ocurriendo cosas y que lo que está pasando es mucho mejor de lo que tú habías previsto. Se rompió la escaleta muchísimas veces, pero lo único que hicimos era buscar el momento adecuado para hacer lo que teníamos previsto. A lo mejor no ocurría en el tiempo y forma que estaba previsto, pero más tarde o más temprano lo íbamos haciendo. Lo que intentábamos era dejar espacio para ellos y para que surgiera esa inocencia y esa autenticidad. Si estás todo el rato dentro, no lo consigues. Son pequeños toques. La idea era, excepto en las pruebas, donde tenían que vernos a todos y nuestra puesta en escena de cámaras, hacer una política de no intervención. Eso no significa no hacer cosas, sino que ellos puedan especular y guiar la historia.
Insiders tomó una interesante decisión narrativa: plantar breves flashbacks que adelantaban al espectador por dónde irían ciertas tramas. ¿Por qué?
Esto surgió cuando cerramos la puerta y vivimos la semana de aislamiento total con las ocho personas que se quedaron en el juego. Como dices muy bien, hay dos partes en este programa claramente diferenciadas por el montaje y la historia. Lo que ocurría a partir del episodio cuatro en el que se les desvela parte de la verdad y piensan que están en la vida en streaming… todo lo que ocurre allí, como decía Álvaro [Díaz, director de contenidos de no ficción, series documentales y programas de entretenimiento de Netflix España], era oro.
De alguna manera eso había que enseñarlo al principio porque si no, no tenías una imagen global del programa. Ibas a pensar que solo estaban haciendo un falso casting y les están engañando, pero ese no es el programa. Insiders te graba sin que te des cuenta para mostrar cuál es tu verdadera cara. Luego se cierra la puerta, el programa cambia y, como dicen ellos, se te cae la careta. Era necesario ver esa cara A y esa cara B al principio de los programas para ver si te comportas igual cuando te grabas o eres distinto cuando crees que no.
Más que una presentadora al uso, Najwa Nimri es una especie de comentarista que ocupa el papel que la audiencia no puede representar desde casa. ¿Por qué pensasteis en ella como cara de Insiders?
Najwa Nimri es la mejor narradora del mundo. Creo que es perfecta para Insiders. El programa tiene ese punto en el que te permite sacar ese lado travieso, maligno en el buen sentido. Ella es una de las actrices más internacionales que hay en España y ese rol aparece mucho en sus interpretaciones. Najwa es la persona que lo cuenta, pero no forma parte del plan. Ella cuenta el plan que ha tejido el equipo, pero no tiene una relación directa con la historia. Ella lleva al espectador y a los concursantes al universo de Insiders: la entrega, el misterio y nunca dar nada por seguro. Ella en sí misma transmite todo eso y creo que es perfecta para el programa. En mi opinión lo ha hecho maravillosamente bien.
Najwa habla de un reto técnico sin precedentes. ¿Qué clase de quebraderos de cabeza tuvisteis durante la producción?
No sé si alguna vez has estado en Guadalix visitando la casa de GH. Nuestro plató no era igual, pero teníamos un plató muy grande, con una cruz de cámaras y los famosos espejos, que en realidad eran muy especiales porque necesitábamos una cantidad de luz enorme para poder grabar una imagen óptima. Incluso por las noches había un toque de luz para poder grabarles sin que se dieran cuenta, porque nosotros no teníamos infrarrojos. Para poder hacer eso, tuvimos que hacer una cosa que creo que no ha pasado en ningún programa, anuncio o película del mundo.
Los cámaras trabajaban sin intercom y no tenían forma de comunicarse con el centro de control. Iban con zapatillas de andar por casa porque no se podían poner zapatos. Aunque estuviera todo enmoquetado, se podía hacer ruido. Los operadores trabajaban sin ningún tipo de comunicación, estaban ciegos y sordos, como decíamos nosotros. Ellos hacían su trabajo según la intuición de lo que estaban viendo. Ese reto técnico del que hablaba Najwa en los primeros capítulos de Insiders descansaba en ese desafío que tuvieron los operadores. Para mí fue una verdadera hazaña trabajar en esas condiciones durante cinco días. Luego se fue encendiendo el intercom porque los entrenamientos se intensificaban y cada vez veían más al equipo. Al principio para que pudieran entrar en el plan, el silencio era absoluto. Es muy difícil trabajar así y sin que el equipo que está trabajando sepa en realidad qué programa está haciendo. A mí me parecen todos unos pedazo de héroes.
El programa habla constantemente de la búsqueda del concursante perfecto. ¿Qué es para ti un concursante perfecto en un reality?
El concursante perfecto de Insiders, y de un reality en general, es aquella persona a la que le apetece jugar, que se deja llevar por la experiencia y que se olvida de las cámaras. Es la persona que no tiene miedo a enseñar su cara A y su cara B. En un mundo en el que la tecnología está tan presente, está todo lleno de cámaras y compartimos todo, todo el rato, es un poco complicado. No es el mundo de hace veinte años. Ahora nosotros estamos exhibiendo detrás de una pantalla. Simplemente tienes que sacar tu verdadera autenticidad. La única forma de hacerlo es olvidarte, pero es muy difícil que te olvides si sabes que te están retransmitiendo en ese momento.
Hay un término muy de reality que vuelve a aparecer en Insiders y que acaba teniendo su propia trama cuando Fama es expulsado y sus compañeros y él mismo empiezan a lamentarse porque “él se lo merecía”. ¿Qué quiere decir “se lo merece” en un reality?
Buenísima pregunta. En mi opinión y en este caso es algo completamente subjetivo, pero una cosa es hacerlo y otra cosa es verlo. Pasar algo tan corto como 7 días, 24 horas, eso te crea un vínculo bestial. Para bien y para mal. En el caso de Fama (o cuando se van otros y se forma un mar de lágrimas), cuando ellos dicen “se lo merecía” creo que es porque ellos sienten que se les está arrancando un vínculo y que esa conexión se está rompiendo. En realidad es un “no te vayas, no quiero que te vayas porque te mereces estar aquí”. Yo lo interpreto siempre como la pérdida de alguien muy querido en un sitio muy determinado y ellos lo interpretan con un “se lo merece”. Creo que no se refieren a que se merezca llevar el premio, sino a que se merece continuar.
Además del topo, hay cuatro concursantes que son eliminados por la dirección del concurso antes de que cambie la mecánica. El espectador es consciente de que es el programa el que toma las decisiones, ¿pero por qué se quedaron por el camino?
Las eliminaciones de Iván, Kery, Cynthia y Bibi fueron sencillamente porque no superaron esa fase final de casting. Solo ocho podían cruzar la puerta y cuatro se iban a quedar en ese camino. Nosotros sentimos que había gente que estaba en todo lo alto y otros que tenían la cabeza fuera, pero básicamente se puede resumir en que no pasas la fase de casting porque hay otros que te superan. Por vivencias, por ilusión, por juego… es un proceso de selección. Nosotros internamente decimos que la fase 1 es hasta que no cerramos la puerta y la fase 2 es cuando ellos viven en aislamiento absoluto. Las plazas eran finitas.
Parte de la experiencia del espectador con Insiders es descubrir cómo es el formato. Sin entrar en spoilers, ¿el formato cambiará en su segunda temporada para mantener esa sensación de sorpresa en la audiencia o las cartas estarán sobre la mesa desde el principio?
Digamos que en Insiders siempre jugamos con la premisa de sorprender al concursante y al espectador. Nosotros entendemos que lo interesante es sorprender a los de dentro, pero sin renunciar a asombrar a los de afuera para que la experiencia sea total y no solo estés consumiendo un programa, sino que lo vivas también con los giros que sufren ellos.
Al final de la temporada vemos una escena sorpresa en la que descubrimos que Laura estará también en la segunda edición de Insiders. De los 12 concursantes que podían repetir, ¿por qué Laura?
Yo con esto lo único que puedo decirte es que hay otros insiders y lo que has visto en el final… hasta ahí puedo leer. Si lo cuento, estoy fuera, y todavía quiero quedarme.
La primera edición de 'Insiders' ya está disponible en Netflix.
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