Así fue como la paciencia y el amor de Felicia Montealegre salvaron a Leonard Bernstein: la historia real de 'Maestro'
El biopic del legendario compositor está dirigido y protagonizado por Bradley Cooper y se estrena el 20 de diciembre en Netflix.
20 diciembre, 2023 01:35Leonard Bernstein fue uno de los mejores compositores de todos los tiempos. Autor de obras como el musical West Side Story o la BSO de La ley del silencio, Bernstein (1918-1990) fue un músico inigualable que cuando dejaba la batuta vivía una intensa doble vida. Y esta es la parte de su historia que se narra en Maestro, el biopic que dirige y protagoniza Bradley Cooper y que acaba de estrenarse en Netflix.
Lejos de hablar sobre el proceso creativo de sus grandes composiciones, la película se centra en los grandes amores de su vida: la música y su esposa Felicia Montealegre (a la que interpreta maravillosamente Carey Mulligan). Y también habla de cómo intentó encontrar el equilibrio entre ellas y el hecho de que le gustaran los hombres, algo que más que no estar bien visto, era mejor que no se viera.
A lo largo de Maestro, en la que Josh Singer también participa como guionista, se narran los 26 años que duró el matrimonio de Bernstein con la actriz Felicia Montealegre y cómo él lo compaginó manteniendo relaciones sexuales con otros hombres.
Aunque parezca mentira, Montealegre sabía la verdad sobre la sexualidad de Bernstein y los amantes que tuvo, pero aun así decidió casarse con él y le acompañó hasta que murió en 1978. Junto a él tuvo tres hijos.
Quizá pudo pasar mucho más desapercibida que su marido, pero Felicia Montealegre fue un pilar fundamental para él. No sólo fue el amor de su vida, sino que incluso llegó renunciar a todo por acompañarle y formar la pareja feliz que la sociedad de entonces requería.
Comienza la historia
Felicia Montealegre y Leonard Bernstein se conocieron en 1946 y se comprometieron ese mismo año, aunque terminaron rompiendo el compromiso. Sin embargo, el fuerte vínculo que compartían les llevó a casarse de nuevo en 1951. A esta época se hace referencia en la película, aunque lo más emocionante fue lo que llegó después.
Al principio de su matrimonio, Montealegre le escribió una carta a Bernstein donde le decía que aunque sabía que él era gay, estaría con él y lo soportaría. Se trata de una carta sin fecha, que se cree que fue escrita a finales de 1951 ó 1952 y en la que Montealegre también calificó a su matrimonio como un "desastre sangriento".
Esta carta se recopila en la antología de 2014 The Leonard Bernstein Letters y es una de las veces en las que Montealegre afirma que su matrimonio es un desastre. Siempre deja claro que entiende su atracción por los hombres, pero también admite que no tienen por qué estar casados si su relación no funciona:
"Eres homosexual y es posible que nunca cambies", escribía. "No admites la posibilidad de llevar una doble vida, pero si tu tranquilidad, tu salud y todo tu sistema nervioso dependen de un determinado patrón sexual, ¿qué más puedes hacer?".
Felicia nunca le pidió que cambiara y siempre tuvo claro que le quería, llegando a darle permisos para que siguiera viendo a otros hombres. "Estoy dispuesta a aceptarte tal y como eres, sin ser un mártir... intentaremos ver qué ocurre si eres libre de hacer lo que quieras, pero sin tener culpa ni confesarlo".
También reconoció que no se arrepentía de haberse casado con él. "Tomémonos esto con calma y sabiendo que ninguno de los dos es perfecto, y olvidémonos de ser ESPOSO Y ESPOSA con mayúsculas tan tensas, ¡no es tan horrible!".
Un gran apoyo
Sin embargo, aunque ella lo hiciese por el profundo amor que sentía hacia él, la doble vida de Bernstein acabó teniendo graves consecuencias para ella. Tuvo que renunciar a una carrera como estrella del teatro y la televisión para criar a sus hijos y también se convirtió al judaísmo por su marido.
La película hace referencia a esto mismo en una entrevista televisada en la que se le pregunta a Montealegre sobre su carrera y dice que entre cuidar de la casa y de sus hijos pequeños, y acompañar a Bernstein, quedaba poco tiempo extra.
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Por otro lado, este matrimonio también influyó enormemente en la carrera de Bernstein y cómo se le percibía en la sociedad como figura pública. La sociedad estadounidense en los años 40 y 50 todavía era profundamente homófoba y retrógrada, y de hecho fue uno de los mentores de Bernstein, el director de orquesta ruso Serge Koussevitzky, quien le animó a casarse con Montealegre para disipar los rumores sobre su sexualidad.
Montealegre aceptó el acuerdo, pero no fue sencillo para ella vivir con él. Poco después de casarse, en septiembre de 1951, visitaron a sus amigos Philip y Barbara Marcuse en Detroit y se pelearon tanto que Bernstein les escribió a la pareja una carta de disculpa. No obstante, aunque hubo muchos intereses y dificultades en ese matrimonio, también había mucho amor entre ambos, y eso también queda muy claro a través de la película.
Las dificultades
En Maestro, Montealegre habla de estas dificultades durante una comida con Shirley, la hermana de Bernstein (Sarah Silverman). Ella le dice que a pesar de saber lo que sabía, es posible que haya pasado por alto la importancia de sus propias necesidades en el acuerdo.
Paul R. Laird, que escribió la biografía del compositor publicada en 2018, señaló que muchas personas comenzaron vivir más abiertamente su sexualidad tras los disturbios de Stonewall en 1969, y que Bernstein también quiso hacerlo.
A mediados de los años 1970, el compositor vivió con el músico Tom Cothran durante una breve separación de su matrimonio. Por aquel entonces, Felicia estaba tratándose de un cáncer, que sería la causa de su muerte en 1978, a los 56 años.
Emoción genuina y verdadera
A pesar de todo, muchos especialistas concuerdan en el hecho de que los sentimientos del músico por Felicia eran verdaderos y que lo que ocurría es que también le gustaban los hombres.
En aquella época la bisexualidad era algo que ni siquiera se planteaba y tuvo que ser muy confuso para ambos comprender que era posible que quisiera a su mujer y que también le atrayeran los hombres.
"Bernstein la amaba, no había duda al respecto", dijo Laird en una entrevista con TIME. "Fue el matrimonio más sincero que se puede encontrar entre un hombre homosexual y una mujer en una época en la que muchos hombres homosexuales se casaban con mujeres".