La brigada de la tragedia de Cerro Muriano llevaba varios años sin barcas, flotadores ni salvavidas
EL instructor del caso señala que sí los tenía el compañero Batallón de Zapadores X, pero no contaban con personal para operarlo "desde 2020".
5 abril, 2024 02:46La Brigada 'Guzmán el Bueno', donde estaban encuadrados los dos soldados muertos en unas maniobras celebradas en un lago dentro del cuartel de Cerro Muriano, en Córdoba, "no disponía de embarcaciones Zodiac, flotadores o salvavidas".
Así lo recoge el sumario del caso, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL y donde se especifica que esta brigada podía haber pedido estos elementos de seguridad para su vadeo del lago a sus 'vecinos' del Batallón Zapadores X, quienes sí contaban con ellos. Pero había un problema.
Porque, indican las diligencias de parecer del instructor sobre este caso, dicho batallón "no cuenta con personal para operarlo". Es decir, sus compañeros de Zapadores tienen "dos zodiac a motor, una zodiac sin motor y un bote así como diverso material de buceo". Pero no lo pueden usar porque no hay quien lo maneje.
Estos elementos, en unas maniobras que se llevaron a cabo en un lago, podrían haber servido de apoyo a los soldados. No se usaron ni se pidieron prestados. Sí que se instaló una cuerda que, especifica el sumario, no era de acero. Se trataba de una cuerda "de escalada" que se había empalmado con varios nudos y fiado con mosquetones para mayor seguridad.
Mosquetones
El informe recoge que la Guzmán el Bueno sí que contaba con "arneses, atalajes, mosquetones y anillos". De hecho, en la inspección que hacen los agentes de la Guardia Civil encargados de la investigación tras la muerte del cabo Jiménez y el soldado León, encuentran mosquetones en el lago donde se ahogaron ambos reclutas.
La cuestión es que el documento recoge que el mismo ejercicio de vadeo del lago, realizado en 2018, sí que contó con medio anfibios. ¿Por qué? Porque se hizo junto con Zapadores, quienes contaban con ellos. Entonces, aún con personal para operarlos.
En 2019 se repitió el vadeo pero esta vez sin Zapadores y, por lo tanto, sin zodiac ni buzos. Entonces el encargado "varió el itinerario parea levarlo a cabo en una zona en la que se hacía pie en todo momento".
El sumario recoge, en todo caso, que el Ejército no tiene en sus manuales unos mínimos de seguridad o medidas a tomar en este tipo de maniobras. Queda a discrección del mando.
El relato del instructor, que se recoge en el sumario, aborda otras cuestiones polémicas sobre este caso. Por ejemplo, la capacidad de nadar del cabo Jiménez. En un primer momento se señaló que no sabía nadar y eso pudo haber sido un factor determinante en su muerte.
"Sabía nadar"
El instructor lo desmiente. Señala que el soldado "sabía nadar" porque así lo declaran tanto su viuda como su hermano. Éste, de hecho, cuenta que el padre de ambos temía al agua y se empeñó en que sus hijos aprendieran a nadar de pequeños.
Sobre la distancia recorrida, el atestado recoge que de un punto a otro del ejercicio había 110 metros "con una profundidad de 2,40 metros" en su parte más honda. En total, calculan los investigadores, los soldados debían recorrer hasta 90 metros flotando, sin hacer pie.
En las zonas en las que sí tocaban el suelo del lago, añade, lo que se encontraban no era una superficie firme puesto que estaba compuesta de "limo, fango con zonas de piedra a la entrada y salida del recorrido". Además, había "algunos árboles".
Así las cosas, el instructor determina que "el cabo Jiménez tenía capacidad física para nadar" pero que "la concurrencia de las circunstancias que se dieron durante la práctica" resultaron en "el fallecimiento del citado militar".
A menos de 4 grados centígrados
Los ejercicios, detalla, se iniciaron a 3,9 grados centígrados cuando eran las cinco de la mañana. A las 9 empezaron la entrada al lago tras hacer ejercicio, que ya les desgastaron. "Las bajas temperaturas y la espera debieron influir en la pérdida de calor corporal", añade el sumario.
El informe del instructor que recoge el documento señala que no todas las mochilas eran estanco. Prueba de ello es que alguna se localizó en fondo del lago, añade. Sin embargo, hacer estanco la mochila "es una habilidad básica para cualquier militar", reconoce el informe.
Sobre el capitán Zúñiga, que estaba al frente del ejercicio, el instructor señala que diseñó el plan y lo mandó a sus superiores, que son quienes le dieron el visto bueno. De hecho, un coronel, recoge el instructor, lo autorizó.
Peso en las mochilas
El sumario del caso es especialmente detallado en lo que se refiere a las mochilas de los soldados muertos. Sobre este punto hubo cierta polémica porque se apuntó al conocerse las muertes que algunos soldados llevaban un peso extra. Así era.
De hecho, en las imágenes del documento se ve ua "pesa o similar" de color naranja que arroja un peso de algo más de tres kilos y medio. Eso, sumado al resto del material da un total de casi 12 kilos que llevaba el soldado León a sus espaldas.
Sin embargo, el cabo Jiménez, no tenía peso extra. Su mochila se calibró en 8,5 kilos. En la misma, indican los investigadores, "no había nada anómalo". Hallaron un mechero, una botella de agua y un par de fundas con elementos personales dentro.
En el caso de León sí hay más elementos. Tenía una asa rota y, además del peso extra, llevaba pilas, cantimplora, documentación, fundas con enseres personales y maquinilla de afeitar.