Morante de La Puebla torea con el capote en la plaza de toros de Huelva.

Morante de La Puebla torea con el capote en la plaza de toros de Huelva. Toros Pereda/Antonio del Carmen

Sevilla

Morante aparca los fantasmas e ilusiona en Huelva ante una 'zalduendada'

Perera y Daniel Luque estuvieron por encima de sus oponentes: una aburrida corrida de Zalduendo, remendada con un toro de Albarreal.

3 agosto, 2024 01:40

La casi decena de verónicas y la media que abrochó Morante en los medios de La Merced con el mentón en el pecho denotaron que los fantasmas, que llevan atormentando al genio de La Puebla con más saña desde hace meses, se habían quedado en el hotel. Al igual que en esas dos tardes, tras su parón de mes y medio, en Santander y Azpeitia.

La corrida de Zalduendo no le acompañó en su vuelta al albero colombino. Pasó por el coso onubense sin pena ni gloria por su escaso fondo y trapío, teniendo que ser remendada por un toro de Albarreal porque en los corrales se detectó que uno de los titulares tuvo problemas de visión. Al final este fue el mejor presentado.

Lo positivo es que si ni esta zalduendada apagó la ilusión del de La Puebla y le vimos con esa disposición y compromiso, es que quizás torear sea su mejor terapia y podamos disfrutar de su tauromaquia unas cuantas de temporadas más. O no, en cualquier caso, Carpe Diem.

Cuidó en la lidia su cuadrilla a este primero y Curro Javier le puso dos soberbios palos. Sin embargo, el toro llegó con menos fuelle a la muleta, pero el suficiente para demostrar una vez más que las bolitas, con las que Rafael de Paula definía el arte, le cayeron todas.

Ante un público más bien frío, acostumbrados al calor y no solo en el termómetro que suele derrochar, con enorme torería llevó Morante las embestidas con mucho temple y ligazón sobre todo por el pitón derecho.. La espada entró a la segunda y el premio fue una ovación.

El cuarto parecía que iba a ir a más, sobre todo cuando Curro Javier abrió su magistral capote. El propio Morante lo animó a salir a saludar por tal obra de arte en forma de brega. El de La Puebla aprovechó la inercia del animal en los primeros compases, con paciencia y mimo, pero cuando se puso a apretarle la cosa cambió y comenzó a defenderse buscando siempre enganchar las telas.

No obstante, los fantasmas volvieron a irse y dejó algunos muletazos sueltos de cartel abrochándolos al final de la cadera. La última tanda de frente y a pies juntos fue sublime y la faena al completo muy de verdad. Un pinchazo frustró el posible premio, que el público pidió con insistencia entre protestas al palco.

El segundo toro de la tarde, el de Albarreal, humilló con clase en el templado recibo a la verónica y también en el quite por chicuelinas. En la muleta se vino más abajo el animal ante un Perera que nunca le quitó la muleta de la cara sobre todo por el pitón derecho, por donde rompió a embestir con dulzura, pasándoselo muy cerca al final. Entró la espada y fue premiado con una oreja.

El quinto también saltó al ruedo de La Merced con un punto -o varios puntos- por debajo en presentación, lo que el público protestó en la salida, sobre todo tras la corrida de ayer que estuvo por encima y la gente en 24 horas no olvida.

Como tampoco olvidará lo excesivo que fue la faena de Perera con un toro falto de todo y que no aportaba nada. Para que el público de Huelva, santo varón y una gran parte abonado fiel que paga religiosamente, pitara por el hartazgo, imagínense el percal...

El primero de Daniel Luque tampoco gustó al personal, pero es que no era para menos. Era más bien un toro de festival de pueblo más que una plaza de segunda como es la de Huelva.

El torero de Gerena, uno de los más poderosos del momento, anduvo sobrado con el animal que cabeceó mucho y al que siempre quiso hacerles las cosas despacio sobre todo por el derecho, el pitón que más se dejó.

De hecho, hubo un cambio de mano al ralentí, pero con escaso eco. Con el sexto tampoco pudo hacer nada porque no tuvo ninguna opción. Y es que ya lo dice el refrán: lo que mal empieza, mal acaba...