La nueva Selectividad divide a los profesores de Sevilla: unos la ven "más memorística" y otros admiten "mejoras"
- Los centros llevan un mes adaptando sus asignaturas a los nuevos exámenes, que prometían ser más prácticos. La ley "no gusta", pero depende mucho de la asignatura.
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No hay un gran consenso entre los profesores de Sevilla en torno a la nueva Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) -antes EVAU-. Al menos en la rama de Ciencias Sociales.
Unos perciben que el examen es "más memorístico" -en contradicción con su propósito inicial- y otros admiten que se han incluido mejoras. Aunque todos ellos coinciden en algo: no gusta a casi nadie y no están adaptadas al currículum escolar.
Los nuevos modelos de exámenes de Selectividad se publicaron hace ahora un mes en toda España. Las pruebas se han amoldado por primera vez a la reforma educativa del Gobierno de Pedro Sánchez, y dependiendo de las exigencias de cada prueba los profesores podían ver afectada la programación de sus asignaturas o el propio temario.
Por ejemplo, dentro de un mismo centro se palpa la discordancia. Sucede en el IES Pablo Picasso de Sevilla Este, donde ya pueden hacer un balance de su experiencia en las últimas semanas.
En este tiempo, ya con los modelos de exámenes disponibles, se han dedicado a adaptar su programación y el temario a las nuevas exigencias de la prueba.
"Es contraproducente"
En opinión de Alfredo Fernández, profesor de Lengua Castellana y Literatura, la prueba es ahora "más memorística" que antes en la parte de Literatura. Algo que va "en contra de lo que inicialmente se había propuesto", cuando desde el Ministerio de Educación se prometió hacerlas más prácticas.
"Quitar la optatividad en esta parte de la prueba la ha vuelto más amplia. Ahora hacen preguntas muy concretas y aleatorias, obligando al alumno a estudiarse todos los autores y todas sus obras. Eso no lo saben ni los profesores", se queja.
"De esta forma memorizan datos que no son relevantes", advierte. "Es como la lista de los reyes godos".
Esa es, dice, "la paradoja de esta nueva ley". Un modelo que ve "contraproducente", porque no les permite "saber hacer bien un comentario de texto". Una parte del examen que ahora va a "cargarse a los alumnos más reflexivos".
Alfredo cuenta que, si ya eran "muchos" los alumnos que no hacían la pregunta de Literatura, "ahora no querrá hacerla nadie". Ello porque, señala, resulta "muy perjudicial para la actitud de los almunos" respecto a esa parte de la asignatura. "Van a odiarla", sentencia.
En general, concluye, "no hay buenas sensaciones" con la nueva prueba. A él le ha dejado algo "descolocado".
El caso de Historia de España
La opinión de Laura Martínez, profesora de Historia de España, es distinta. Ella admite que hay mejoras con respecto al año pasado, y que, en el caso del examen de esta asignatura, se ha profundizado en el aspecto práctico.
Aún así, se apresura a señalar que la ley "no le gusta" ni está "de acuerdo". "Ha incluido mejoras, pero no me gustaba la anterior, y no me gusta la nueva", explica. En primer lugar, se queja del "retraso" de un mes de las administraciones en hacer públicos los exámenes. "Una falta de respeto" a los profesores.
"Demasiada política"
Una de sus principales quejas, y de "todo el departamento" de Historia, es que los exámenes de Selectividad son demasiado "políticos". En este sentido, Laura cuenta que la asignatura es amplia, e incluye el "contexto sociológico" de cada etapa: "Revoluciones industriales, movimiento obrero, el papel de la mujer, y nacionalismo", por ejemplo.
En contraste, en los exámenes sólo se contempla el apartado político y sus sucesivos cambios, como "ocurre con el siglo XIX, la época isabelina". De hecho, en su opinión es "inexplicable" que no se dedique un apartado del examen "al nacionalismo en la Historia de España".
Además, afirma que el currículum de los centros de secundaria de Andalucía no coincide con los exámenes de la Selectividad que hace la Universidad. "El currículum actual se empezó a aplicar desde hace dos años y la Universidad dijo que, por su parte, no iba a cambiar, manteniendo el anterior".
Ahora, admite, "lo han modificado un poco, metiendo el movimiento obrero".
Más práctico
Dicho lo anterior, Laura cree que se ha mejorado el modelo de examen. "Yo venía de otra Comunidad Autónoma, de Madrid, y allí ya era más práctico" explica. "Cuando llegué a Andalucía vi que aquí seguía siendo teórico", sobre todo en el apartado del comentario de texto.
"Ahora, con este cambio, se debe comentar una fuente histórica, como una fotografía, un texto o unas ideas". Lo alumnos, con ello, "deben analizar lo que tienen delante, no vomitar un temario". En su opinión, cree que "cualquier profesor querría enseñar esta asignatura con fuentes históricas".
Esa era la manera en la que a ella le había gustado siempre dar clase. "Para mí ha mejorado", afirma. De hecho, la tercera parte de la prueba consiste, o bien en relacionae la fuente con el contexto histórico, "que sería un poco lo que venían haciendo", o "analizar la trascendencia de la fuente".
"Se dice que es más difícil, y los alumnos están asustados, pero ahora tienen la oportunidad de aprender lo que están estudiando", concluye.