La presidenta de Madrid, Cristina Cifuentes, y el diputado en la Asamblea madrileña Ramón Espinar mantienen desde el lunes una encendida polémica en la Red. Las hostilidades las abrió Espinar, también portavoz de Podemos en el Senado, al afirmar que "los que participaron en el 15-M recordamos la gestión policial de Cifuentes" contra "los movimientos ciudadanos pacíficos".

La cuenta de campaña de Cifuentes ridiculizó el tuit porque el 15 de mayo de 2011 ella no era todavía la delegada del Gobierno en Madrid y la propia presidenta autonómica calificó la declaración de "sectarismo e ignorancia". Espinar replicó que se refería a los movimientos posteriores como los antidesahucios. "Y tú nos golpeabas", acusó. El intercambio de reproches ha continuado en la mañana del martes cuando el diputado de Podemos ha recordado con un vídeo las cargas policiales del 25-S de 2012, que llegaron a ocupar los andenes de la estación de Atocha.

Precisamente en torno a esa época encontramos expresiones por parte de Espinar de apoyo, o al menos tolerancia, a la lucha callejera violenta. Por aquél entonces, dos años antes de la fundación de Podemos, mantuvo una conversación con otros activistas en la que concluía que "abrir las cabezas a fascistas" había servido para hacer las calles seguras.

La conversación surge por el llamamiento de un usuario a la venganza por el arresto de Alfon, el activista que fue detenido y condenado a cuatro años de cárcel por tenencia de explosivos, y que los colectivos de izquierdas siempre han considerado como víctima de un montaje. El usuario Henry Thoreau responde que "la venganza no es amiga de la justicia real", poniéndose su ejemplo como luchador antifascista. "No sabes cuantas cabezas fascista he abierto para nada... tantos juicios", lamenta.

"Hombre, para nada, nada..." es la sorprendente respuesta de Espinar. Aunque Henry Thoreau insiste en que la violencia callejera no es la solución, el ahora diputado de Podemos argumenta que "Pegar a los cerdos" - en referencia a los fascistas - "sirvió, en los 90, para que la gente se quitara bastante miedo de salir a la calle".

Cuando se le recuerda que él, nacido en el 86, hubiera sido demasiado joven como para participar en las peleas de este tipo, él afirma tener los recuerdos de los "cerdos con navajas" y el "miedo". Recientemente, otros usuarios han sacado a la luz estos tuits pero no para reprocharle su justificación de la violencia, sino para burlarse de su intento de darse una pátina de luchador antifascista cuando era demasiado joven para ello.

La argumentación de Espinar ha ido evolucionando a defender el derecho la "resistencia" de los manifestantes frente a la "violencia estructural" que ejerce el Estado, a una condena sin paliativos de la violencia, más propia de su nueva posición institucional.

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