Donald Trump nos tiene acostumbrados a generar polémica con cada nueva intervención pública, y la de ayer no fue para menos. Esta mañana amanecíamos con una declaración que ha dejado boquiabiertos a los familiares y amigos de las victimas y heridos del tiroteo de Orlando.
Según aseguraba el candidato a la presidencia de los Estados Unidos, “si los clientes en Orlando hubieran estado armados, la tragedia sería menor”.
Una sugerencia que reabre el eterno debate sobre la generalización de la tenencia de armas en cualquier espacio público del país y en el que Trump tiene clara su posición: defiende del derecho de los estadounidenses a poseer y llevar libremente armas de fuego.
Es más,en el caso de concreto del tiroteo en el club Pulse declaraba que “si hubiera habido armas del otro lado, la tragedia no habría tenido lugar”, explican desde Europa Press.
Para los miembros de la NRA (la Asociación Nacional del Rifle norteamericana) y los defensores de la libertad en el uso y tenencia de armas, el problema de raíz no es que alguien entre armado con un arsenal en un local y acribille a balazos al público asistente, el problema es que las victimas no pudiesen devolver las balas.
Como cada vez que tiene lugar uno de estos terribles tiroteos masivos, son precisamente estos partidarios de las armas los que empiezan a hablar de boicots y conspiraciones. Muchos están convencidos de que lo único que se pretende el tratamiento informativo de este tipo de sucesos es perjudicar a quienes defienden el derecho a ir armados con infamias y calumnias para quienes quieren llevar encima una simple pistola.
Es más, han sido muchas las voces que han asegurado que era imposible que Omar Mateen pudiese entrar en la discoteca armado con un fusil de asalto y pistola sin que nadie se diese cuenta. Se equivocaban.
Así lo ha querido demostrar Rob Buck, el autor de un vídeo viral que en poco menos de 48 horas cuenta con más de 10 millones de reproducciones.
Hace apenas un par de días que el joven subió a su perfil de Facebook el vídeo tutorial en el que se saca de la manga del pantalón, literalmente, un rifle AR-15, extrae de sus bolsillos hasta siete cargadores y, para rematar la estampa, se saca una pistola automática y dos cargadores que lleva ocultos en la parte de atrás.
El objetivo del joven no era otro que demostrar lo fácil que pudo resultar para el asesino de Orlando colarse en un club con un arma de gran tamaño sin llamar la atención de ninguno de los asistentes y recargarla varias veces mientras cometía la matanza.
Bajo el título “For the conspiracy theorist that say it can't be done” -algo así como “para los teóricos de las conspiraciones que dicen que no pudo hacerlo”-, Buck demuestra que, en EEUU, ocultar un arsenal bajo la ropa y matar a decenas de personas está al alcance de cualquiera.
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