Omar Mateen, el asesino de 49 personas en la noche del sábado al domingo en el local de ambiente LGTB de Orlando (Florida), había estado en al menos una docena de veces en la discoteca Pulse con anterioridad, según ha contado un cliente habitual al diario Orlando Sentinel. “A veces se sentaba en una esquina y bebía solo, y otras veces bebía tanto que se gritaba y se ponía beligerante”, recuerda Ty Smith. Este testigo ha asegurado al periódico local que no hablaban mucho con él, pero les aseguró que tenía mujer y un niño.
Kevin West, otro habitual de Pulse ha asegurado al Washington Post que Mateen, de 29 años, se había puesto en contacto con él hace algo más de un año a través de un chat y aplicación de citas para homosexuales llamado Jack'd. Perdieron el contacto hasta hace tres meses, cuando el asesino le escribió para comentarle que pronto iría a Orlando, por si quería tomar una copa con él.
West asegura que nunca habían quedado en persona, aunque sí le había visto antes en Pulse. “Recuerdo detalles, nunca olvido una cara”, ha asegurado este veterano de 37 años de la Marina estadounidense.
El domingo le vio pasar a su lado, añade su testimonio en Los Angeles Times. “Pasó justo a mi lado. Le dije 'hola', se volvió y contestó 'hola'” al tiempo que asentía con la cabeza, según West. Pero según su testimonio Mateen siguió su camino.
Cuando West vio fotos de ese hombre como autor de la masacre, fue a denunciarlo a la comisaría de policía. Una fuente policial ha confirmado a Los Angeles Times que están investigando las presuntas visitas de Mateen a discotecas de ambiente gay y su participación en chats destinadas a público homosexual.
Cord Cedeno es otro testigo que ha asegurado al Washington Post que también había visto al asesino antes por el local atacado, tomando una copa. “Era fácil de reconocer”, ha asegurado este joven de 23 años, que igualmente afirma haber sido contactado por Mateen hace por lo menos un año a través de una aplicación de citas. “Seguro que era él. Llevaba años viniendo, y la gente le conocía”, ha afirmado este mismo testigo al Orlando Sentinel.
Otro cliente de Pulse, Chris Callen, ha asegurado al periódico local igualmente que había visto a Mateen allí con anterioridad y recuerda que había tenido arrebatos violentos.
En cuanto a su posible motivación, nada aclara por el momento si su aparente asiduidad a ambas cosas se debía a que era homosexual o a que estuviera buscando algún objetivo por sus proclamadas ideas homófobas, que tanto su exmujer como su padre han confirmado.
Las investigaciones de las autoridades apuntan a que el Mateen, un estadounidense de origen afgano nacido en el estado de Nueva York, había adquirido su ideario radical islamista a través de internet. Antiguos compañeros de instituto han contado que el 11-S cuando en clase vieron en directo lo que sucedía, él comenzó a bromear y le expulsaron del aula. Después de aquella tragedia que mató a 3.000 personas hizo macabras bromas imitando el ruido de aviones en el bus escolar y fingiendo que chocaba con un edificio, según recogen los medios estadounidenses.
Su exmujer afirmó que Mateen era un hombre inestable y sufría bipolaridad. Su segunda esposa le dejó para volver a la casa de su infancia con el hijo de tres años de ambos, según algunos conocidos. Los testimonios de sus amigos y compañeros de trabajo le han descrito en algunos casos como una persona muy creyente y seria, mientras otros le recuerdan persiguiendo a chicas y una persona divertida a la que le gustaba salir de fiesta y beber.