La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, ha celebrado este martes en su cuenta de Twitter la aprobación de la ordenanza por la que, a partir de mañana, se podrá acceder con perros al Metro de Madrid. Sin embargo, la precipitación por hacerse la foto oficial le ha jugado una mala pasada y ha provocado que ella misma -paradojas de la vida- incumpla antes que nadie la normativa que acababa de aprobar.
Según dicha ordenanza, los usuarios madrileños del medio de transporte público podrán viajar acompañados de sus mascotas siempre que cumplan algunos requisitos: el can deberá estar identificado mediante chip, se admitirá un sólo perro por viajero, irán en el último coche del tren y sin ocupar asiento, el viajero se ocupará de que no cause molestias y, lo más importante, todos los perros deberán llevar bozal y estar sujetos con una correa.
La cuenta de El Refugio, una de las organizaciones protectoras de animales que más ha luchado por que los perros puedan viajar en los vagones junto a sus dueños, ha colgado una instantánea en su cuenta de Twitter. En ella se puede ver a Cifuentes junto a Nacho Paunero, presidente de la asociación proteccionista, entrando por los tornos de una de las estaciones de Metro de Madrid con un perro sin bozal e incumpliendo su propia normativa.
Rápidamente, algunos usuarios de la Twitter se han dado cuenta del detalle y no han tardado en afearles el gesto.
No es la primera vez que una integrante del Partido Popular sufre una confusión con la normativa que rige el acceso de animales al suburbano. Hace un par de meses, Andrea Levy, vicesecretaria general de Estudios y Programas del PP, celebraba haber entrado al Metro con un perrito y su acompañante "gracias a Cristina Cifuentes".
En realidad, tal y como señalaron algunos tuiteros, Levy también incumplió en ese momento la norma, que sólo permitía el acceso con perros guía o adiestrados para asistencia personal especial ("acompañando a personas que presenten algún tipo de discapacidad por la que pudieran precisar de ayuda para su autonomía o para avisarlas de situaciones de riesgo").
Este hecho le costó un enfrentamiento con el diputado de Podemos de la Asamblea de Madrid Hugo Martínez Abarca, que también le recriminó su conducta y acabó provocando que Levy borrase el tuit con el encontronazo público.