Mariano Rajoy ya hace las primeras cesiones - en Twitter

La cuenta oficial de Mariano Rajoy en Twitter, @marianorajoy, sigue a cerca de 12.000 usuarios de la red social. Pero entre ellos no estaban formaciones como Coalición Canaria, PNV o ERC, o políticos como Aitor Esteban o Miguel Tardá. Hasta hoy.

En un evidente gesto de cambio de talante, los community managers del presidente del Gobierno en funciones han comenzado a seguir a los representantes de los grupos a los que recibe en Moncloa con la esperanza de alcanzar acuerdos que permitan su investidura.

Se trata de una cortesía que el PP no extendió durante las negociaciones tras el 20-D. La cuenta de Rajoy se puso al día ayer al darle al botón de follow a Coalición Canaria, con cuyos representantes se entrevistó ayer.

Hoy les ha tocado el turno a los nacionalistas vascos y catalanes. Gabriel Rufián, un usuario intensivo de Twitter con un estilo muy sarcástico, no dejaba pasar la ocasión de ironizar antes de la reunión con que el follow "es lo más parecido a una "concesión" que habrá".

Un vistazo a la sección de seguimientos de la cuenta de Rajoy muestra como va incorporando a los partidos y los políticos a medida que tiene lugar las reuniones.

A quién sigue Rajoy. @marianorajoy

Aunque confesó a Jordi Évole en Salvados que "el tuit" (sic) es de las pocas aplicaciones que tiene instaladas en su móvil, Rajoy no hace un uso directo de su cuenta. El enorme número de cuentas a las que sigue es un ejercicio corporativo: su equipo sigue a marcas e instituciones que visita el presidente. De ahí que una de sus últimas incorporaciones sea la cervecera Mahou, que visitó hace dos días.

Cuando Rajoy escribe un tuit de su puño y letra lo hace firmando 'MR' y lo reserva para ocasiones especiales, como en la oferta de reunión a Pedro Sánchez que hubiera evitado, de fructificar, la repetición de las elecciones. Más allá del gesto, por lo tanto, probablemente no andará pendiente de lo que tuitee el resto del hemiciclo. Las actualizaciones de la cuenta de ERC, confirmando la premonición de Rufián, no le hubieran supuesto ninguna alegría.