No hay cosa que pueda gustar más a las comunidades de Internet que una conspiración. Los hechos se confunden a menudo con las conjeturas y los resultados de estas investigaciones colectivas online suelen terminan siendo poco concluyentes. Sin embargo, cualquiera que se asome al hashtag #savemarinajoyce, convertido en tendencia en Twitter en la noche del martes, y se sumerja en su historia tendrá que admitir que los ingredientes son escalofriantes.
La londinense Marina Joyce es una youtuber de moda y belleza. "Amor y felicidad, paz y alegría" es el lema de su canal, que cuenta con más de 650.000 seguidores. Su contenido es el habitual en el sector: tips de maquillaje, posados con vestidos de las últimas colecciones, consejos para el cabello... Sin embargo, en los últimos días, algo ha cambiado profundamente.
Los seguidores de Marina han detectado una alteración en su actitud alegre y despreocupada. La youtuber aparece demacrada y tensa. La alarma no se ha disparado sin embargo hasta comprobar que tiene los brazos y las piernas cubiertos de lo que parecen ser hematomas.
El cambio de actitud de Marina en los vídeos ha sido puesto en evidencia con un montaje. A partir de aquí, no paran de brotar indicios preocupantes. La 'vlogger' tiene en uno de sus últimos vídeos una escopeta en su cuarto. ¿Qué hay a la derecha de su cama? Para unos es un peluche, para otros una máscara. Escudriñando los vídeos hay quien afirma que Marina vigila con ansiedad a una persona fuera de cámara. Hay quien ha ampliado una imagen de su ojo y asegura ver "un puño levantado".
Por supuesto, la bola de nieve de las investigaciones amateurs ha echado a rodar y se compite en un "quién da más" de buscar pistas que confirmen las sospechas. La escopeta no es la primera vez que aparece en sus vídeos, señalan algunos, y mirar fuera de cámara no tiene nada de raro.
Y sin embargo... en su último vídeo, un prueba presuntamente inocente de un vestido en el jardín, se la puede escuchar susurrar audiblemente. Este es el corte extraído del original: puede que nos hayamos dejado arrastrar por la conspiración, pero a todas luces parece estar diciendo "help me", "ayudadme".
Las especulaciones vuelan en todas direcciones, espoleadas por declaraciones de presuntos miembros del círculo íntimo de Marina. Entre los internautas cunde la teoría de que está siendo maltratada, cuando no secuestrada, por un novio abusivo. Otros pesan que puede estar teniendo un problema de consumo de fármacos o estupefacientes, y que los moratones podrían ser producto de autolesiones o forcejeos con los suyos.
A estas alturas solo la propia Marina puede resolver el embrollo y lo ha hecho respondiendo desde su cuenta de Twitter. "Sois un encanto, pero estoy bien, os quiero a todos". Naturalmente, mensajes como "no llaméis a la Policía, no seáis ridículos" sólo han servido para que sus alarmados seguidores aleguen que alguien está manejando su cuenta.
El último de sus tuits es una convocatoria para una fiesta... que ha vuelto a hacer cundir el delirio. Cita a sus seguidores a un evento a las 6.30 de la mañana en un local que no está abierto a esas horas tan madrugadoras y que fue escenario de una tragedia durante la II Guerra Mundial. Los seguidores han pasado así de temer por la vida de Marina a temer por la suya propia.
Lo que estaría promocionando Marina, de forma bastante confusa, es una rave matutina convocada en un parque de Londres para el 3 de agosto. Pero el relato corre desbocado por la red: la youtuber, afirman los usuarios insomnes que han seguido la tendencia toda la noche, ha sido secuestrada por yihadistas y obligada a tender una trampa a sus seguidores, que serán conducidos al lugar de un atentado.
Un directo que no tranquiliza
En la mañana del miércoles la 'vlogger' ha comparecido en directo en un intento de acabar con las especulaciones. A tenor de las reacciones en las redes sociales, no ha servido de mucho. Marina ha asegurado por activa y por pasiva que se encuentra bien pero sus seguidores la han encontrado nuevamente errática y confundida, e interpretan cada gesto como un mensaje.
Ni siquiera un tuit de la policía municipal de la región de Enfield, que ha asegurado haber visitado a la joven en su domicilio, ha servido para calmar los ánimos. ¿El motivo? Que la cuenta policial no está verificada oficialmente por Twitter. Y puestos a creer en conspiraciones, pensar que se ha creado esta cuenta para encubrir el caso de Marina entra para sus seguidores en el ámbito de lo posible.
Mensajes secretos en sus gestos, en los títulos de sus vídeos, en sus tuits... las "investigaciones" se han enmarañado hasta el punto en el que es imposible discernir quién está genuinamente preocupado por Marina y quién se ha apuntado a la tendencia para hacer burla.
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