“Fui allí porque quería retratar el momento histórico en el que intentarían el castell de diez pisos, pero no tenía ni idea de que iban a besarse aquellos dos chicos”, explica a EL ESPAÑOL Mireia Comas.
Los que sí que tenían previsto hacerlo eran sus protagonistas. Miquel Aguilar y Gerard Pla, amigos y miembros de la colla castellera Minyons de Terrassa, ya habían pactado que se besarían si conseguían batir el récord de altura en el castell durante la Diada de Sant Fèlix. No fue así, pero tenían una segunda oportunidad en la primera actuación de las fiestas de la Mercè.
Mireia lleva más de 13 años trabajando como fotógrafa y los últimos tres se ha dedicado a hacer fotos por los miyons. De hecho, acaba de publicar el libro de fotografía 'Els castells no són de princeses' en el que recopila algunas de las imágenes más espectaculares que ha captado. “Es un momento muy bonito. Después de tanto esfuerzo la carga de adrenalina es enorme y lo celebran con entusiasmo al bajar con besos y abrazos”, explica la autora de la imagen más viral de la Mercè que todavía no alcanza a entender la repercusión que está teniendo la fotografía.
Refleja la pluralidad y el respeto. Hay de todo, te puedes encontrar a un ejecutivo junto con un punky y todos están allí compartiendo un momento histórico
Tanto los protagonistas de la imagen como la propia autora no entienden por qué un beso entre dos chicos ha llamado tanto la atención. “Pensábamos que la sociedad estaba acostumbrada a ver un beso como este. Este tipo de muestras de cariño y entusiasmo son de lo más comunes en los castells y no esperaba que llamara tanto la atención”.
“Yo aún ni siquiera la he puesto en Twitter”, confiesa. Entonces, ¿cómo se ha hecho tan viral? La respuesta está en el periodista Xavier Aldekoa.
La imagen llevaba una semana circulando por las redes pero dentro de Cataluña. Algunos miembros de Esquerra Republicana como Oriol Junqueras compartieron la imagen en sus perfiles. Una tenía 200 retuits, otra 100, otra 500… Pero la de Xavier ya supera los 4.800 y es la responsable de que la fotografía de Mireia esté dando la vuelta al mundo.
“Lo bonito de la imagen, del castell en sí, es que refleja la pluralidad y el respeto. Ver cómo un grupo de gente tan diferente se une para hacer un castillo sin importar de dónde vienen ni quienes son. Hay de todo, te puedes encontrar a un ejecutivo junto con un punky y todos están allí compartiendo un momento histórico”.
Con un trajín de llamadas y entrevistas de medios nacionales e internacionales completamente inesperado, Mireia se siente muy orgullosa del impacto que está teniendo la fotografía. Sin embargo, y aunque entiende que la del beso “es una foto con más fuerza”, reconoce que su instantánea preferida es la del castell entero.
“Ya la tenía en mente. Había calculado desde dónde hacerla para captar toda la construcción con la plaza de Sant Jaume llena de gente y el edificio del ayuntamiento de fondo. Me parecía una imagen muy bonita”.